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Año 13 · Número 126 · Agosto de 2018, ISSN 1851-5851 - Una publicación de www.elhistoriador.com.ar, dirigida por Felipe Pigna ÍndicePrimera carta de Cristóbal Colón anunciando el descubrimientoEl 3 de agosto de 1492, el almirante Cristóbal Colón zarpó con las tres carabelas del puerto de Palos... La construcción del Muro de BerlínEl 13 de agosto de 1961 comenzó a levantarse el Muro de Berlín. Compartimos aquí un artículo sobre el inicio de la construcción de aquella José de San Martín en Cádiz, por José de EspañaEl 29 de mayo de 1808 el pueblo de Cádiz se alzó contra las autoridades españolas, rodeó a la sede de gobierno y asesinó al general Francisco Solano... Sacco y Vanzetti, por Howard ZinnHoy recordamos con este texto de Howard Zinn a los anarquistas Sacco y Vanzetti, que el 23 de agosto de 1927 fueron injustamente declarados culpables de asesinato y condenados a la silla eléctrica.
La Gaceta históricaEn esta nueva edición de nuestra Gaceta histórica recordamos el día que Cristóbal Colón zarpó desde España con una carta que el marino genovés envió al financista Luis de Santángel. En ella Colón se refería así a la generosidad de los habitantes de las tierras en que había desembarcado: “En todas estas islas me parece que todos los hombres sean contentos con una mujer, y a su mayoral o rey dan hasta veinte. Las mujeres me parece que trabajan más que los hombres. Ni he podido entender si tienen bienes propios; que me pareció ver que aquello que uno tenía todos hacían parte, en especial de las cosas comederas”. Compartimos también un artículo sobre el levantamiento del Muro de Berlín al cumplirse este 13 de agosto un nuevo aniversario del comienzo de su construcción en el año 1961, y recordamos además un dramático episodio que quedó hondamente marcado en la memoria de José de San Martín: el momento en que el pueblo gaditano se alzó contra las autoridades españolas, rodeó a la sede de gobierno y asesinó al general Francisco Solano, capitán general de Andalucía. San Martín, que estaba a cargo de la guardia del palacio donde se alojaba Solano, fue también atacado por un grupo de exaltados, pero sacó a relucir su coraje ahuyentando a varios e hiriendo a otros, hasta que pudo encontrar refugio y salvar su vida. Como siempre encontrarán también en esta Gaceta las noticias históricas, los lanzamientos de libros y las efemérides destacadas del mes. ¡Que la disfruten! Felipe Pigna 1º de agosto de 1776 3 de agosto de 1492 4 de agosto de 1976 6 de agosto de 1824 6 de agosto de 1945 9 de agosto de 1945 12 de agosto de 1806 15 de agosto de 1812 16 de agosto de 1570 17 de agosto de 1850 17 de agosto de 1961 18 de agosto de 1848 22 de agosto de 1972 23 de agosto de 1812 23 de agosto de 1812 23 de agosto de 1927 23 de agosto de 1994 24 de agosto de 1899 26 de agosto de 1810 Esta sección está destinada al rescate de documentos históricos trascendentes tanto para la investigación histórica como para el estímulo de la reflexión presente. El material seleccionado –cartas, artículos, entrevistas– se encuentra en sintonía con algunas de las más destacadas efemérides del mes. Primera carta de Cristóbal Colón anunciando el descubrimientoEl 3 de agosto de 1492, el almirante Cristóbal Colón zarpó con las tres carabelas del puerto de Palos en Andalucía, España. Compartimos en esta Gaceta la primera carta que le envió a su financista, Luis de Santángel. Fuente: http://aix1.uottawa.ca/~jmruano/colon.pdf [Dirigida a Luis de Santángel, financista de Colón y Escribano de Ración (prestamista), la carta fue publicada en abril de 1493 y se convirtió en uno de los primeros “best sellers” en Europa. Al menos once ediciones salieron de las imprentas de Europa aquel año en España, Italia, Francia, Suiza y los Países Bajos.] Señor, porque sé que habréis placer de la gran victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viaje, os escribo ésta, por la cual sabréis cómo en 33 días pasé de las islas de Canaria a las Indias