Si tiene problemas para ver La Gaceta correctamente, presione aquí

Año 13 · Número 128 · Octubre de 2018, ISSN 1851-5851 - Una publicación de www.elhistoriador.com.ar, dirigida por Felipe Pigna

 

Índice​

 
 
Efemérides
Noticias
Cartelera
Libros
 
art1

Lautaro

La resistencia de los pueblos originarios de América fue aun más intensa en tierras donde no abundaban los metales que los conquistadores tenían por “preciosos”. 

Leer artículo
 
 
art2

Mercedes Sosa. La Negra, Corazón adentro, por Rodolfo Braceli

Apenas abren la puerta de la casa de Mercedes, la Negra blanca, me doy cuenta de que la bandera ya está izada. 

Leer artículo
 
art3

Entrevista a Leonardo Favio

Compartimos en esta Gaceta una entrevista realizada a Leonardo Favio en 1971, donde adelantaba que su película Juan Moreira.

Leer Artículo
 
 
art4

Testimonios sobre el 17 de octubre

Tres días antes de la histórica jornada del 17 de octubre de 1945, el coronel Juan Perón le escribía a Evita...

 

Leer Artículo
 
art1

Alfonsina Storni en primera persona sobre su infancia

De familia sanjuanina, pero nacida en Suiza, Alfonsina Storni fue una de las más grandes escritoras argentinas.

Leer artículo
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Efemérides

 

1º de octubre
1777: Se celebra en España el Tratado de San Idelfonso, un pacto preliminar que establecía los límites de las colonias españolas y portuguesas de América. 
1949: Mao Tse-Tung proclama la República Popular China en Pekín.

5 de octubre
1975: Tiene lugar el ataque por parte de la organización Montoneros al Regimiento de Infantería 29, en la provincia de Formosa.

7 de octubre
1571: Se libra la Batalla de Lepanto, que enfrenta a Turquía con España, Venecia y la Santa Sede.

8 de octubre
1812: Un movimiento encabezado por José de San Martín y Carlos María de Alvear depone al Primer Triunvirato.
1895: Nace en Lobos, Buenos Aires, el general Juan Domingo Perón.

9 de octubre
1841: Muere asesinado en San Salvador de Jujuy el general Juan Galo de Lavalle. 
1967: Muere asesinado en La Higuera, Bolivia, Ernesto "Che" Guevara.

11 de octubre
1833: Tiene lugar la Revolución de los Restauradores contra el general Juan Ramón González Balcarce, gobernador de Buenos Aires. 
1962: Se inició la mayor asamblea de cardenales y obispos de la historia, el Concilio Vaticano II, que poco más tarde daría lugar al nacimiento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo.

12 de octubre
1492: Cristóbal Colón llega al Nuevo Mundo. Hay investigaciones que afirman que la llegada al nuevo continente se produjo el 13 y no el 12 de octubre.
1812: Muere el doctor Juan José Castelli.

15 de octubre
1984: El científico argentino César Milstein obtiene el Premio Nobel de Medicina.

17 de octubre
1945: Se produce la jornada del 17 de octubre cuando miles de trabajadores provenientes principalmente del cordón industrial del Gran Buenos Aires se concentran en Plaza de Mayo reclamando la presencia del general Juan Domingo Perón, quien se encontraba detenido.

18 de octubre
1801: Nace en el Talar del Arroyo Largo, Entre Ríos, el general Justo José de Urquiza.

19 de octubre
1876: Durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se promulga la Ley 817 de Inmigración y Colonización, conocida como Ley Avellaneda. 
1914: Muere en la capital federal el teniente general Julio Argentino Roca. 
1960: Comienza el bloqueo económico de Cuba impuesto por Estados Unidos.

21 de octubre
1520: Hernando de Magallanes descubre el Estrecho que lleva su nombre.
1805: Tiene lugar la Batalla de Trafalgar, en Cádiz.

23 de octubre
1859: Tiene lugar la batalla de Cepeda entre el ejército de Buenos Aires y el de la Confederación.

24 de octubre
1929: Se produce el crack financiero en Estados Unidos, conocido como "Jueves Negro".

25 de octubre
1917: Se produce la revolución rusa.

28 de octubre
1922: Se produce en Italia la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini.

