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La Gaceta histórica |
“Los argentinos no han podido olvidar que se trata de una parte muy importante del territorio nacional, usurpada a merced de circunstancias desfavorables, en una época indecisa, en que la nacionalidad luchaba aún con los escollos opuestos a su definitiva organización.”
Así se refería José Hernández en 1869 a la usurpación ilegal de las Islas Malvinas perpetrada por Gran Bretaña en 1833. En aquella ocasión el comandante John James Onslow arribó a las islas a bordo de la corbeta inglesa Clío y comunicó al gobernador provisorio, José María Pinedo, que tenía órdenes de izar el pabellón británico y expulsar a los argentinos. Desde entonces, diversos gobiernos del país de distinto signo político reclamaron infructuosamente la soberanía de aquel territorio.
El 2 de abril de 1982, el gobierno de facto de Leopoldo F. Galtieri dispuso la recuperación por la fuerza de las islas. En esa fecha, tropas argentinas desembarcaron en Puerto Stanley, rebautizándolo como Puerto Argentino. Gran Bretaña no tardó en enviar una potente flota. La torpeza de la Junta Militar pronto se hizo evidente y el entusiasta apoyo inicial de un importante sector de la sociedad se esfumó. El 14 de junio el gobierno argentino se rendía, pero el reclamo de soberanía sobre aquel territorio conquistado y mantenido por la fuerza por una de las más poderosas potencias mundiales sigue vigente.
A 30 años del comienzo de la guerra, recordamos el reclamo de soberanía de ese territorio con un fragmento del informe Rattenbach con relación a las causas de la derrota en aquella contienda bélica.
Queremos agradecer al apoyo de nuestros auspiciantes. El laboratorio GADOR, el Ministerio de Salud y el Banco CREDICOOP apuestan al desarrollo de contenidos y nos permiten generar y concretar nuevos proyectos.
Agradecemos, como siempre, a nuestros lectores, que con preguntas y comentarios nos ayudan a crecer y a mejorar nuestra página. |
Felipe Pigna |
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Sobre nuestra página |
El Historiador contiene infografías temáticas donde se desarrollan diversos temas (25 de Mayo, la Independencia, el 12 de octubre, el día de la tradición, Manuel Belgrano, José de San Martín y Domingo Sarmiento, 24 de marzo y Guerra de Malvinas) y una cronología multimedia animada que recorre la historia del país y del mundo entre 1776 y 2010, con fotos, mapas, videos, audios y fragmentos musicales. Constituye un paseo ágil y ameno a lo largo de más de doscientos años de historia. El Historiador también incluye una lista de los gobiernos y gabinetes del territorio nacional desde la fundación del virreinato del Río de la Plata hasta 2010, e información sobre instituciones terciarias y universitarias para estudiar historia.
La Galería del Bicentenario propone un recorrido por la historia del país, entre 1810 y 2010, a través de pinturas, ilustraciones y fotografías. Las secciones Publicidades y Humor histórico constituyen nuevas perspectivas para abordar la historia a lo largo del siglo XX. Pueden consultarse también las secciones de biografías, entrevistas, audios, filmografía, artículos, documentos, efemérides y estadísticas poblacionales. La sección La frase del día contiene frases relacionadas con las efemérides de cada día con una breve explicación del contexto en el que fueron articuladas. La página además ofrece un servicio gratuito de respuesta sobre temas relacionados con la historia del país.
El Historiador tiene su registro ISSN (International Standard Serial Number), otorgado por el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT), un organismo creado por el CONICET para brindar servicios sobre información y documentación científica y tecnológica.
En el 2010, El Historiador obtuvo el premio Mate.ar de plata en la categoría “arte y cultura”, un reconocimiento a todo el trabajo que venimos realizando desde hace ya varios años. |
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Efemérides |
» Las destacadas del mes |
2 de abril de 1820
Los oficiales del Ejército de los Andes firman el Acta de Rancagua.
2 de abril de 1982
Fuerzas militares argentinas ocupan las islas Malvinas.
4 de abril de 1968
Asesinan a Martin Luther King, líder pacifista, defensor de los derechos civiles en Estados Unidos.
5 de abril de 1818
San Martín vence a las tropas realistas en la Batalla de Maipú.
11 de abril de 1870
Muere asesinado Justo José de Urquiza.
14 de abril - Día de las Américas
Homenaje a la fundación de la Unión Internacional de los Países Americanos el 14 de abril de 1890.
15 de abril de 1953
Estallan dos bombas en Plaza de Mayo en medio de un discurso de Juan Domingo Perón.
Son incendiados el Jockey Club, la Casa Radical de Buenos Aires y la Casa del Pueblo Socialista.
16 de abril de 1879
Julio Argentino Roca inicia la denominada “conquista del desierto”.
16 de abril de 1987
Comienza el levantamiento de Semana Santa encabezado por Aldo Rico.
17 de abril de 1961
Se realiza el desembarco en Bahía de los Cochinos.
18 de abril de 1956
La Argentina se incorpora al Fondo Monetario Internacional (FMI).
22 de abril de 1880
Salen de Francia los restos de José de San Martín. Llegaron al país el 28 de mayo de 1880.
23 de abril de 1616
Muere Miguel de Cervantes.
29 de abril de 1932
Muere el teniente general José Félix Uriburu.
30 de abril de 1977
Tiene lugar la primera marcha de las Madres de Plaza de Mayo en reclamo por sus hijos desaparecidos. |
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El Rescate |
Esta sección está destinada al rescate de documentos históricos trascendentes tanto para la investigación histórica como para el estímulo de la reflexión presente. El material seleccionado –cartas, artículos, entrevistas– se encuentra en sintonía con algunas de las más destacadas efemérides del mes. |
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El Informe Rattenbach - ¿Por qué se perdió la Guerra de Malvinas? |
El 23 de noviembre de 1983 la revista Siete Días salía a la calle con una edición que detonaba el manto de silencio impuesto sobre la guerra de Malvinas. Mucho se había dicho y denunciado, pero ahora trascendía a la opinión pública un informe crítico producido por los mismos militares.
Se trataba del Informe Final de la Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades Políticas y Estratégico Militares en el Conflicto del Atlántico Sur, más conocido por el apellido de quien presidió la comisión, el teniente general Benjamín Rattenbach.
Esta comisión había sido creada por decreto secreto el 2 de diciembre de 1982 y tenía como misión asesorar a la Junta Militar para establecer responsabilidades y sanciones entre militares y civiles. Conformada por seis oficiales mayores, dos por cada fuerza, debería instalarse en el Congreso Nacional y solicitar informes, documentos, testimonios, antecedentes y todo elemento que se estimara útil, para “aclarar en forma completa y veraz lo sucedido”, pues “así lo exigen la soberanía nacional agraviada, la dignidad de la República Argentina y el honor de sus Fuerzas Armadas”.
El 16 de septiembre de 1983 se entregaron los resultados de la investigación: 17 volúmenes, 15 capítulos y 890 párrafos numerados, donde se analizaban con minuciosidad los antecedentes del conflicto y las actuaciones de los mandos durante la guerra y se establecían responsabilidades y penas. “La justicia deberá aplicarse con el rigor que corresponda a quien hubiese procedido con negligencia o impericia, tanto en lo político cuanto en lo militar, más aun cuando esto hubiese ocurrido en ejercicio de las altas responsabilidades de gobierno”, advertía el informe.
El contenido iba mucho más allá de lo que la Junta se había imaginado al momento de su creación. Las conclusiones sobre las responsabilidades de los altos mandos militares y civiles en la guerra fueron devastadoras y se recomendaban penas severísimas para los máximos responsables, que incluía la posibilidad de la pena de muerte. Por ello mismo, fue ordenado el ocultamiento de las copias existentes.
Pero el informe trascendió a la prensa. En dos ediciones seguidas, a fines de noviembre de 1983, la revista Siete Días alcanzó a publicar más de la mitad de la investigación, con una cobertura especial que conmovió al país. No obstante ello, el informe jamás fue revelado oficialmente. Recién el pasado 7 de febrero de 2012, la presidente Cristina Fernández de Kirchner firmó el decreto 200 que dispuso la desclasificación del Informe Rattenbach.
En esta oportunidad, ponemos al servicio de los lectores de El Historiador algunas de las conclusiones a las que llegó la comisión al analizar las causas de la derrota en la Guerra de Malvinas.