con la armada que los ilustrísimos rey y reina nuestros señores me dieron, donde yo hallé muy muchas islas pobladas con gente sin número; y de ellas todas he tomado posesión por Sus Altezas con pregón y bandera real extendida, y no me fue contradicho. A la primera que yo hallé puse nombre San Salvador a conmemoración de Su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado; los Indios la llaman Guanahaní; a la segunda puse nombre la isla de Santa María de Concepción; a la tercera Fernandina; a la cuarta la Isabela; a la quinta la isla Juana, y así a cada una nombre nuevo. Cuando yo llegué a la Juana, seguí yo la costa de ella al poniente, y la fallé tan grande que pensé que sería tierra firme, la provincia de Catayo. Y como no hallé así villas y lugares en la costa de la mar, salvo pequeñas poblaciones, con la gente de las cuales no podía haber habla, porque luego huían todos, andaba yo adelante por el dicho camino, pensando de no errar grandes ciudades o villas; y, al cabo de muchas leguas, visto que no había innovación, y que la costa me llevaba al septentrión, de adonde mi voluntad era contraria, porque el invierno era ya encarnado, y yo tenía propósito de hacer de él al austro, y también el viento me dio adelante, determiné de no aguardar otro tiempo, y volví atrás hasta un señalado puerto, de adonde envié dos hombres por la tierra, para saber si había rey o grandes ciudades. Anduvieron tres jornadas, y hallaron infinitas poblaciones pequeñas y gente sin número, mas no cosa de regimiento; por lo cual se volvieron. Yo entendía harto de otros Indios, que ya tenía tomados, cómo continuamente esta tierra era isla, y así seguí la costa de ella al oriente ciento y siete leguas hasta donde hacía fin. Del cual cabo vi otra isla al oriente, distante de ésta diez y ocho leguas, a la cual luego puse nombre la Española y fui allí, y seguí la parte del septentrión, así como de la Juana al oriente, 188 grandes leguas por línea recta; la cual y todas las otras son fertilísimas en demasiado grado, y ésta en extremo. En ella hay muchos puertos en la costa de la mar, sin Page 2 y montañas altísimas, sin comparación de la isla de Tenerife; todas hermosísimas, de mil hechuras, y todas andables, y llenas de árboles de mil maneras y altas, y parece que llegan al cielo; y tengo por dicho que jamás pierden la hoja, según lo puedo comprehender, que los vi tan verdes y tan hermosos como son por mayo en España, y de ellos estaban floridos, de ellos con fruto, y de ellos en otro término, según es su calidad; y cantaba el ruiseñor y otros pajaricos de mil maneras en el mes de noviembre por allí donde yo andaba. Hay palmas de seis o ocho maneras, que es admiración verlas, por la deformidad hermosa de ellas, mas así como los otros árboles y frutos e hierbas. En ella hay pinares a maravilla y hay campiñas grandísimas, y hay miel, y de muchas maneras de aves, y frutas muy diversas. En las tierras hay muchas minas de metales, y hay gente en estimable número. La Española es maravilla; las sierras y las montañas y las vegas y las campiñas, y las tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganados de todas suertes, para edificios de villas y lugares. Los puertos de la mar aquí no habría creencia sin vista, y de los ríos muchos y grandes, y buenas aguas, los más de los cuales traen oro. En los árboles y frutos e hierbas hay grandes diferencias de aquellas de la Juana. En ésta hay muchas especierías, y grandes minas de oro y do otros metales. La gente de esta isla y de todas las otras que he hallado y he habido noticia, andan todos desnudos, hombres y mujeres, así como sus madres los paren, aunque algunas mujeres se cobijan un solo lugar con una hoja de hierba o una cofia de algodón que para ellos hacen. Ellos no tienen hierro, ni acero, ni armas, ni son para ello, no porque no sea gente bien dispuesta y de hermosa estatura, salvo que son muy temerosos a maravilla. No tienen otras armas salvo las armas de las cañas, cuando están con la simiente, a la cual