29 de octubre 
1839: Tiene lugar la Revolución del Sur en Dolores, Buenos Aires, contra el gobierno de Juan Manuel de Rosas.

30 de octubre
1983: El doctor Raúl Alfonsín gana las elecciones presidenciales. El 10 de diciembre Alfonsín asumiría el primer gobierno democrático tras más de siete años de gobiernos militares.

 
 
 
 
 

Notas – Octubre

 

Esta sección está destinada al rescate de documentos históricos trascendentes tanto para la investigación histórica como para el estímulo de la reflexión presente. El material seleccionado –cartas, artículos, entrevistas– se encuentra en sintonía con algunas de las más destacadas efemérides del mes. 

 
 

Lautaro

Autor: Felipe Pigna.

La resistencia de los pueblos originarios de América fue aun más intensa en tierras donde no abundaban los metales que los conquistadores tenían por “preciosos”. La tenaz resistencia que opusieron charrúas y querandíes a los primeros invasores españoles en territorio rioplatense fue feroz y “se llevó puestos” al avezado marino Juan Díaz de Solís y a Juan de Garay. Aquí veremos la ofrecida en Chile por la gente de la tierra, los mapuches, cuyo líder llevaba un nombre que se convertiría en sinónimo de la lucha emancipadora: Lautaro.

El inspirador del nombre de la Logia que impulsaría la independencia de esta parte de América, nació en 1534. Cuando el conquistador Pedro de Valdivia invadió Chile, lo capturó junto a su familia, lo tomó como “mozo de caballería” y lo bautizó con el nombre de Alonso. Después de tres años de padecimientos y humillaciones, Lautaro logró huir y que se lo reconociera como toki,  y organizó militarmente a sus paisanos en un ejército rebelde de más de 8.000 hombres.

Así lo describe Pablo Neruda en su Canto general:

Lautaro era una flecha delgada.
Elástico y azul fue nuestro padre.
Fue su primera edad sólo silencio.
Su adolescencia fue dominio.
Su juventud fue un viento dirigido.
Se preparó como una larga lanza.
Acostumbró los pies en las cascadas.
Educó la cabeza en las espinas.
Ejecutó las pruebas del guanaco.
Vivió en las madrigueras de la nieve.
Acechó las comidas de las águilas.
Arañó los secretos del peñasco.
Entretuvo los pétalos del fuego.
Se amamantó de primavera fría.
Se quemó en las gargantas infernales.
Fue cazador entre las aves crueles.
Se tiñeron sus manos de victorias.
Leyó las agresiones de la noche.
Sostuvo los derrumbes del azufre.
Se hizo velocidad, luz repentina.
Tomó las lentitudes del otoño.
Trabajó en las guaridas invisibles.
Durmió en las sábanas del ventisquero.
Igualó las conductas de las flechas.
Bebió la sangre agreste en los caminos.
Arrebató el tesoro de las olas.
Se hizo amenaza como un dios sombrío.
Comió en cada cocina de su pueblo.
Aprendió el alfabeto del relámpago.
Olfateó las cenizas esparcidas.
Envolvió el corazón con pieles negras.
Descifró el espiral hilo del humo.
Se construyó de fibras taciturnas.
Se aceitó como el alma de la oliva.
Se hizo cristal de transparencia dura.
Estudió para viento huracanado.
Se combatió hasta apagar la sangre.

 
Leer Artículo
 
 
 
 
 

Mercedes Sosa. La Negra, Corazón adentro, por Rodolfo Braceli

Fuente: Revista Gente, Nº 1668, 10 de julio de 1997.

Apenas abren la puerta de la casa de Mercedes, la Negra blanca, me doy cuenta de que la bandera ya está izada. ¿Qué bandera? Esa bandera única que no necesita verse ni tocarse: la del olor a comida recién hecha. Entrecierro los ojos, aspiro bien lindo, ya sé que una bandada de empanadas se está gestando. Empanadas y algo más: un profundo locro. En estos casos uno no quiere, no puede evitarlo: siente una emoción de la madre que lo parió. Y el pecho se le pone chico para tanto corazón emocionado. La Negra, con un hoyuelo en la sonrisa, mirándome por la rendija de sus pestañas, me pregunta:
Adivina, Rodolfo.

¿Que adivine qué?
Adivina quién está en mi casa.

