ECOLOGÍA

Manuel Belgrano fue pionero en el cuidado de la naturaleza. Desde muy temprano en su gestión del consulado señalaba los beneficios de plantar árboles.

Todo se ha dejado a la naturaleza, más aún esta misma se ha tirado a destruir, si cabe decirlo así; por tantas partes que se recorra en sus tres reinos, el animal, mineral y vegetal, solo se ven las huellas de la desolación, y lo peor es que se continúa con el mismo o tal vez con mayor furor sin pensar y detenerse a reflexionar sobre las execraciones, que mereceremos de la posteridad y que ésta llorará de la poca atención que nos debe. (…) Es indispensable poner todo cuidado y hacer los mayores esfuerzos en poblar la tierra de árboles, mucho más en las tierras llanas, que son propensas a la sequedad cuando no están defendidas; la sombra de los árboles contribuye mucho para conservar la hu­medad, los troncos quebrantan los aires fuertes, y proporcionan mil ventajas al hombre… [...] En Europa, se premia por cada árbol que se ha arraigado un tanto, y sin esto, los particulares, por su propia utilidad se destinan a este trabajo, además de haberse prescripto leyes por los gobiernos para un objeto tan útil como éste. Tal es en algunos cantones de Alemania [...] que no se puede cortar árbol ninguno por propio que sea para los usos de carpintería sin antes haber probado que se ha puesto otro en su lugar, añadiendo a esto que ningún habitante de la campaña puede casarse sin presentar una certificación de haber comenzado a cultivar un cierto número de árboles; también asegura, y me es notorio, que en Vizcaya hay mucho cuidado para que todo propietario que corte un árbol ponga en su lugar tres.

Fuente: Memoria presentada al consulado en 1796; en Documentos del Archivo de Belgrano, Tomo I, Buenos Aires, Museo Mitre, 1913, Pág. 69-70.