ponen al cabo un palillo agudo; y no osan usar de aquellas; que muchas veces me ha acaecido enviar a tierra dos o tres hombres a alguna villa, para haber habla, y salir a ellos de ellos sin número; y después que los veían llegar huían, a no aguardar padre a hijo; y esto no porque a ninguno se haya hecho mal, antes, a todo cabo adonde yo haya estado y podido haber fabla, les he dado de todo lo que tenía, así paño como otras cosas muchas, sin recibir por ello cosa alguna; mas son así temerosos sin remedio. Verdad es que, después que se aseguran y pierden este miedo, ellos son tanto sin engaño y tan liberales de lo que tienen, que no lo creería sino el que lo viese… (…)
La construcción del Muro de BerlínEl 13 de agosto de 1961 comenzó a levantarse el Muro de Berlín. Compartimos aquí un artículo sobre el inicio de la construcción de aquella muralla de 50 kilómetros de largo y cuatro de alto que durante 28 años dividió a Berlín Occidental de la República Democrática Alemana (RDA). Fuente: Diario Arriba, Nº 8.965 – II época – Madrid, martes 15 de agosto de 1961. Gravísima situación entre las dos zonas de Berlín separadas en pocas horas por una barrera militar comunista – 110.000 soldados se concentran en la zona oriental, apoyados por los 400.000 hombres del mariscal Koniev – Los berlineses del Oeste y del Este hacen frente con serenidad y firmeza a las provocaciones. Berlín.- A las tres y cuarto de la madrugada hay ya fuerte claridad diurna en Berlín, por la situación geográfica de la antigua capital alemana. En esa luz de la mañana del domingo –una fecha que puede quedar grabada en la Historia-, mientras la ciudad permanecía aún silenciosa, preparándose los habitantes del sector occidental a la habitual excursión a los lagos, en los autobuses amarillos que parten de la estación del Zoo, otra movilización insólita comenzó a advertirse en el sector oriental. Apenas se había difundido el comunicado de los Gobiernos comunistas firmantes del Pacto de Varsovia, anunciando el cierre de la frontera entre ambas partes de la escindida ciudad, pudo verse un largo convoy de camiones militares verdes, cargados de soldados con uniforme del “Ejército Popular” y casco soviético, bajar por la amplia calzada de la Unter der Linden, pasar entre el edificio blanco de la Embajada soviética y el medio derruido hotel Adion, y atravesar el cordón de miembros de la “Vo-Po” o Policía militar, para estacionarse a unos cien metros de la Puerta de Brandesburgo. Las tropas iban dotadas con armas ligeras. Medidas análogas fueron establecidas en otros puntos de Berlín. En la plaza de Postdam, foco de la rebelión del 17 de junio de 1953 y punto de convergencia de los cuatro sectores, fueron colocadas barreras de alambre de espino, reforzando así la línea de separación ya existente. Frente a los aduaneros y “schupos” occidentales, que habitualmente permanecen, dotados con gemelos, en las barandillas de la parte libre, junto al cartel luminoso donde se dan noticias a los habitantes orientales, aparecieron guardias comunistas, armados de fusiles, que se estacionaron en las esquinas y en lo alto de las ruinas que constituyen el decorado familiar de este cruce de la Friechistrasse y de la Strasemanstrasse, teniendo a sus espaldas las avenidas del Tiergarten. Un dramático despertar Las noticias fueron precisándose a medida que transcurrían las horas rodeado por tropas soviéticas, que eran las que realmente se encontraban tras las tropas y fuerzas de Policía de la Alemania oriental que cerraban todas las rutas de fuga de los fugitivos del “paraíso” comunista. Los que pudieron llegar a los sectores occiddentales y la Policía del Berlín Oeste informaron que columnas de tanques rusos y de las tropas de Ulbricht habían sido vistas en movimiento hacia las zonas fronterizas de Berlín. El conductor de un camión declaró que en su marcha hacia la capital había tenido que dejar paso a 30 tanques soviéticos en Wollic. Ante la Embajada soviética de la Unter der Landen, vigilada habitualmente