No hace falta adivinar, ya me lo informó el olor a comida: está tu mamá.
Sí, la traje de Tucumán. Va a estar conmigo para mi cumpleaños. Qué lindo poder tenerla cerca, poder tocarla, abrazarla. ¡Ay, qué felicidad y qué miedo!

¿Cuántos años tiene la mama?
Ochenta… ochentaisiete…

Negra, ¿tan pronto te vas a poner a llorar?
Es que soy tan feliz con ella aquí. ¡Pero qué miedo…!

Hablemos de otra cosa. A ver, novedades de tu vida.
Últimamente no sé qué pasa, viene gente y me dice que está relacionado hace años conmigo. El otro día cayó un hombre, se apareció diciendo que había sido preceptor mío. Nada que ver entre lo que me contaba y mis recuerdos. Hubo que sacarlo. Pero al rato apareció de vuelta. Duro el preceptor, eh.

¿Alguna otra novedad?
Sí, apareció una mujer diciendo que era hija mía. Un lío bárbaro. Hasta que conocí al padre y le dije: «Señor, yo no tuve ninguna hija con usted. Yo tuve un solo hijo en mi vida, mi Fabián». Y el hombre, afligido, me contestó: “Yo  también lo sé, señora. ¿Cómo no voy a saber que mi hija no es hija suya?». Pero la loca seguía insistiendo, hasta que un día Fabián fue con ella y vio que tenía una casa, un autito, hijos. Por suerte no volvió más. Ay, me pasa cada cosa en la vida que no sé…

Eso te pasa por ser cantora y cantante. Por ser encantadora.
No te vayas a creer. No es nada fácil, sigo estudiando y te lo dije ochenta veces; yo soy tímida, me cuesta mucho antes de salir al escenario. Yo tengo gastritis por culpa de esa timidez. Las cuatro o cinco primeras canciones las hago mirando al suelo. Por eso admiro tanto a los artistas que cantan en lugares donde se come y se bebe. Si alguien se hace escuchar allí, tiene un valor muy grande. Mucho respeto a esos artistas.

Hablando de artistas, ¿cómo te fue grabando el disco con Charly García?
Maravillosamente. Charly es genial. El disco se va a llamar Alta fidelidad. Todo es de él. El título también. Yo lo único que hago es cantar.

Nada menos. ¿Así que alta fidelidad?
Sí. El piensa que yo he sido absolutamente fiel a él. Y cómo no serlo. En la canción El cuchillo escribe, sintetizando nuestras vidas: «Me viste nacer, me viste crecer y yo te vi reír».  Charly se refiere a aquellos años tan felices cuando yo vivía con Pocho. Eran otros mundos. Él era un niño. «Yo te vi reír», dice él. Dice eso y dice tanto.

 
Leer artículo
 
 
 
 

Entrevista a Leonardo Favio

Compartimos en esta Gaceta una entrevista realizada a Leonardo Favio en 1971, donde adelantaba que su película Juan Moreira sería un “gran fresco sobre la vida y el hombre argentino, como esos murales de los pintores mexicanos”.

Fuente: Revista Siete Días Ilustrados, 31 de mayo de 1971.

Parapetado tras sus habituales tics, el efervescente cantautor y cineasta habla para Siete Días sobre sus últimas experiencias: Simplemente una rosa, film que le redituará diez millones de pesos, y Juan Moreira, “que será un gran fresco sobre la vida y la muerte de una pasión argentina”.

Alguna vez dijo: “Si tuviera un millón de pesos no sería como soy”. Fue hace cuatro años, claro, cuando hacía sus primeras armas como cantante en un sofisticado reducto de San Telmo y ni soñaba con que una sola de sus canciones acabaría por arrimarle sumas estrepitosamente mayores, por poner a prueba la sinceridad del arranque. Al menos en eso, Fuad Jorge Jury (33, dos hijos), nom de guerre Leonardo Favio, se ha mantenido fiel a sí mismo: sigue exhibiendo ese carácter exaltado y difícil que le acarreó no pocos problemas. Ya antes de haber cosechado el ruidoso suceso discográfico de 1969 su labor cinematográfica, sus irreverentes declaraciones y, en cierto modo, su azarosa vida privada, lo habían señalado como un personaje díscolo en torno a cuyas actitudes y realizaciones, público y crítica no acababan de ponerse de acuerdo. Actor consagrado en El secuestrador y La mano en la trampa, bajo la batuta de Leopoldo Torre Nilsson, no tardó en dejarse tentar por la dirección. Crónica de un niño solo, Romance del Aniceto y la Francisca y El dependiente probaron que se estaba frente a un hombre de intuición y talento poco frecuentes. Luego de un intento fracasado de convertirse en cantante popular –su primer tema, Quiero la libertad, vendió 500 copias– y cuando los directivos del sello grabador estaban dispuestos a rescindirle el contrato, Fuiste mía un verano lo instaló en pocas semanas en la codiciada categoría de ídolo máximo de la canción. En su carrera no sólo dejó atrás a Sandro y Palito Ortega, sino también los días difíciles que conoció junto a María Vaner, con quien se había casado en 1960. Del brazo de Carola, su segunda esposa, transitó un éxito fácil que no le exigía, al parecer, más que algunos renunciamientos.