En Artículos relacionados, al final de este documento, podrán acceder a otros fragmentos del Informe Rattenbach. |
Fuente: Revista Siete Días, Nº 858 (23/11/83) y 859 (30/11/83), Presidencia y www.cescem.org.ar |
Informe Rattenbach - III Parte - Capítulo VIII: Las causas de la derrota |
Fallas de orden político
737. Al analizar los fundamentos que llevaron a la Junta Militar a adoptar la decisión estratégica de recuperar las Islas Malvinas y obligar a Gran Bretaña a negociar con seriedad el futuro de la soberanía sobre los archipiélagos australes, puede afirmarse que se procedió en forma legítima, con el objetivo político de recuperar las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur para el patrimonio nacional. Cabe señalar que este objetivo es coherente con el objetivo nacional permanente de lograr la integridad territorial de la Nación, de acuerdo con lo establecido en nuestra Constitución.
738. Al ser la guerra la continuación de la política por otros medios, corresponde considerar en primer término, y antes de analizar las operaciones militares, la situación lograda al finalizar el conflicto, en relación con los objetivos políticos que se fijaron antes de iniciar las hostilidades.
739. El fracaso total en el logro de los objetivos perseguidos, fueran ya éstos de orden externo o interno, epilogó la acción estratégica concebida por la Junta Militar cuando inició el conflicto del Atlántico Sur.
740. El hecho que indujo a la Junta Militar a adoptar esta decisión puede comprenderse por cuanto, luego de infructuosas negociaciones a través de más de 17 años y pese a los mandatos de las Naciones Unidas, no había señal alguna de que Gran Bretaña pensara con seriedad en devolver los archipiélagos. Antes bien, las acciones y hechos producidos indicaban que la verdadera intención británica era conservarlos, aduciendo ahora los deseos de los isleños de no transferir la soberanía a la República Argentina.
741. Se conocía, además, el propósito del gobierno del Reino Unido de reestructurar la Armada Británica, la cual se vería, en breve lapso, frente a la alternativa de reducir sus medios ante el objetivo estratégico impuesto a Gran Bretaña en la OTAN, de concurrir a la defensa del Atlántico Norte, principalmente con medios submarinos y antisubmarinos. Esto implicaba el retiro del servicio activo de numerosas unidades, entre ellas los portaaviones livianos HMS Hermes e Invencible, el buque polar HMS Endurance -al momento destacado en el Atlántico Sur-, y una parte sustancial de otras naves de superficie.
742. A ello debe sumarse la existencia de otros intereses internos en Gran Bretaña que podían incidir en un conflicto en el Atlántico Sur, tales como la importancia estratégica de la región, (por su proyección antártica y sus potenciales riquezas petroleras y de minerales estratégicos), la influencia de un reducido grupo de legisladores en el Parlamento que propugnaban la no-negociación con nuestro país por la transferencia de soberanía de las islas, argumentando los derechos y deseos de los "kelpers", y, finalmente, la situación particular del partido gobernante, que se hallaba acuciado por los problemas internos de desocupación y de orden económico-social.
743. Asimismo, en el orden internacional, Gran Bretaña aparecía, a través de su partido gobernante y la personalidad de la Primer Ministro, como el único aliado confiable de los EE.UU. en Europa para con su política de defensa, ante el avance de las izquierdas en los parlamentos y gobiernos de la mayoría de los países de Europa Occidental.
744. El análisis de esta situación política debió inducir a la Junta Militar a postergar los proyectos para la recuperación de las islas, particularmente teniendo en cuenta que nuestras FF.AA. no se hallaban en condiciones de enfrentar una reacción británica que debió considerarse la más peligrosa y muy probable, como fue la de acudir con todo su poderío a recuperar los archipiélagos.
745. En consecuencia el incidente de Georgias del Sur debió ser superado por vía diplomática, lo cual era factible y no ofrecía complicaciones que pudiesen afectar la dignidad nacional, tal como se pretendió esgrimir en un momento dado con el objeto de adelantar la aplicación de los planes elaborados o en elaboración para el empleo del poder militar. Este adelanto no sólo resultó contraproducente en términos de las fuerzas propias, sino que benefició a Gran Bretaña, por diversas causas.
746. En tal sentido, el incidente "Georgias" debió ser evitado. Esto pudo hacerse con la simple determinación de que no se llevase a cabo el viaje a Puerto Leith. El día 05 de enero la Junta Militar, acertadamente, tomó esta decisión. Más tarde, sin embargo, y en circunstancias no debidamente fundadas (piénsese que se hallaban en curso las negociaciones de Nueva York y que la presencia de obreros argentinos en las Islas podía producir un incidente negativo para estas tratativas, tal como finalmente ocurrió para beneficio de Gran Bretaña), la Junta Militar cambió su punto de vista.
747. El incidente "Georgias" que convenientemente dimensionado bien puede considerarse el "Sarajevo del Atlántico Sur", alertó a la prensa británica y al Parlamento, quienes con un tratamiento desusado y "tremendista" incitaron al gobierno conservador de la Sra. Thatcher y al Foreign Office a adoptar medidas drásticas.
748. La reacción del gobierno argentino se formalizó el día 26-MAR y consistió en adelantar la toma de las Islas, en lugar de diferirla para circunstancias más propicias. Esta acción fue desacertada, teniendo en cuenta, particularmente, que la estrategia planeada podía ser aplicada en un futuro. Cabe recordar que se había esperado 149 años y nada presuponía la existencia de impedimentos para aguardar una oportunidad más favorable.
749. Producida la ocupación de las islas el día 02-ABR, Gran Bretaña convocó de inmediato al Consejo de Seguridad, circunstancia ésta que había sido considerada poco probable por nuestra Cancillería, la cual no había adoptado medidas de orden diplomático para prever esta contingencia. El resultado fue la conocida Resolución 502, que dio pie al gobierno inglés para apuntalar su decisión de enviar la flota al Atlántico Sur. Dicha acción descolocó totalmente a nuestro país en este fundamental foro internacional, del cual esperaba tener apoyo para fundar sus reclamos referentes a las islas.
750. Esta circunstancia, que pudo y debió haberse evitado con una adecuada acción diplomática, no se justifica, aun cuando se aludió a la necesidad de mantener el secreto de la operación y al poco tiempo disponible para lograr entendimientos con aquellos países que podían accionar en favor propio. Téngase en cuenta que Gran Bretaña tuvo menos tiempo aún que nuestro país para proceder en la contingencia, pero lo hizo con rapidez y eficiencia, pese a la presencia, en el Consejo de Seguridad, de varios países pertenecientes al bloque de los No Alineados.
751. Ante el hecho irreversible de la Resolución 502, quedaba la alternativa de cumplir -o no- su mandato. Lo primero hubiese obligado al retiro de las fuerzas propias de Puerto Argentino, pero no necesariamente a las del gobierno establecido del general Menéndez. Existió, además, una imposición para obligar a Gran Bretaña a detener el envío de fuerzas y a iniciar negociaciones. En suma, la Resolución 502 podía convertirse en una herramienta útil en manos de diplomáticos avezados para la consecución de los objetivos propios; y todo ello, sin infringir la ley internacional.
752. La decisión fue la de no acatar el mandato de la Resolución, exigiendo su cumplimiento integral, e iniciar negociaciones por medio de la asistencia del secretario de Estado de los EE.UU., considerado éste el medio más idóneo para lograr un entendimiento, no obstante que este país, ya en ese momento, había otorgado a Gran Bretaña el uso de las facilidades de la Base Ascensión, que resultaría fundamental para las futuras operaciones. |
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Alem y el discurso en el Acto del Frontón (13 de abril de 1890) |
Hacia 1880, se consolidó en Argentina un régimen que fue definido a través de una paradoja, como la unión federal de las oligarquías que comenzaron a gobernar a través de un sistema unitario.
Los sectores dominantes del país supieron ser flexibles y adaptarse a los avatares políticos que emergían de las disidencias internas, pero hacia 1890 se hicieron palpables los peligros de ignorar al país y creerlo una reserva de inversionistas y terratenientes. Fue el gobierno de Miguel Juárez Celman la expresión de un régimen que sumía al país de rodillas ante el capital extranjero.
Ante tal situación surgió una dura oposición de diferentes corrientes. Mitristas, católicos, autonomistas, entre otros, encendieron la chispa de la discordia.
Quien expresó la forma más radical de la oposición al “régimen falaz y descreído” fue Leandro N. Alem. Hijo de un almacenero rosista fusilado, abogado y autonomista de pura cepa, desde la década de 1870 encendía las tribunas políticas y los recintos legislativos con discursos en defensa del sufragio universal, de la moral administrativa y del patriotismo. Bajo su impulso y el del viejo Bartolomé Mitre se conformó primero la Unión Cívica y luego se intentó tomar el poder a través de un movimiento revolucionario.