sólo por centinelas de infantería, se señaló la presencia de diez carros blindados. El cielo del sector oriental estaba rasgado por las sirenas de los coches de Policía en incesante ronda a la caza de fugitivos, que se cruzaban con los interminables convoyes de tropas. Viajeros llegados de Hamburgo informaron que la autopista que constituye uno de los corredores terrestres hacia Berlín estaba vigilada por tanques y fuerzas de infantería orientales. Los observadores de Berlín occidental calculan que el Gobierno de Pankow ha concentrado en el Berlín oriental la totalidad de sus tropas: 110.000 soldados, mezclados con unidades soviéticas, mientras el grueso de los hombres del Ejército soviético, mandado por el mariscal Koniev, controla el resto de la zona. Se considera, sin embargo, que toda la operación militar sobre Berlín está dirigida por Koniev, cuyas divisiones están situadas tras el cordón de las unidades orientales. El comunicado alemán oriental José de San Martín en Cádiz, por José de EspañaEl 29 de mayo de 1808 el pueblo de Cádiz se alzó contra las autoridades españolas, rodeó a la sede de gobierno y asesinó al general Francisco Solano, capitán general de Andalucía. San Martín, que estaba a cargo de la guardia del palacio donde se alojaba Solano, fue también atacado por un grupo de exaltados, pero sacó a relucir su coraje ahuyentando a varios e hiriendo a otros, hasta que pudo encontrar refugio y salvar su vida. Recordamos aquel episodio con un artículo publicado en la revista Crítica. Fuente: Revista Crítica, Buenos Aires, 12 de agosto de 1933, pág. 5. “Bátase, ríndase e incéndiese la escuadra francesa en represalia de nuestros hermanos asesinados por orden de Murat en la Corte.” Este es el grito de la muchedumbre de Cádiz, que los papeles públicos del 28 de mayo de 1808 hacen circular por toda la población. El pueblo de Cádiz se ha lanzado a la calle y quiere, al ejemplo de toda España, vengar de manera memorable los asesinatos cometidos por las tropas francesas. San Martín, que desde hace días viene asistiendo a la inquietud creciente que reina en la población, comprende que hoy las cosas no acabarán de buena manera. Poco después de mediodía un gran golpe de gentes, que afluye por las calles vecinas, ha comenzado a reunirse en la Plaza de San Antonio. Al principio han sido grupos de cuatro, de seis, de ocho personas, los que se han visto discurrir en animadas conversaciones. Contra su carácter popular, estos grupos hablan y actúan casi sigilosamente. No obstante, sus ademanes violentos, los rápidos cuchicheos de las cabezas que se juntan, dicen la cólera sorda que los anima, la contenida indignación que atiza la conspiración en plena calle. En uno de los núcleos que discute en el centro de la plaza hay un hombrecillo flaco, rostro color de limón taraceado por antiguas viruelas, que desde hace una hora larga gesticula ante un grupo de hastiales que le contemplan embobados. Poco a poco, los ademanes del hombrecillo han ganado en violencia y en rapidez hasta tornarse casi frenéticos. De pronto, el pequeño ser ha dado dos pasos atrás y curvándose vivamente en un ademán obsceno se ha tomado las partes viriles para reforzar con tal gesto las palabras de su discurso. “¡Tiene razón!…”, ha comentado el grupo de sus incondicionales, seducido por su mímica enérgica. Este es el tono que reina en toda la ciudad. San Martín, para quien no escapa un detalle de cuanto ocurre a su alrededor, trata de valorar con criterio militar la magnitud de los acontecimientos. Sacco y Vanzetti, por Howard ZinnHoy recordamos con este texto de Howard Zinn a los anarquistas Sacco y Vanzetti, que el 23 de agosto de 1927 fueron injustamente declarados culpables de asesinato y condenados a la silla eléctrica.