Ahora, toda esa efervescencia parece evaporarse y Leonardo Favio ostenta, en cambio, un envidiable profesionalismo. Lo enorgullece levantarse todas las mañanas poco después de las siete y cumplir estrictamente sus horarios de trabajo, incluso las ocho horas diarias de filmación que demanda su última película, Simplemente una rosa. Una redituable experiencia, bastante alejada de su postergado Juan Moreira pero que, sin duda alguna, lo compensará de tantos desvelos. Entretanto, desayuna con mate, almuerza frugalmente y se somete con paciencia a un tratamiento de acupuntura que lo deslumbra, pese a los mil doscientos dólares de costo. Exultante todavía aunque con una serenidad desconocida, casi formal, Favio conversó con Siete Días la semana pasada. Una conversación de la que no estuvieron ausentes su mate inseparable, sus arbitrariedades, sus gestos, su avasallante simpatía.

La gente habla de un nuevo Favio. ¿Es cierto que has cambiado?
Es lógico y necesario. El cambio es vida. Si no te renovás estás listo. Lo que no significa que no haya cosas perdurables: el amor a la gente y a la tierra de uno, la amistad. Son valores perdurables aunque con el tiempo también se trasforman.

¿Es madurez eso?
Sí. Siempre y cuando no sea la madurez de la fruta que se pudre y cae.
Leonardo Favio parece estar seguro de no caer. Su último viaje a Chile –donde cantó ante una enfervorizada multitud de 25 mil personas– no aporta, precisamente, elementos para desmentirlo. Como tampoco su rotunda seguridad de ser el cantante latino que más vende en España y Estados Unidos o el hecho de que su pase del Canal 13 al 9 haya costado cinco millones de pesos y que cada actuación le signifique un millón de ingreso. Confirmación de una importante audiencia que, sin embargo, no logra encubrir otra realidad: la demanda popular del producto Favio ha disminuido. Aquel oleaje incontenible que lo llevó a la cresta de la fama parece haberse convertido en una serena marejada.

Seguís siendo un intérprete taquillero, pero el boom ha pasado, ¿por qué?
Yo no necesito ser un boom. Ahora soy una institución. Si no fuera así, los empresarios, que conocen muy bien el negocio, no me cotizarían tan alto.
Sorbe pausadamente su quinto o sexto mate, mira por la ventana hacia la calle Paraguay y anuncia su próxima mudanza a un dúplex bastante más amplio, un poco más suntuoso. Un signo exterior de aburguesamiento que no parece haberlo modificado profundamente. Lo concreto es que alcanzó la popularidad y está decidido a instalarse definitivamente en ella. Diez, veinte canciones lo ayudarán a lanzarse «con todo» en los próximos meses. Para eso están la guitarra, el grabador y los amigos, y Jorge López Ruiz, su arreglador y director de orquesta. También están los bocetos para su soñado Juan Moreira: un Rodolfo Bebán barbudo y severo, apuntes, dibujos de vestuarios.

¿Qué pasa con Moreira?
Que ya se viene. 