Éste tuvo lugar en julio de 1890 y fue conocido como La Revolución del Parque. A pesar de forzar la renuncia de Juárez Celman, dicho levantamiento cívico militar fracasó. Mitre no tardaría en arreglar con el nuevo gobierno nacional de Carlos Pellegrini, y Alem impulsaría la formación de la Unión Cívica Radical, que contaría pronto con el naciente liderazgo de Hipólito Yrigoyen, su sobrino. Sin embargo, poco tiempo después, el 1º de julio de 1896, cansado, enfermo y deprimido, Alem se quitaría la vida de un tiro.
Meses antes de la Revolución del Parque, se celebró el Acto del Frontón el 13 de abril de 1890, un mitin trascendente para la naciente Unión Cívica, ya que en aquella ocasión se constituyó su Comité General de la capital y se eligió a Leandro N. Alem para presidir la Junta Ejecutiva.
Para recordar esta jornada, reproducimos el discurso que Alem pronunciara ante una multitud desbordante de unos diez mil ciudadanos que concurrieron al local y otros veinte mil, que se agolparon en las afueras. |
Autor: René Orsi, Alem y Roca, Buenos Aires, Ediciones Theoría, 1994, págs. 392-396. |
Como culminación del proceso organizativo de lo que sería la Unión Cívica, los “presidentes titulares y honorarios de los Clubs parroquiales, y miembros de la comisión directiva” dispusieron convocar a los ciudadanos que simpaticen con los principios proclamados en el meeting de la juventud independiente celebrado el 1º de septiembre de 1889”, a concurrir a la reunión que tendrá lugar el domingo 13 de abril de 1890, a la una de la tarde, en el Frontón Buenos Aires, “con el objeto de constituir el Comité General que dirigirá los trabajos políticos".
Dicha convocatoria, datada el martes ocho de abril, produjo una verdadera conmoción en los círculos oficiales; tanto es así que a las cuarenta y ocho horas renunciaron los cinco titulares del gabinete de Juarez Celman… (…)
El acto fue abierto por el general Mitre, quien, quitándose el chambergo que usaba habitualmente, inició el discurso con la frase tantas veces citada: “Orden General: Todos cubiertos menos el orador que se dirige al pueblo soberano, ausente en los comicios pero presente aquí”. Habló brevemente aunque con frase rotunda y concluyó diciendo a la juventud allí reunida que la misión era “de lucha y de labor: Es moralizar la vida pública, encaminando al país por las vías constitucionales, para conciliar el hecho con el derecho y fundar el gobierno de todos para todos”.
Pero fue el verbo de Alem el que arrancó aplausos cerrados de la multitud, interrumpiéndolo constantemente con vítores y vivas estruendosos…
“Una vibración profunda conmueve todas mis fibras patrióticas al contemplar la resurrección del espíritu cívico en la heroica ciudad de Buenos Aires.
Sí, señores; una felicitación al pueblo de las nobles tradiciones, que ha cumplido en hora tan infausta sus sagrados deberes. No es solamente el ejercicio de un derecho, no es solamente el cumplimiento de un deber cívico; es algo más, es la imperiosa exigencia de nuestra dignidad ultrajada, de nuestra personalidad abatida; es algo más todavía, señores: es el grito de ultratumba, es; la voz alzada de nuestros beneméritos mayores que nos piden cuenta del sagrado testamento cuyo cumplimiento nos encomendaron.
La vida política de un pueblo marca la condición en que se encuentra; marca su nivel moral, marca el temple y la energía de su carácter. El pueblo donde no hay vida política, es un pueblo corrompido y en decadencia, o es víctima de una brutal opresión. La vida política forma esas grandes agrupaciones, que llámeseles como ésta, populares, o llámeseles partidos políticos, son las que desenvuelven la personalidad del ciudadano, le dan conciencia de su derecho y el sentimiento de la solidaridad en los destinos comunes.
”Los grandes pueblos, Inglaterra, los Estados Unidos, Francia, son grandes por estas luchas activas, por este roce de opiniones, por este disentimiento perpetuo, que es la ley de la democracia. Son esas luchas, esas nobles rivalidades de los partidos, las que engendran las buenas instituciones, las depuran en la discusión, las mejoran con reformas saludables y las vigorizan con entusiasmos generosos que nacen al calor de las fuerzas viriles de un pueblo.
”Pero la vida política no puede hacerse sino donde hay libertad y donde impera una constitución. ¿Y podemos comparar nuestra situación desgraciada, con la de los pueblos que acabo de citar? Situación gravísima no sólo por los males internos, sino por aquellos que pudieran afectar el honor nacional cuya fibra se debilita. Yo preguntaría: en una emergencia delicada ¿qué podría hacer un pueblo enervado, abatido, sin el dominio de sus destinos y entregado a gobernantes tan pequeños?
Cuando el ciudadano participa de las impresiones de la vida política, se identifica con la patria: la ama profundamente, se glorifica con su gloria, llora con sus desastres y se siente obligado a defenderla porque en ella cifra las más nobles aspiraciones. Pero, ¿se entiende entre nosotros así, desde algún tiempo a esta parte?
”Ya habéis visto los duros epítetos que los órganos del gobierno han arrojado sobre esta manifestación. Se ríen de los derechos políticos, de las elevadas doctrinas, de los grandes ideales, befan a los líricos, a los retardatarios que vienen con sus disidencias de opinión a entorpecer el progreso del país. ¡Bárbaros! Como si en los rayos de la luz pudieran venir envueltas la esterilidad y la muerte. Y ¿qué política es la que hacen ellos? El gobierno no hace otra cosa que echar la culpa a la oposición de lo malo que sucede en el país. Y ¿qué hacen estos sabios economistas? Muy sabios en la economía privada, para enriquecerse ellos: en cuanto a las finanzas públicas, ya veis la desastrosa situación a que nos han traído. |
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Mensaje al Congreso Nacional de Nicolás Avellaneda sobre la “conquista del desierto” |
En su ensayo sobre la colonización y la inmigración, Gastón Gori puso de relieve la crucial disputa que cruzó la segunda mitad del siglo XIX argentino: la pelea entre el latifundio y la colonia agrícola. El triunfo del primero se impuso, fundamentalmente tras el éxito de la denominada “Conquista del desierto”.
La “Conquista del Desierto”, como se sabe, es un eufemismo para hablar de la brutal matanza de numerosas comunidades originarias o, como se proclamó en su momento, para “asegurar la frontera con el indígena”.
Ya en 1867, durante la presidencia de Bartolomé Mitre, se promulgó la ley 215, que establecía que la frontera del indio debía trasladarse a los ríos Negro y Neuquén. Poco después, en 1875, luego de la Guerra del Paraguay y en el proceso de consolidación del Estado nacional, cuando el ministro de Guerra Adolfo Alsina propuso un plan de acción que consistía en hacer avanzar la frontera sur haciéndose de lugares estratégicos y fundando nuevas poblaciones o guarniciones militares, comunicadas por telégrafo y unidas por un gran zanjón para dificultar los malones. En 1878 se creó incluso la gobernación de La Patagonia. Pero el proyecto de Alsina tuvo dos inconvenientes: la mayor severidad de algunos altos oficiales del ejército y su propia muerte.
El joven general Julio Argentino Roca reemplazó a Alsina y puso en práctica una verdadera razzia militar en los territorios del sur: en aras de la civilización y la modernización, el ejército argentino masacró y esclavizó a unos veinte mil indígenas. Los millones de hectáreas ocupadas fueron distribuidas entre un reducido número de beneficiarios, entre ellos varios ingleses.
La segunda y última etapa de la campaña al sur, la más profunda en intensidad y extensión, se puso en marcha el 16 de abril de 1879. Reproducimos a continuación el mensaje al Congreso Nacional que el 14 de agosto de 1878 dirigiera el presidente Nicolás Avellaneda instando a emprender la campaña contra las poblaciones originarias del Sur. |
Fuente: Ante la posteridad - Personalidad marcial del teniente general Julio A. Roca - Segunda Parte “El Conductor”, Comisión Nacional Monumento al teniente General don Julio A Roca, Buenos Aires, 1938, págs. 221-231. |
Mensaje al Congreso Nacional
Buenos Aires, agosto 14 de 1878
Al Honorable Congreso de la Nación:
El Poder Ejecutivo cree llegado el momento de presentar a la sanción del Honorable Congreso el proyecto adjunto, en ejecución de la Ley de 23 de agosto de 1867, que resuelve de una manera positiva el problema de la defensa de nuestras fronteras por el Oeste y por el Sur, adoptando resueltamente el sistema que desde el siglo pasado vienen aconsejando la experiencia y el estudio, como el único que, a una gran economía, trae aparejada una completa seguridad: la ocupación del Río Negro, como frontera de la República sobre los indios de la Pampa.