Fuente: La Jornada, 23 de agosto de 2007. Tomado del libro de Howard Zinn: A Power Governments Cannot Suppress, City Lights Books, San Francisco, 2007. Traducción: Ramón Vera Herrera. http://www.jornada.com.mx/2007/08/23/index.php?section=opinion&article=036a1mun Cincuenta años después de la ejecución de los inmigrantes italianos Sacco y Vanzetti, el gobernador Dukakis de Massachusetts instauró un panel para juzgar la justicia de dicho proceso, y la conclusión fue que a ninguno de estos dos hombres se les siguió un proceso justo. Esto levantó en Boston una tormenta menor. John M. Cabot, embajador estadunidense retirado, envió una carta donde declaraba su “gran indignación” y apuntaba que la sentencia de muerte fue ratificada por el gobernador Fuller luego que “tres de los más distinguidos y respetados ciudadanos hicieran una revisión especial del caso: el presidente Lowell, de Harvard; el presidente Stratton, del MIT, y el juez retirado Grant”. Esos tres “distinguidos y respetados ciudadanos” fueron vistos de modo muy distinto por Heywood Broun, quien en su columna de New York World escribió inmediatamente después que los invitados distinguidos del gobernador rindieran su informe. Y decía: “No cualquier prisionero tiene a un presidente de Harvard University que le prenda el interruptor de corriente… si esto es un linchamiento, por lo menos el vendedor de pescado y su amigo el obrero podrán sentirse ungidos en el alma pues morirán a manos de hombres con trajes de etiqueta y togas académicas”. Heywood Broun, uno de los más distinguidos periodistas del siglo XX, no duró mucho como columnista de New York World. En el 50 aniversario de la ejecución, el New York Times informó que “los planes del alcalde Beame de proclamar el martes siguiente como el ‘día de Sacco y Vanzetti’ fueron cancelados en un esfuerzo por evitar controversias, dijo un vocero de la municipalidad ayer”. Debe haber buenas razones para que un caso de 50 años de antigüedad, hoy ya de 80 años, levante tantas emociones. Sugiero que esto ocurre porque hablar de Sacco y Vanzetti inevitablemente remueve asuntos que nos perturban hoy: nuestro sistema de justicia, la relación entre la guerra y las libertades civiles, y lo más preocupante de todo: las ideas del anarquismo: la obliteración de las fronteras nacionales y como tal de la guerra, la eliminación de la pobreza y la creación de una democracia plena. El caso de Sacco y Vanzetti revela, en los más descarnados términos, que las nobles palabras inscritas en los frontispicios de nuestras cortes “igualdad de justicia ante la ley”, siempre han sido una mentira. Esos dos hombres, el vendedor de pescado y el zapatero, no lograron obtener justicia en el sistema estadunidense, porque la justicia no se imparte igual para el pobre que para el rico, para el oriundo que para el nacido en otros países, para el ortodoxo que para el radical, para el blanco o la persona de color. Y aunque la injusticia se juegue hoy de maneras más sutiles y de modos más intrincados que en las crudas circunstancias que rodearon el caso de Sacco y Vanzetti, su esencia permanece. En su proceso la inequidad fue flagrante. (...) El ciclo de la ilusión y el desencanto. Políticas económicas argentinas desde 1880 a nuestros días (edición corregida y aumentada), de Lucas Llach y Pablo Gerchunoff. Editorial Crítica, 616 págs. $ 549. El libro se proponeentender la economía y la política argentinas haciendo foco en los dilemas de los que toman las decisiones y las consecuencias en el desarrollo de la estructura productiva y social intentando consignar el contexto internacional, el rol de los debates y las luchas políticas y los factores internos y externos. https://www.planetadelibros.com.ar/libro-el-ciclo-de-la-ilusion-y-el-desencanto/266290 La rebelión de los generales, de Rogelio García Lupo, Editorial Vergara, $ 254 (ebook). Se reedita esta obra, publicada por primera vez en medio de la crisis militar de 1962. https://www.megustaleer.com.ar/libros/la-rebelin-de-los-generales/MAR-015871. La caída, de Pablo Gerchunoff. Editorial Crítica, 272 págs. $ 399. El autor se propone dar respuesta a interrogantes como: ¿Por qué cayó en septiembre de 1955 el gobierno del general Juan Domingo Perón? ¿Cómo fue derrocado por una sublevación