¿Qué significa esta película para vos?
Pienso que Moreira tendrá que ser un gran fresco sobre la vida y el hombre argentino, como esos murales de los pintores mexicanos. Un vistazo hacia el pasado pero, al mismo tiempo, de gran contemporaneidad. Algo así como la vida y la muerte de una pasión argentina.
(…)

Leer artículo
 
 
 
 

Testimonios sobre el 17 de octubre

Tres días antes de la histórica jornada del 17 de octubre de 1945, el coronel Juan Perón le escribía a Evita, su “adorable tesoro”, una carta desde la cárcel de la isla Martín García, con un singular tono escéptico y resignado. Entre palabras de amor, le prometía un futuro alejado del conflictivo mundo de la política: “…tan pronto salga de aquí, nos casaremos y nos iremos a vivir en paz a cualquier sitio (…) Díle, por favor, a Mercante que hable con Farrell para saber si autorizan que nos vayamos a Chubut (…) nos casaremos al día siguiente y si no, ya lo arreglaré todo de una manera u otra…”. Pocas cosas podrían hacerle creer a este hombre fuerte del golpe de estado de junio de 1943, que se desempeñaba como vicepresidente de la Nación, secretario de Guerra y de Trabajo, que sus días como político no habían acabado.

En los últimos dos años, Perón había intentado construir un proyecto político de conciliación entre los diferentes sectores de la sociedad, especialmente entre trabajadores y empresarios. Pero sus esfuerzos, particularmente entre los hombres de negocio y la clase política, no habían dado los resultados esperados. A comienzos de 1945, enfrentaba un notorio aislamiento político. Fue entonces cuando dio un brusco giro estratégico: dejó de lado la búsqueda de la conciliación social y convocó a los trabajadores a defender su gestión. Su detención el 10 de octubre de aquel año ponía un virtual fin a su proyecto. Sin embargo, en aquellos días se gestaría el trascendental acontecimiento de masas que lo devolvería al frente del gobierno y daría inicio al movimiento que lleva su nombre.

Reproducimos en esta ocasión un informe especial publicado en la revista Panorama sobre aquellas jornadas, escrito en el agitado contexto del definitivo regreso de Perón al país luego de 17 años de exilio. El informe pone de relieve el rol que le cupo a la clase obrera y a su dirigencia en la gestación del peronismo. Aquel 17 de octubre por la mañana comenzaron a confluir los trabajadores a la Plaza de Mayo, a pesar de que la CGT había convocado, luego de arduas discusiones, a la huelga general para el día 18. Los acontecimientos se precipitaron. Las vacilaciones de la oposición civil y de sus representantes militares se agrandaron ante la acción espontánea de miles de trabajadores y la convicción de numerosos dirigentes sindicales. Tras la multitudinaria manifestación, Perón no sólo logró ser liberado sino que cuatro meses más tarde ganaría las elecciones presidenciales que lo llevarían a ocupar la presidencia del país durante más de nueve años.

Fuente: Revista Panorama, 12 de octubre de 1972.

Informe especial

Ocurrió un 17 de octubre

En octubre de 1945 Juan Domingo Perón había cumplido 50 años y había llegado a posiciones de importancia en el gobierno militar surgido del golpe producido el 4 de junio de 1943. En aquel momento, Edelmiro Farrell era presidente de la República (el tercero en dos años, después de Rawson y Ramírez) y la creciente influencia de Perón lo había llevado a ocupar simultáneamente tres cargos: como vicepresidente de la Argentina, como subsecretario en el Ministerio de Guerra y como titular del Ministerio de Trabajo y Previsión, donde había manifestado un abierto acercamiento hacia la clase trabajadora.

De esos puestos se lo quiso desalojar con un golpe de fuerza atribuido por los historiadores a la Marina y a Campo de Mayo, representados por el contraalmirante Vernengo Lima y el general Avalos. En octubre de 1945 la caída de Perón parecía un hecho consumado cuando se consiguió recluirlo en la isla de Martín García. Pero de inmediato fue sacado de allí: primero al Hospital Militar y después a la misma Casa Rosada. Ese rescate, conseguido por un movimiento de obreros provenientes de Avellaneda, fue un acto masivo del que hay pocos similares en la historia nacional. Sobre ese acontecimiento del 17 de octubre de 1945 informa el texto siguiente, con una cronología de los sucesos previos y testimonios inéditos del dirigente gremial Enrique Della Busca y la escritora Blanca Luz Brum:

Cronología 
Miércoles 10 de octubre de 1945: A la mañana se informa a los gremios que Perón hablaría esa tarde para despedirse del personal y de los obreros, desde la Secretaría de Trabajo. Poco antes, precisamente la noche del 8 de octubre –cuando el entonces coronel festejaba su cincuenta aniversario- el jefe de la guarnición de Campo de Mayo, general Eduardo J. Avalos, le exigió la renuncia a la vicepresidencia de la Nación y a los cargos de secretario de Trabajo y secretario de Guerra. La resolución de dirigirse a los trabajadores constituye su última alternativa política, un pretexto para congregar a los obreros adictos ante los ojos mismos de los militares.
Jueves 11 de octubre: Perón solicita licencia al ministro de Guerra a la espera de su retiro.