El viejo sistema de las ocupaciones sucesivas, legado por la conquista, obligándonos a diseminar las fuerzas nacionales en una extensión dilatadísima y abierta a todas las incursiones del salvaje, ha demostrado ser impotente para garantizar la vida y la fortuna de los habitantes de los pueblos fronterizos, constantemente amenazados. Es necesario abandonarlo de una vez e ir directamente a buscar al indio en su guarida, para someterlo o expulsarlo, oponiéndole enseguida, no una zanja abierta en la tierra por la mano del hombre, sino la grande e insuperable barrera del Río Negro, profundo y navegable en toda su extensión, de el Océano hasta los Andes.
Hemos perdido mucho tiempo y puede afirmarse que cualquiera de los esfuerzos hechos en los avances sucesivos que se han realizado, a medida que la población crecía y se sentía estrecha en sus límites anteriores hubiera bastado para verificar la ocupación del Río Negro.
A mediados del siglo pasado ya los reyes de España aceptaban como un principio de defensa militar lo que hoy día ha llegado a convertirse en una verdad evidente y comprobada por la dolorosa experiencia que en sesenta y ocho años de vida nacional hemos cosechado con la destrucción constante de la primera fuente de nuestra riqueza rural, y la pérdida de numerosas vidas, cuantiosos tesoros, “que es imposible la defensa de una línea militar que se extiende por cientos de leguas, si no se cuenta, como auxiliar y base de defensa, con una barrera natural que pueda ser opuesta a las incursiones del salvaje”.
A consecuencia de las revelaciones del libro de Falkner, la España, temerosa de que fuesen a despertar la codicia de otras naciones a la Patagonia, cuya posesión hubiera sido un peligro para sus colonias del Río de la Plata y del Pacífico, ordenó a don Francisco Biedma y al piloto don Basilio Villarino, la exploración del Río Negro y de las costas patagónicas.
El éxito feliz obtenido por Villarino, determinó la presentación hecha por don Francisco de Biedma, en marzo de 1774, al virrey Marqués de Loreto, en la que hacía una exposición clara y evidente de la importancia estratégica del Río Negro como línea militar de defensa, y de las inmensas ventajas que su adopción reportaría al Reino por los extensos y fértiles territorios que, una vez ocupado este punto, serían adquiridos “para la cría y fomento del ganado”.
Otros proyectos y escritos semejantes se dieron a luz por aquel mismo tiempo. Es uno de los más notables el de don Sebastián Undiano y Gastelu, capitán de las tropas que guarnecían la frontera de Mendoza, que habían recorrido y estudiado los territorios del Sud, y conocido todos los escritos del afamado geógrafo don Félix de Azara, que en 1796 manifestaba la necesidad de ocupar el Río Negro, aconsejando esta solución como “el único medio de asegurar la tranquilidad y posesión de las Pampas, con mayor brevedad, ventaja y extensión”.
Así, el pensamiento de situar la frontera en el Río Negro, como la línea más corta, más económica y segura, data del siglo pasado. No es una idea nueva que se trate como solución improvisada a la más vital de las cuestiones que puedan preocuparnos, sino que por el contrario, cuenta con la sanción de un largo transcurso de tiempo, que ha madurado y hecho evidentes sus ventajas y con el asentimiento de todos los hombres notables que le han dedicado sus estudios.
En la elaboración de este sistema y en las diversas tentativas llevadas a cabo para realizarlo, se han hecho notar desde los primeros días de la Independencia hasta la fecha, militares distinguidos y hombres de Estado eminentes, que después de la caída de la tiranía, han consagrado esfuerzos laudables a la consecución de este gran desiderátum hasta que, al fin, el Congreso de 1867 convirtió en ley lo que, puede decirse con verdad, era una aspiración nacional.
El Poder Ejecutivo viene hoy simplemente a pediros los recursos necesarios para el cumplimiento de esta ley, votada en medio de la guerra que sostenía la Nación contra el Gobierno del Paraguay, y de las dificultades consiguientes a esta situación, porque el Congreso comprendía ya, que ese era el único medio de cortar de raíz los graves males de la inseguridad de la frontera.
Cuando surgió este pensamiento, en el siglo pasado, el desierto empezaba en el Fortín Areco, Mercedes y el Salado; los medios de acción eran deficientes y una serie incalculable de dificultades se oponía a su realización. Y, sin embargo, los informes elevados al Gobierno, estaban contestes en afirmar que la solución mejor y única definitiva, serían la ocupación militar del Río Negro.
Hoy la Nación dispone de medios poderosos, comparados con los que poseía el Virreinato y aun con los mismos con que contaba el Congreso de 1867 al dictar la Ley; el ejército se encuentra en Carhué y Guaminí, el corazón del desierto, a media jornada del Río Negro; la población civilizada se extiende por millares de leguas más allá de la línea de fronteras que nos legó el Virreinato, y la riqueza pública y privada que la Nación se halla en deber de garantir, se ha centuplicado.
¿Podría vacilarse, con estos elementos y facilidades, en realizar hoy una operación que estuvieron dispuestos a llevar a cabo los virreyes, varios gobiernos patrios y el Congreso de 1867?
Hasta nuestro propio decoro, como pueblo viril, nos obliga a someter cuanto antes, por la razón o por la fuerza, a un puñado de salvajes que destruyen nuestra principal riqueza y nos impiden ocupar definitivamente, en nombre de la ley del progreso y de nuestra propia seguridad, los territorios más ricos y fértiles de la República.
Las ventajas de esta operación son evidentes, y, sin necesidad de acudir a los autores que han tratado de ella, ni participar del sentimiento y de la opinión pública que nos impulsan a poner manos a la obra, bastaría abrir una carta cualquiera de la Pampa, para ver que el Río Negro es por sí mismo una barrera natural; que sería la línea más corta, segura y económica, y que, una vez ocupada, haría perder en poco tiempo hasta el significado de la palabra frontera, cuando no se trata de naciones extrañas, puesto que para la República Argentina no hay otra frontera por el Oeste y por el Sur, que las cumbres de los Andes y el Océano.
La primera línea actual, desde Patagones al Fuerte General San Martín, extrema derecha de la frontera de Mendoza, abraza una extensión de trescientas leguas geográficas, y la segunda línea de Buenos Aires y la de Córdoba, mide ciento sesenta leguas, formando entre ambas un total de cuatrocientas sesenta y nueve leguas, guarnecidas por sesenta jefes, trescientos setenta y dos oficiales, y seis mil ciento setenta y cuatro soldados que cuestan a la Nación en vestuarios, armas, alimentos, sueldos, caballos, etc. $ fuertes 2.361.199 al año, sin contar el valor de las construcciones, alojamientos y zanjas que son necesarias en estos avances periódicos por líneas paralelas, siguiendo el sistema conocido desde la conquista.
Tampoco se halla comprendido en este gasto lo que se invierte en las movilizaciones extraordinarias a que hay que recurrir siempre para cubrir los puntos amenazados y que se encuentran desguarnecidos, pues es imposible, con 6.174 soldados, guardar completamente todos y cada uno de los puntos que pueden ser atacados por los salvajes.
Podríamos duplicar este ejército, siguiendo la vieja rutina, y el resultado sería el mismo, porque este sistema es contrario a la naturaleza de las cosas y a todo principio militar.
Entre tanto, la frontera en el Río Negro estará bien guardada por dos mil hombres, y aun por mil quinientos. Bastará ocupar a Choele-Choel, Chichinal, la confluencia de los ríos Limay y Neuquén y la parte superior de éste hasta los Andes, para hacer desaparecer todo peligro futuro.
La naturaleza del terreno árido y seco que caracteriza la zona comprendida entre el Colorado y el Negro, hasta la proximidad de las cordilleras, y lo profundo de las aguas de este último río, navegables en toda su extensión, facilitan admirablemente la defensa, con sólo ocupar ciertos pasos precisos. El resto estará defendido por él mismo. |
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Mussolini, según sus contemporáneos en la década de 1920 |
Hacia 1932, León Trotsky escribía: “Aún después de asumir el poder, Mussolini procedió con la debida cautela, el gobierno fascista tomó el carácter de una coalición. Entretanto, las bandas fascistas estaban ocupadas en trabajar con cachiporras, cuchillos y pistolas. Sólo en este sentido el gobierno fascista fue creado lentamente...”. El exiliado líder bolchevique se refería a lo sucedido en Italia una década atrás, cuando durante el segundo semestre de 1921, ante la crisis económica y social de la primera posguerra, el fascismo conseguía la simpatía de una amplia mayoría de la empobrecida población italiana y asumía el poder sin advertir del todo en lo que se convertiría años más tarde.