militar? ¿Por qué obreros y militantes, sindicalistas y ciudadanos no se alzaron en armas para defender la Constitución y la presidencia peronista contra la autodenominada “Revolución Libertadora”? ¿Qué papel jugaron Brasil y Estados Unidos? El fascismo argentino. La matriz autoritaria del peronismo, de Ignacio Montes de Oca, Editorial Sudamericana, 384pág. $ 599. El autoritarismo es un rasgo constitutivo de la cultura política argentina desde hace un siglo. Sin embargo, fue con la llegada del peronismo al poder en 1945 que la sociedad mostró su apoyo a un proyecto de líder. Historia política de Chile 1810-2010. Tomo III. Problemas económicos, de Iván Jaksic (editor general; Andrés Estefane y Claudio Robles (editores del tomo), Fondo de Cultura Económica, 444 págs. El libro examina una serie de problemas fundamentales de la economía a partir de su relación con la historia política chilena. Historia del contrabando en la Argentina, de Mauro Federico y Fernando Ortega Zabala, Editorial Aguilar, 192 págs. $ 449. Genealogía de una actividad ilegal millonaria, varias veces superior al producto bruto interno, que involucró a los más altos funcionarios desde los orígenes hasta la actualidad del país. Delincuentes viajeros. Estafadores, punguistas y policías en el atlántico sudamericano, de Diego Galeano, Editorial Siglo XXI, 288 págs. $ 460. Un libro sobre “los delincuentes viajeros”, un tipo de personaje que registran los archivos policiales de las principales ciudades de Sudamérica entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX, en medio del vertiginoso proceso de modernización que atraviesan. Difíciles de detectar, veloces y con apariencia de gentleman, capaces de concretar con éxito robos y estafas sin ejercer violencia. http://www.sigloxxieditores.com.ar/fichaLibro.php?libro=978-987-629-848-3 Los altos ingresos de Francia en el siglo XX, de Thomas Piketty, Fondo de Cultura Económica, 665 págs. $ 894. Al centro de los debates en la vida política francesa se encuentra la discusión sobre los altos ingresos y su relación con las desigualdades económicas y sociales. https://www.fondodeculturaeconomica.com/DetalleEd.aspx?ctit=001793R Rousseau en Iberoamérica. Lecturas e interpretaciones entre la Monarquía y la República, de Gabriel Entin (editor), 212 págs. $ 420. A 240 años de la muerte de Rousseau, Jorge Myers, Catherine Larrére, José María Portillo Valdés, Gabriel Torres Puga, Sarah Bak-Geller, Clément Thibaud, Ángel Almarza, Nicolás Ocaranza, Noemí Goldman y Gabriel Entin ofrecen renovadas y originales miradas sobre problemas tratados por el ginebrino que fueron clave en la construcción de la modernidad iberoamericana: derechos del hombre, ciudadanía, religión, censura, educación, alimentación, soberanía, gobierno, voluntad general, constitucionalismo y república. La hermana menor. Un retrato de Silvina Ocampo, de Mariana Enríquez, Editorial Anagrama, 192 págs. $ 475. Una biografía de la escritora argentina Silvina Ocampo, una de las figuras más exquisitas, talentosas y extrañas de la literatura en español. La hermana menor - Editorial Anagrama Grito de guerra, de Wilbur Smith. Editorial Emecé, 464 págs. $ 499. Una historia de amor, espionaje y suspenso, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. https://www.planetadelibros.com.ar/libro-grito-de-guerra/271407 Miedo, reverencia, terror. Cinco ensayos de iconografía política, de Carlo Ginzburg, Prohistoria Ediciones y Contrahistorias, 192 págs. $ 786. ¿Qué sucede cuando tomamos ciertas imágenes políticas (las decoraciones para nada inocentes de una copa de plata dorada, los frontispicios de un libro clásico de teoría política, un cuadro muy representativo de la Revolución Francesa, el poster político más difundido a nivel mundial, o el cuadro magistral de denuncia de una impune masacre nazi a la población civil española) e intentamos descifrar su significado y su impacto social e histórico, desde las herramientas fundamentales de la más avanzada historiografía crítica? |