Viernes 12 de octubre: Por la mañana, los civiles antiperonistas se citan en la plaza San Martín y reclaman ante el Círculo Militar el reemplazo de Farrell. Cerca del mediodía, el contraalmirante Vernengo Lima, secretario de Marina, trata de calmar a la muchedumbre antiperonista que exigía el traslado del gobierno a la Corte de Justicia. Su arenga no es, sin embargo, demasiado feliz y no consigue su propósito: la multitud mantiene sus estribillos antimilitaristas. En ese mismo momento, el coronel Mercante, primer colaborador de Perón, congrega a una cincuentena de dirigentes gremiales a fin de que ordenen una huelga general. A las 9 de esa noche, la policía carga sobre el grupo de revoltosos instalado en plaza San Martín, y a golpe de sable trata de disolverlos. Poco después se generaliza un tiroteo y cae muerto el médico Eugenio Ottolenghi, de 40 años. Hay 34 heridos de bala.

Sábado 13 de octubre: El presidente Farrell encomienda al subjefe interino de policía, mayor Héctor D’Andrea, la detención de Perón en su casa de la calle Posadas 1567. D’Andrea cumple esa orden y Perón es trasladado a la isla Martín García. Las horas siguientes componen un difícil equilibrio de fuerzas: el gobierno propone un cambio de gabinete en tanto Perón duda, en la isla, respecto de los pasos a seguir. El hábeas corpus, alentado por Eva Perón, fracasa. Los acontecimientos, sin embargo, favorecen al coronel: la noticia de su confinamiento moviliza a los gremios. Los obreros de la carne, dirigidos por Cipriano Reyes, recorren las calles de Berisso y Ensenada con carteles y banderas argentinas. Según La Prensa esas manifestaciones reunieron a más de 700 personas.

Domingo 14 de octubre: Perón sigue preso en Martín García, supuestamente atacado de pleuresía. Se inician activas gestiones para internarlo en el Hospital Militar; ese trámite resulta exitoso, aunque su resolución se posterga hasta el mismo miércoles 17.
Lunes 15 de octubre: Se conoce la noticia del traslado de Perón al Hospital Militar. Cipriano Reyes organiza la movilización popular.

Martes 16 de octubre: A las 6 de la tarde, en Berisso, los obreros del Sindicato Autónomo de la Carne, presididos por Reyes, inician una marcha reclamando de viva voz la libertad de Perón. La policía provincial dispersa a los manifestantes a las pocas cuadras pero se reagrupan con la intención de cruzar el puente que une Berisso con Ensenada, para llegar hasta la destilería de YPF y levantar a sus obreros. Son de nuevo contenidos, esta vez por un piquete de marineros. Hechos similares se reproducen en Avellaneda, y, finalmente, algunos grupos de proletarios llegan a la capital: serán los madrugadores del 17.

Miércoles 17 de octubre: A las 2 de la madrugada, Perón es llevado al undécimo piso del Hospital Militar. Evita, con su hermano Juan Duarte, ingresa poco después; a partir de ese momento, el cuartel general de operaciones tendrá como sede ese sector del policlínico. Horas después, a las siete de la mañana, los obreros de la carne largan la huelga general y empiezan a recorrer las calles de la Capital. Con el correr de las horas se irán instalando en las proximidades de la plaza de Mayo, pero la espera será larga: Perón hablará por fin a medianoche.

 
Leer artículo
 
 

Alfonsina Storni en primera persona sobre su infancia

De familia sanjuanina, pero nacida en Suiza, Alfonsina Storni fue una de las más grandes escritoras argentinas. Sin duda alguna, la tragedia marcó su vida, pero no siempre se reflejó ello en su escritura. Las recurrentes andanzas familiares, el alcoholismo del padre, la sorpresiva muerte de un familiar, dieron forma a sus primeros versos, impregnados de la temática de la muerte.