Aunque el nuevo orden propugnado por el recientemente creado Partido Nacional Fascista (que agrupaba a los comandos fascistas) era muy claro: su programa partidario indicaba que la nación no era una "simple suma de individuos vivientes ni el instrumento de los fines de los partidos, sino un organismo... que es síntesis suprema de todos los valores materiales y espirituales de la raza". Quien encabezaba este movimiento era un forlinés nacido en Dovia di Predappio, un 29 de julio de 1883, hijo de un herrero anarquista y de una maestra que creía en la educación. Se llamaba Benito Amilcare Andrea Mussolini.
Ya de joven había sido propenso a la acción directa. Había sido sancionado en varios colegios donde estudió y pronto se acercaría al Partido Socialista Italiano. Con 20 años comenzaría su trayectoria sindical; en Suiza, militó en el gremio de albañiles y obreros de Lausana. De regreso a Italia en 1904, cumplió finalmente con el servicio militar y luego se dedicó a la enseñanza de idiomas e historia. La militancia y la agitación lo pusieron en varias ocasiones en el ojo de la policía.
La vida errática y la persistente edición de revistas políticas, entre ellas el periódico Avantti, le permitieron hacer crecer su figura en el Partido. Pero la entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial y las cada vez más duras posiciones nacionalistas de Mussolini provocan su expulsión, que suplirá con su alistamiento en el Ejército. Al regresar de la guerra, Mussolini habla a los soldados, sus familias y a la empobrecida clase media, desde su Il Popolo d'Italia.
Su influencia crecía exponencialmente. Sus arengas y resuelto accionar generaban una atracción inestimable. Muy pronto, en una Italia convulsionada por la crisis y con un activismo sindical y de izquierda efervescente, Mussolini lograría crear una agrupación nacionalista de choque (los fascis) y luego dar forma al Partido Nacional Fascista, con el cual sería electo como Diputado Nacional, ya con la anuencia de algunos sectores de la clase dominante y con la creciente violencia squadrista. Así, no tardaría en producirse la Marcha sobre Roma, tras lo cual el rey Víctor Manuel III encargó a Mussolini formar un nuevo gobierno.
Una vez en el gobierno, mientras reorganizaba la economía del país, Mussolini fue concentrando el poder e institucionalizando un sistema corporativo, con basamento en una legalidad altamente represiva y eje en las milicias fascistas. En el plano exterior, formó parte del reparto colonial entre las potencias, sobre todo en África, que iría prefigurando las alianzas de la Segunda Guerra Mundial, con afinidad con la Alemania hitleriana y la España franquista, con las cuales no siempre mantendría buenas relaciones. A ello se debería la promulgación de leyes raciales y la colaboración en el exterminio judío.
Al comenzar la guerra, la Italia fascista se expandiría notablemente, pero al revertirse el curso de la misma, a partir de mediados de 1942, la confianza interna hacia Mussolini comenzó a decaer. Con la invasión de las fuerzas aliadas del sur de la península, la suerte de Mussolini daba un giro brusco y previendo el avance aliado, el rey Víctor Emanuel ordenaría su arresto y el cambio de gobierno.
Mientras el Eje perdía el rumbo, Italia se hundía en la guerra civil. Mussolini logró ser rescatado por un comando nazi y fue repuesto como Duce en un gobierno combinado en el norte del país bajo ocupación alemana, que llevaría el nombre de República Social Italiana o República de Saló. Pero ya por entonces, ni la relación con Hitler era de fiar. Cuando Alemania se derrumbó, intentó primero alcanzar un acuerdo con las fuerzas partisanas de la resistencia, ante cuyo fracaso intentaría fugarse del país disfrazado. Mussolini fue arrestado y fusilado el 28 de abril de 1945, junto a su amante Clara Peracci.
Reproducimos a continuación un perfil del líder fascista aparecido en noviembre de 1922 en el periódico El correo de España. |
Fuente: “De Italia un perfil: Mussolini”, por José Pla, en El correo de España, Buenos Aires, lunes 6 de noviembre de 1922. |
La huelga general ha dado una evidente popularidad europea a Benito Mussolini. Mussolini es el leader del fascismo. Una orden en su periódico Il popolo d’Italia puede poner sobre las armas a quinientas mil camisas negras. De hecho, los hombres de Mussolini han sido los amos durante la pasada huelga en varias ciudades –Génova, Milán, Parma, Livorno, Ancona-. Lo he podido comprobar en Milán donde los fascistas han gozado de plena impunidad y han hecho lo que han querido.
En Ancona han sido detenidos dos curas del Partido Popular, porque disparaban contra los fascistas desde los ventanales de una iglesia. Los fascistas dejaron seco, en cambio a un guarda-agujas de Civitavechia porque al pasar un tren con una escuadra dijo unas palabras o hizo unos gestos –no se sabe- que no agradaron a los negros. Y ya que hablamos de trenes diremos que los fascistas viajan indefectiblemente sin billete. Se adueñan de los compartimentos de primera y el revisor ya sabe su obligación de antemano si es un hombre pacífico y no quiere complicarse en su vida.
Creo que puede tener un interés explicar un poco la ida de Mussolini, de este hombre que en un espacio cortísimo de tiempo –unos tres años- ha creado una de las fuerzas más importantes de Europa.
Mussolini ha nacido en un pueblo de la Romagna. Su padre, pequeño burgués y viejo internacionalista, fue alcalde de su pueblo. El hijo estudió con los salesianos de Faenza y luego en la Escuela Normal de Fortimpopoli. Mussolini es maestro de escuela. De estudiante, se inscribió en el socialismo y militó en la extrema izquierda revolucionaria. Alcanzado el título, profesó en varios pueblos y vivió una temporada en Suiza, donde, sin medios de fortuna, tuvo que hacer varios oficios, entre ellos, el de peón albañil. En Suiza escribió para los periódicos revolucionarios escritos en lengua italiana. En Luxano dirigió L’Avenire del Lavoratore. La propaganda de entonces es, sobre todo antimilitarista, a la manera de Hervé.
Vagó luego por Alemania y por Austria donde dirigió el periódico de los socialistas de Trento. Vuelto a Italia se estableció en la Romagna y en esta comarca empezó a organizar círculos socialistas de obreros del campo. Mussolini dio a estos círculos un aire esencialmente político y desechó como obra secundaria y el cooperativismo y la asistencia social. Estas cosas, escribió entonces en su semanario La lucha de clases (1910), han contribuido a desmasculinizar al obrero, le han quitado fuerza insurreccional.