Alfonsina trabajó de chica como mesera, siguió como actriz, empleada de comercio y luego ejerció como docente en diferentes establecimientos educativos. Pero su temprana vinculación con la actuación y la prosa le abrieron el camino hacia la alta literatura porteña. Uno de los rasgos sobresalientes de su escritura fue su posición feminista.

Alfonsina realizó numerosas publicaciones, trabó amistad con los más importantes escritores rioplatenses, desde Horacio Quiroga hasta Leopoldo Lugones, de quien más tarde se distanciaría. Afectada por habituales trastornos neuróticos y un grave cáncer de mama, Alfonsina no soportó más los fuertes dolores que le producía su enfermedad. A principios de octubre de 1938 dependía de la morfina para apaciguar el sufrimiento. Los médicos le habían dado seis meses de vida, pero Alfonsina no iba a dejar librado a los caprichos del destino su último aliento y el 25 de octubre de 1938, a los 46 años, se hundió en las aguas de Mar del Plata.

La recordamos con sus recuerdos de infancia, que dejó plasmados en una conferencia que pronunció en Montevideo el 27 de enero de aquel año titulada “Entre un par de maletas a medio abrir y la manecilla del reloj”.

Fuente: Diario Clarín, jueves 20 de octubre de 1988.

Estoy en San Juan, tengo cuatro años, me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como leyendo un libro que tengo en la mano y espío con el rabo del ojo el efecto que causa en el transeúnte. Unos primos me avergüenzan gritándome que tengo un libro al revés y corro a llorar detrás de la puerta.

A los seis años robo con premeditación y alevosía el texto de lectura en que aprendí a leer. Mi madre está muy enferma en cama; mi padre perdido en sus vapores. Pido un peso nacional para comprar el libro. Nadie me hace caso. Reprimendas de la maestra. Mis compañeras van a la carrera en su aprendizaje. Me decido. A una cuadra de la escuela normal a la que concurro hay una librería; entro y pido: El nene. El dependiente me lo entrega; entonces solicito otro libro, cuyo nombre invento. Sorpresa. Le indico al vendedor que lo he visto en la trastienda. Entra a buscarlo y le grito: “Allí le dejo el peso”, y salgo volando hacia la escuela. A la media hora las sombras negras, en el corredor, de la directora y de aquel, encogen mi corazoncillo. Niego, lloro, digo que dejé el peso en el mostrador, recalco que había otros niños en el negocio. En mi casa nadie atiende reclamos y me quedo con lo pirateado

Crezco como un animalito, sin vigilancia, bañándome en los canales sanjuaninos, trepándome a los membrillares, durmiendo con la cabeza entre pámpanos. A los siete años aparezco en mi casa a las diez de la noche acompañada de la niñera de una casa amiga adonde voy después de mis clases y me instalo a cenar. 

A los ocho, nueve y diez años miento desaforadamente: crímenes, incendios, robos, que no aparecen jamás en las noticias policiales. Soy una bomba cargada de noticias espeluznantes, vivo corrida por mis propios embustes, alquitranada en ellos; meto a mi familia en líos, invito a mis maestros a pasar las vacaciones en una quinta que no existe; trabo y destrabo, el aire se hace irrespirable; la propia exuberancia de las mentiras me salva. 

A los doce años escribo mi primer verso. Es de noche: mis familiares, ausentes. Hablo en él de cementerios, de mi muerte. Lo doblo cuidadosamente y lo dejo debajo del velador, para que mi madre lo lea antes de acostarse. El resultado es esencialmente doloroso: a la mañana siguiente, tras una contestación mía levantisca, unos coscorrones frenéticos pretenden enseñarme que la vida es dulce. Desde entonces los bolsillos de mis delantales, los corpiños de mis enaguas, están llenos de papeluchos borroneados que se me van muriendo como migas de pan.

 
Leer artículo
 
 
 

Noticias

 

Hallan un recipiente de cerámica con más de 100.000 monedas de bronce enterrado en la antigua residencia de un samurai del siglo XV al norte de Tokio.

 
 

El Mural de la Fertilidad hallado en Perú, un relieve escultórico de 3.800 años de antigüedad, evoca las dificultades producidas por cambios climáticos y la escasez de agua, que afectó a la productividad agrícola.

 
 

Pescadores turcos descubren pinturas del paleolítico en unas cuevas tras una bajada de las aguas de una represa.

Las tallas podrían remontarse a hace 2,6 millones de años.

 
 
 

Esta tablilla de 4000 años podría ser la “hoja de reclamaciones” más antigua del mundo.

La pieza de barro, ubicada en la antigua ciudad de Ur, al sur de Irak, se encuentra en el Museo Británico.

 
 
 

Importante hallazgo en Palenque: un mascarón que representa a Pakal el Grande.

El célebre gobernante maya de Palenque reinó durante casi todo el siglo VII d.C.

 
 

Una niña encuentra una espada de 1.500 años de antigüedad en un lago de Suecia.

Saga Vanecek estaba jugando en la orilla del lago Vidöstern, en el sur de Suecia, cuando encontró una espada. El objeto está fechado en el siglo V o VI d.C., casi a finales de la Edad del Hierro, antes de la época vikinga.
 
 

El primer dibujo de la humanidad tiene 73.000 años de antigüedad

Fue hallado en la cueva de Blombos, en Sudáfrica. Según una reciente investigación la pieza, que parece similar al famoso símbolo de hashtag,  es 30.000 años más antigua que las creaciones similares conocidas hasta la fecha.

 
 
 
 
 

Lanzamiento de libros

 

Alfonsina Storni. Una biografía esencial, por Josefina Delgado. Editorial Sudamericana, 256 págs. $ 449. Un libro sobre la vida de una de las escritoras más importantes de la Argentina. Su final trágico la muestra como una mujer excepcional, en la que el carácter triunfa por encima de las normas sociales. https://www.megustaleer.com.ar/libros/alfonsina-storni/MAR-004362

 ¿Por qué no pasan los 70? No hay verdades sencillas para pasados complejos, por Claudia Hilb, Editorial Siglo XXI, 176 págs. $ Un libro sobre la polarización ideológica en torno a la década de 1970. La autora interroga nuestra relación con los setenta, en especial las zonas grises o ambiguas que a las visiones extremas no les interesa captar. http://www.sigloxxieditores.com.ar/fichaLibro.php?libro=978-987-629-873-5

La cabeza de Mariano Rosas, por Sergio Schmucler. Editorial Marea, 176 págs. $ 375. El autor retoma literariamente dos vidas novelescas que retratan gran parte de la historia argentina y que son el símbolo del país que estaba naciendo. La de Lucio Mansilla, militar, escritor, político, dandy, nacido en cuna de oro y mimado por la sociedad. Y la de Panguitruz Güor o Mariano Rosas, cacique de un pueblo a punto de ser asesinado en masa por la Campaña del Desierto y cuya cabeza terminó exhibida como trofeo en el Museo de La Plata, de donde Mansilla se propone rescatarla.

https://www.editorialmarea.com.ar/catalogo/novela-basada-en-hechos-reales-8/la-cabeza-de-mariano-rosas-62  

El manco Paz. El más federal de los unitarios,por Max Delupi. Editorial Marea, 296 págs. $ 395.Una nueva mirada sobre uno de los personajes más fascinantes y contradictorios de nuestra historia: el caudillo unitario, José María Paz.
http://www.editorialmarea.com.ar/mancopaz.html

La enfermedad y el poder, por Tania Crasnianski, Editorial El Ateneo, 288 págs. $ 390. Hitler, Mao, Mussolini, Pétain, Churchill, Franco, Kennedy, Stalin: los hombres más poderosos del siglo XX han mantenido vínculos complejos con sus médicos. Verdaderas muletas, a la vez físicas y psicológicas, que debían estar disponibles en todo momento, prescriptores de diversos tratamientos, confidentes indispensables, estos profesionales trabajaron con discreción detrás del poder. http://editorialelateneo.com.ar/detalle-libro.php?id_lib=802&libro=La%20enfermedad%20y%20el%20poder

 
 
FacebookTwitterYouTubeInstagramWebsite
Elhistoriador.com.ar es una herramienta de consulta, dirigida por Felipe Pigna, pensada para estimular la reflexión y el amor por nuestro pasado para contribuir a fortalecer los cimientos del futuro.
  Me gusta 
  Suscribirse
  Compartir 
Cancelar suscripción[unsubscribe]