La propaganda tuvo un gran éxito. En poco tiempo se inscribieron en sus círculos treinta mil obreros. En su semanario, se revela Mussolini como polemista formidable, como gran estudioso de Marx y pronto el periódico, es el órgano del socialismo revolucionario italiano. En el congreso de Modena (1912), Mussolini hace triunfar la fracción izquierdista, hace que Bissolatti y Bonomi sean expulsados del partido; es, en una palabra, una verdadera guillotina. |
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Noticias |
Revelan una propuesta británica secreta a Perón sobre Malvinas |
El 11 de junio de 1974, poco antes de la muerte del general Juan Domingo Perón, Gran Bretaña realizó una propuesta secreta de administración compartida de las islas. Así lo asegura el ex embajador Carlos Ortiz de Rozas, un diplomático de más de 45 años de carrera que participó en numerosas negociaciones por las islas. Según el escrito, se trataba de "poner fin a la disputa sobre la soberanía" y "crear una atmósfera favorable dentro de la cual los isleños podrían desarrollarse de acuerdo a sus intereses". El texto -que fue entregado por el entonces embajador británico en Buenos Aires, James Hutton, a Perón y a su ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Vignes- proponía que las banderas de Gran Bretaña y Argentina fueran "enarboladas juntas" en tierra malvinense, que allí convivieran el inglés y el castellano como idiomas oficiales y que el gobernador de las islas fuera "designado de manera alternada por la Reina y el presidente argentino". Pero el 1° de julio de 1974, Perón falleció y la propuesta se diluyó. “Los ingleses se dieron cuenta de que sin Perón la iniciativa no iba a ningún lado, y retiraron la propuesta", señala Ortiz de Rozas. "Incluso en febrero de 1982, días antes de la guerra, en las rondas de la ONU se discutió la posibilidad de un retroarriendo, para que los ingleses se comprometieran a administrar las Malvinas por un determinado número de generaciones y luego cedieran la soberanía", asegura Rozas. |
Fuente: Diario La Nación, 13 de marzo de 2012 |
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Revelan que Pinochet ofreció datos para hundir al Belgrano |
El diario The Independent reveló el pasado 3 de abril las declaraciones de un estrecho colaborador de Margaret Thatcher, Lord Parkinson, sobre la actuación de los servicios de la dictadura chilena en el hundimiento del crucero General Belgrano, ocurrido el 2 de mayo de 1982, causando la muerte a 323 personas. Según afirma Parkinson, “ellos (los chilenos) interceptaron las instrucciones de los comandantes argentinos...” que impartían a Héctor Bonzo, el capitán del buque, y colaboraron con los servicios de “Lady Thatcher”. La colaboración chilena con los británicos durante la guerra fue amplia, y muy reconocida por Londres. |
Fuente: Diario Clarín, 4 de abril de 2012 |
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Rematan copia del télex con la rendición argentina en Malvinas |
El martes 3 de abril, un día después del 30º aniversario del inicio de la Guerra de Malvinas, se remató en la casa Bonhams en Londres una copia del télex con el que el general de división Jeremy Moore informó al gobierno británico sobre la rendición argentina. El documento fue adquirido por un comprador estadounidense privado por 7.500 libras (12.000 dólares). Moore anunciaba aquel 14 de abril de 1982: "En Puerto Stanley, a las 9 de la noche hora de las Islas Falkland (nombre británico de Malvinas) de este 14 de junio de 1982, el general de brigada Menendes (sic) se rindió y me entregó todas las fuerzas armadas argentinas en East y West Falkland", dice el texto refiriéndose a las dos islas principales llamadas en español Soledad y Gran Malvina. "Los preparativos están en curso a fin de reunir a los hombres para un regreso a Argentina, recoger sus armas y equipos, y marcar y asegurar sus municiones. Las islas Falkland están una vez más bajo el gobierno deseado por sus habitantes. Dios salve a la reina", concluye el télex firmado por J. J. Moore". |
Fuente: info |
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En Plaza San Martín, hallan restos arqueológicos del siglo XVI en adelante |
Arqueólogos de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico realizaron una excavación de 3,25 metros cerca de Libertador y San Martín y encontraron objetos de la vida cotidiana de los porteños, algunos de los cuales se remontan al siglo XVI. En el sitio se encontraron desde la tosca de la orilla original del río hasta los cimientos de un antiguo hotel que fue demolido en los años 30 pasando por vajilla, juguetes (una cabeza de una muñeca de porcelana y una ficha de dominó), cerámicas, mayólicas y huesos. El foso fue hecho en el lugar donde funcionó el Hotel Retiro desde fines del siglo XIX hasta 1936, cuando fue demolido para ampliar la plaza. Esta es la segunda excavación que se realiza en la Plaza San Martín, la primera fue hecha en Libertador y Juncal, donde se toparon con lo que creen que fue el basural de una casa. La elección del lugar responde a que hasta la década de 1930, allí había dos manzanas construidas. |
Fuente: info |
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Un equipo de investigadores asegura haber descubierto una obra de Leonardo da Vinci |
Se trata de los rastros de "La batalla de Anghiari", una obra maestra perdida del pintor italiano, que estarían escondidos bajo un fresco de Giorgio Vasari que decora el antiguo ayuntamiento de Florencia. Sin embargo, muchos dudan de que en verdad sea una obra del maestro del Renacimiento. |
Fuente: info |
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Peligran los tesoros arqueológicos de Grecia |
La crisis que golpea a Grecia se está cobrando una nueva víctima, su patrimonio arqueológico, debido a que el Estado carece actualmente de los medios necesarios para protegerlo. Esto ocasionó la paralización de las excavaciones oficiales y lo que es peor, la multiplicación de las ilegales organizadas por traficantes de obras de arte. Por falta de guardias de seguridad, tanto el museo arqueológico de Atenas como el museo bizantino de Salónica cierran algunas salas con cierta regularidad. La falta de seguridad también derivó en otro flagelo: el robo a los museos. Unas 60 antigüedades, algunas de hace más de veinte siglos, fueron robadas en febrero en un museo de Olimpia, cuna de los Juegos Olímpicos. Y en enero, tres cuadros, entre ellos uno de Mondrian y un retrato de mujer donado por Picasso, desaparecieron de la Galería Nacional. |
Fuente: Diario La Nación, 5 de abril de 2012 |
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Difusión |
Muestras |
- Muchas voces, una historia. Argentina 1810-2010, una exposición permanente de la Casa del Bicentenario, que a través de una video-instalación, recorre la historia del país con imágenes y sonidos, intentando dar cuenta de las complejidades y ambigüedades del relato histórico, expresando la pluralidad de voces y perspectivas de la sociedad. Lugar: Riobamba 985; horarios: de martes a domingo y feriados de 14.00 a 21.00 hs. Ingreso permitido hasta 30 minutos antes del cierre. Entrada libre. (info)*
- Los porteños vuelven a jugar y a divertirse con los juguetes de ayer. Muestra de los juguetes de la colección del Museo de la Ciudad. En el museo se podrán ver desde un auto de lata, trenes eléctricos, una colección de soldaditos de plomo hasta diminutas máquinas de coser fabricadas entre 1915 y 1960. Lugar: Defensa 219 / 223; horarios: lunes a domingo y feriados de 11 a 19 hs. Sábados, domingos y feriados de 15 a 19 hs. Entrada general: $1. Miércoles, gratis. Tel. : 4343-2123 / 4331-9855 (info)*
- Museo Histórico Nacional. Se exhiben excelentes grabados, litografías, cuadros, imágenes religiosas y esculturas; banderas, estandartes, armas y uniformes de las guerras de la Independencia; muebles, relojes, partituras, instrumentos musicales y vajillas de las familias tradicionales del siglo XIX; recuerdos de la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, relicarios y miniaturas, daguerrotipos, fotos y tarjetas postales; aperos, ponchos, objetos de plata y prendas gauchas. Entre sus colecciones pictóricas resaltan los cuadros de José Gil de Castro; las pinturas de Cándido López, un valioso testimonio de la Guerra del Paraguay (1865-1870). También cuentan con los pianos y los forte pianos de la familia Escalada, de María Sánchez de Thompson y de Eduarda Mansilla. En el Museo puede visitarse la reproducción del dormitorio de José de San Martín en Boulogne-Sur-Mer (Francia), ambientado con objetos originales de acuerdo al bosquejo enviado por su nieta Josefa Balcarce. El archivo personal de Adolfo Carranza está abierto para los investigadores. Una valiosa biblioteca de alrededor de quince mil volúmenes, dedicada principalmente a la historia argentina y americana, puede ser consultada por el público general. Horario:
De miércoles a domingo, de 11 a 18 hs. Los docentes que deseen visitar el Museo con sus alumnos deben enviar un correo electrónico a educacion@mhn.gov.ar. Dirección: Defensa 1600. Informes 4307-1182. (info)*
- Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo. El museo cuenta con modernos sistemas interactivos de comunicación que favorecen la participación del público. Se puede acceder al balcón principal del edificio y visitar todas sus salas además de ver sus históricos túneles, a través de una cámara subterránea. cuenta con dos pantallas que les permiten a los visitantes interactuar con la imagen del famoso cuadro del 22 de mayo y con un mapa con los puntos geográficos más importantes de la ciudad en los febriles días de la Revolución de Mayo. Dirección: Bolívar 65. Tel.: 4342-6729 y 4334-1782. Visitas guiadas: Miércoles y jueves a las 15.30; Viernes a las 15.30 (gratis); Sábados, domingos y feriados a las 12.30, 14 (gratis) y 15.30. Las visitas pagas incluyen un recorrido virtual en tiempo real de las construcciones subterráneas del Patio del Museo. Los establecimientos educativos deben solicitar turno a visitascabildo@cultura.gov.ar. Dirección: Bolívar 65. Informes: 4342-6729 y 4334-1782. (info)*
- Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. En su colección permanente se encuentra el patrimonio público de platería colonial sudamericana más importante de Iberoamérica. Su pinacoteca abarca desde la época colonial hasta el período independiente. También exhibe piezas de mobiliario de los S. XVIII y S. XIX, documentos, libros, ornamentos religiosos, grabados, cerámica, indumentaria civil y accesorios femeninos. El edificio, conocido como Palacio Noel, es un excelente exponente del movimiento neocolonial y posee hermosos jardines de inspiración española. Más información en info. Dirección: Suipacha 1422. Tel.: 4327- 0228. Horario: martes a viernes de 14 a 19 hs. Sábados, domingos y feriados de 12 a 19 hs. Lunes cerrado. Entrada general $1.*
- El Museo Nacional de la Historia del Traje, expone un recorrido por las diversas piezas de indumentaria. En sus salas se pueden ver colecciones como la moda desde 1845-1914; la moda en los años 20; el traje de boda; la moda infantil desde 1890 a 1970, etc. Dirección: Chile 832. Horarios: de martes a domingo de 15 a 19 hs. Visitas guiadas: sábados y domingos a las 17:00 hs. Informes: 4343-8427. (info)*
- Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio Saavedra, Sala Ricardo Zemboraín: Colección de platería urbana del Siglo XIX. Sala tertulias: Mobiliario, iconografía y artes decorativas correspondientes a la 1ª y 2ª mitad del Siglo XIX. Sala independencia: Testimonios del proceso que se inicia con la Invasiones Inglesas, la Revolución de Mayo y la Independencia Sudamericana. Confederación argentina: Aspectos políticos, sociales, y económicos de los gobiernos de Juan Manuel de Rosas. Lujos y vanidades femeninas del siglo XIX: Peinetones, alhajas, relojes, abanicos y otros accesorios de la moda femenina. Sala Leonie Matthis: La plaza de Mayo desde la fundación hasta el fin del Siglo XIX a través de las aguadas de la pintora francesa. Sala moda: Vestimenta masculina y femenina del Siglo XVIII y XIX. Emisiones, inflación y convertibilidad: La Economía Argentina a través de sus diferentes monedas. Sala de armas: Colección de armas de fuego y armas blancas. Sala Keen: Platería rural. Dirección: Crisólogo Larralde 6309. Horario: Martes a viernes de 9 a 18 hs. Sábados, domingos y feriados de 10 a 20 hs. Tel: 4572-0746 / 4574-1328. Lugar: Visitas guiadas: sábados, domingos y feriados, 17 hs. (info)*
- Museo Nacional Bellas Artes. Exposición Claridad: La vanguardia en lucha 1920-1940. Esta exposición se propone completar la visión de la vanguardia argentina, a partir de la muestra sobre el periódico Martín Fierro en las artes y en las letras, en abril de 2010. Las tendencias de la vanguardia en nuestro país, tuvieron dos vertientes: la protagonizada por el Periódico Martín Fierro, bajo el lema “el arte por el arte”, y la que se caracterizó por su permanente búsqueda de innovaciones vanguardistas en torno a las preocupaciones sociales, luchas obreras y políticas. Así como la cartografía de la vanguardia argentina encontró a los seguidores de Martín Fierro en la calle Florida, quienes apelaban a un discurso social, colaboradores de la Revista Claridad, tomaron la calle Boedo como escenario imaginario de su propuesta estética. La exposición ahondará los distintos aspectos de la vida política y social de las décadas comprendidas entre los años 1920 y 1940. Dirección: Av. Del Libertador 1473. Del 15 de marzo al 20 de mayo, de martes a viernes de 12:30 a 20:30 hs. Sábados y domingos de 9.30 a 20:30 hs. Tel: 5288-999. (info)*
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Cine |
- Memoria para reincidentes, una realización de Violeta Bruck, Gabi Jaime y Javier Gabino. Un documental sobre el peronismo, las cúpulas sindicales, “las bases obreras” y la creación de la Triple A. Con testimonios e imágenes de archivo inéditas, como el registro de las huelgas en la zona norte del gran Buenos Aires luego de las elecciones de 1973, el film narra cuatro episodios colectivos ocurridos entre 1969 y 1976. Se trata de las luchas de fábrica en la zona norte del gran Buenos Aires (Astarsa, Del Carlo, Lozadur, Matarazzo) bajo el gobierno de Perón; la experiencia de Villa Constitución en Santa Fe en 1974/75; y la huelga general ante el “Rodrigazo” de 1975 y los sindicatos “clasistas” de Fiat Córdoba hasta 1971. Ver cines y horarios en info.*
- Memoria visual de Buenos Aires, una realización de Graciela Raponi y Alberto Boselli. Se trata de proyectos audiovisuales que recorren los procesos de gestación y transformación de la ciudad desde su origen hasta el presente. Fundada en 1580 por hispano-guaraníes en la costa del Río de la Plata, la actual Capital de la Republica Argentina tuvo un débil impacto sobre el medio natural en sus primeros tres siglos de existencia. Pero en los últimos ciento treinta años inició un formidable desarrollo urbano que en pocas décadas convirtió a esa “gran aldea” en una de las metrópolis portuarias más importantes de Sudamérica y del mundo. Los archivos de fotografía urbana y de los demás documentos icónicos, desde los dibujados artesanalmente como la cartografía, hasta los registrados en soporte fílmico, digital, etc., proveen los eslabones para reconstruir ese itinerario en el tiempo. Casa del Bicentenario. Riobamba 985; horarios: de martes a domingos y feriados de 15 a 21 hs. También pueden verse en info*
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Teatro |
- El secuestro de Isabelita, una obra de Daniel Dalmaroni sobre el mundo de la guerrilla urbana de los años setenta. Actúan: Ivana Averta, Mariano Bicain, Gastón Courtade, Gabriel Kipen, Sonia Martínez y Juan Mendoza Zélis. Lugar: Teatro del Pueblo. Roque Sáenz Peña 943, Capital Federal. Horario: sábados a las 22:30. Tel. 4326-3606. (info)*
- Yo elegí ser Evita, dirigida por Daniel Marcove. Actúan Mónica Salvador y Mónica Lerner. Quien una vez fuera Eva Perón ahora se encuentra en un espacio de tránsito. Debe aprender a olvidar sus pasiones para poder pasar al otro estado. Una periodista llega para interrumpir su letargo. Su reportaje tiene como objetivo entender las pasiones que movieron a Eva hasta convertirla en un personaje de fama mundial. Lugar: Maipo Kabaret. Esmeralda 443, 2º piso. Horario: jueves a las 20:00hs. Tel.: 5352-8383. (info)*
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Cursos |
- Seminario de Paleografía hispanoamericana, Siglos XVI y XVII, a cargo de la profesora Susana M. Lanzillotta, dirigido preferentemente a egresados de las carreras de Derecho e Historia con intención de iniciarse en la investigación histórica e histórico-jurídica argentina e hispanoamericana. Seminario de 10 clases de dos horas de duración cada una, con aplicación a documentos jurídicos. Horarios: Martes de 16:00 a 18:00 hs. Comienza el 15 de mayo de 2012. Lugar: Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho. Dirección: Av. De Mayo 1480, 1º izquierda. Costo: 2 cuotas de $200. Tel.: 4381–5625.*
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* Se recomienda constatar vigencia de los eventos y cambios de horario. |
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Lanzamiento de Libros |
Historia de las clases populares en la Argentina. Desde 1880 hasta 2003, de Ezequiel Adamovsky, Editorial Sudamericana. 496 págs $105. Este libro pone la mirada en los diversos aspectos del mundo popular, desde la vida cotidiana, la cultura, la religiosidad y el trabajo hasta las identidades, las ideologías, las formas de organización gremial y de acción política. Los protagonistas de esta historia son peones, obreros y empleados, campesinos y pequeños productores de cada región; inmigrantes europeos y de países vecinos; criollos, afroargentinos e indígenas. (info)
Mi historia argentina. Violencia, impunidad y justicia, de Martín Balza, Editorial Norma, 536 págs. $99. En el libro Martín Balza resume en su trayectoria el camino que los militares tuvieron que recorrer para reencontrarse con la civilidad política. El autor fue el Jefe del Estado Mayor y General del Ejército argentino entre 1991 y 1999 y se destacó en 1995 al realizar una autocrítica condenando la violación de los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas durante la última dictadura militar, (Revista Ñ, sábado 3 de marzo de 2012; info)
Historia económica de la argentina en el siglo XX, de Claudio Belini y Juan Carlos Korol, Editorial Siglo XXI, $85. Un libro sobre el desempeño de la economía durante el siglo XX en la Argentina, que pasó de figurar entre un pequeño grupo de naciones con elevado ingreso per cápita hacia 1913 a ocupar un lugar muy secundario en relación con los países desarrollados. Los autores analizan el derrotero argentino atendiendo a las transformaciones del comercio mundial y de la inserción de la Argentina en él. (info)
Rebeldes y confabulados. Narraciones de la política argentina, de Dardo Scavino, Editorial Eterna Cadencia, 253 págs. $85. Un libro sobre el peronismo, el menemismo, el alfonsinismo cruzado con el arte, la literatura y el pensamiento argentino. (Revista Ñ, sábado 10 de marzo de 2012)
Lágrimas de sangre. Torturas y violaciones a los derechos humanos en la guerra de Malvinas, de Natasha Niebieskikwiat, Editorial Norma. 295 págs. $89. Un libro sobre las violaciones a los derechos humanos durante la Guerra de Malvinas. (Revista Ñ, sábado 31 de marzo de 2012)
Señales de guerra, de Lawrence Freedman y Virginia Gamba, Editorial El Ateneo. 461 págs. $129. El libro analiza los hechos que llevaron a la escalada diplomático-militar en el Atlántico Sur entre diciembre de 1981 y junio de 1982. (Revista Ñ, sábado 17 de marzo de 2012)
Malvinas. La trama secreta, Oscar Raúl Cardoso, Ricardo Kirchbaum y Eduardo Van Der Kooy, Editorial Sudamericana, 740 págs. $139. Se trata de una edición ampliada de un libro aparecido por primera vez tras la guerra en 1983. (info)
Violencias de la memoria, de Jorge Jinkis, Editorial Edhasa, 248 págs. $85. No hay política sin una política sobre la memoria, pero la memoria también tiene un su propio abuso; pues nunca es neutra. El autor de este libro interroga sobre cuál puede ser el equilibrio para que una política de la memoria mantenga presente la violencia del pasado, pero a su vez no genere su propia violencia. (Revista Ñ, sábado 17 de marzo de 2012; info)
Voces y silencios. La prensa argentina y la dictadura militar (1976-1983), de Jorge Saborido y Marcelo Borrelli (coordinadores), Editorial Eudeba, $88. Este libro revisa la labor de la prensa durante la última dictadura militar argentina, analizando las trayectorias ideológicas de distintos diarios y revistas, sus alineamientos con ciertas doctrinas políticas, las dinámicas de apoyo y distanciamiento que fue generando la propia dictadura con sus prácticas y las cambiantes circunstancias que atravesó el país durante los casi ocho años en que las Fuerzas Armadas estuvieron en el gobierno. (info)
Montoneros. Soldados de Massera. La verdad sobre la contraofensiva montonera y la logia que diseñó los 70, de Carlos Manfroni, Editorial Sudamericana. 375 págs. $95. El libro intenta demostrar que la contraofensiva montonera no sólo resultó funcional a las aspiraciones políticas del almirante Emilio Eduardo Massera, sino que además existió un pacto secreto entre la cúpula montonera y el ex comandante naval. (Revista Ñ, sábado 17 de marzo de 2012)
La desaparecida de San Juan, de Philippe Broussard, Editorial Planeta, 341 págs. $93. Un libro sobre Marie-Anne Erize, una modelo militante que pasó de las pasarelas a las villas y fue secuestrada en San Juan en octubre de 1976. (Revista Ñ, sábado 10 de marzo de 2012)
Un enemigo para la nación. Orden interno, violencia y “subversión” 1973-1976, Marina Franco, Editorial Fondo de Cultura Económica, 352 págs. $98. El libro analiza la violencia en el período constitucional que se extendió desde mayo de 1973 hasta marzo de 1976 e identifica los elementos que configuraron, a partir de 1973, un estado de excepcionalidad jurídica creciente vinculado con una lógica político-represiva centrada en la eliminación del enemigo interno. Así, el golpe de Estado de 1976 aparece como parte de un proceso de deterioro institucional del Estado de derecho, y no como su mera interrupción. (info)
Una historia del progreso argentino. Crónicas ilustradas de las exposiciones y congresos, Siglos XIX-XX,de Juan Carlos Grassi, Editorial Ferias & Congresos, 384 págs. $104. Un libro sobre las grandes exposiciones y congresos nacionales, desde la primera muestra de arte en el país, fechada en 1829 hasta exposiciones agrícolas, rurales, industriales, científicas, técnicas y culturales. La investigación, que llega hasta 1975, contiene más de 600 imágenes (daguerrotipos, cuadros, fotos). (Revista Ñ, sábado 10 de marzo de 2012; info)
La economía del peronismo: una perspectiva histórica, de Marcelo Rougier, Editorial Sudamericana, 224 págs. $65. El período peronista se ha considerado en materia económica como una etapa decisiva, que habría modificado de manera cardinal las relaciones sociales dando origen a una industrialización pujante y a la emergencia, junto a una clase obrera consciente, de una burguesía comprometida con el desarrollo nacional. El libro se propone cuestionar ese imaginario e indagar cuánto hay de cierto y cuánto de mito en él. (info)
La revolución de los palanganas. 1930: el primer traspié de la Argentina democrática, de Álvaro Carlos Otero, Capital Intelectual. $60. El 6 de setiembre de 1930 un golpe militar interrumpía la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen. El caudillo radical llamaba despectivamente “palanganas” a los organizadores del movimiento (boca grande y poco contenido). El libro trata sobre las causas del triunfo de los golpistas, pese a su desorganización, sus contradicciones ideológicas y la ausencia de apoyo civil. (Revista Ñ, sábado 3 de marzo de 2012; info)
El otro desierto de la nación argentina, antología de narrativa expedicionaria, de Claudia Torre, Universidad Nacional de Quilmes. Una antología de textos publicados entre 1870 y 1900 formada por obras que relatan viajes a las fronteras y cuentos de los expedicionarios que integraron alguna de las cinco columnas de la campaña al “desierto”. (Revista Ñ, sábado 17 de marzo de 2012; info)
Nacionalismo y liberalismo económicos en Argentina: 1860-1880, de José Carlos Chiaramonte, Edhasa, 276 págs. $85. Una edición definitiva de un clásico de la historiografía argentina, sobre el modo en el que el país se pensó a fines del siglo XIX. (info)
Juan Bautista Alberdi y la independencia argentina. La fuerza del pensamiento y de la escritura, de Diana Quattrocchi-Woisson (dir.), Universidad Nacional de Quilmes. 400 págs. $110. Se trata de una lectura colectiva de la obra alberdiana que intenta conocer nuestro pasado, con foco en el impacto que pueden llegar a ejercer las ideas y los escritos en los destinos colectivos (info)
Historia de las clases populares en la Argentina: desde 1516 hasta 1880, de Gabriel Di Meglio, Editorial Sudamericana, 468 págs. $105. Es la historia de la gente común, la que formaba la base de la pirámide social. La obra se ocupa de su vida laboral y cotidiana, su participación política y militar, sus costumbres, religiosidad y conflictos sociales, de las resistencias, las rebeliones, las montoneras y el federalismo. (info)
Labradores de frontera. La guardia de Luján y Chivilcoy (1780-1860), de Bibiana Andreucci, Prohistoria Ediciones. 244 págs. $65. Un libro sobre el proceso de apoderamiento de las tierras hacia el Oeste de Buenos Aires, desde la perspectiva de los verdaderos actores. Ocupación precaria, compra, herencia, alianzas matrimoniales, despojo, arriendo, enfiteusis, constituyen los medios de acceso a la tierra en una región, cuyo ritmo de expansión territorial fue menor que en otras regiones como el Sur bonaerense. (info)
Un vecindario federal. La construcción del orden rosista en la frontera sur de Buenos Aires, de Sol Lanteri. Centro de Estudios Históricos "Prof. Carlos S. A. Segreti", $80. El libro aborda las políticas implementadas por Rosas para construir su dominio en la frontera sur de Buenos Aires, el proceso de poblamiento, producción y relaciones interétnicas, con especial atención en los patrones de acceso y tenencia de la tierra. (info)
El 68 uruguayo. El movimiento estudiantil entre molotovs y música beat,de Vania Markarian, Editorial Universidad Nacional de Quilmes. 168 págs. $70. Se trata de un análisis del movimiento estudiantil uruguayo de 1968 a través de los debates intelectuales, las corrientes de pensamiento y las representaciones sociales que fueron signando las posiciones de la izquierda de ese país frente a la irrupción de una nueva generación de militantes. (info)
Historia de la solución final. Una indagación de las etapas que llevaron al exterminio de los judíos europeos, de Daniel Rafecas, Editorial Siglo XXI, 288 pág. $140. El libro explora las causas que desembocaron en la consumación del crimen de genocidio más significativo de la historia moderna: la Shoá. La crónica atiende al contexto del conflicto bélico mundial y alumbra el tránsito del régimen nazi hacia la consumación de la “Solución Final”, proceso que sólo pudo ser posible a partir del progresivo arrasamiento de los derechos fundamentales, característico del Estado totalitario. (info)
Tierras de sangre. Europa entre Hitler y Stalin, de Timothy Snyder, Editorial Norma. 665 págs. $130. Un libro sobre la etapa previa a la Segunda Guerra Mundial, cuando las dictaduras ya habían cobrado cientos de miles de vidas. (Revista Ñ, sábado 31 de marzo de 2012)
Mata Hari. Espía, víctima, mito, de Pat Shipman, Editorial Edhasa, 480 págs. $85. En 1917, una bella y sexy bailarina era arrestada, acusada de espionaje y ejecutada. Se la señalaba como la responsable de la muerte de no menos de 50.000 soldados franceses. Sin embargo, muy pronto surgieron dudas acerca de la culpabilidad de quien se había hecho célebre con el nombre de Mata Hari, y sobre todo acerca de la identidad de una de las mujeres más enigmáticas de la historia, toda una leyenda. (Revista Ñ, sábado 10 de marzo de 2012; info) |
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