Se ha dicho de San Martín que su juventud fue un duro aprendizaje del combate y siguiendo esta línea se convirtió, antes que nada, en un hombre de acción. No faltan fundamentos para tal afirmación. En primer lugar, porque luego de viajar con sus padres a España en 1786, con apenas 8 años, e ingresar en el Seminario de Nobles de Madrid, una institución aristocrática, pasó con 12 años al Regimiento de Murcia, ingresando como cadete, gracias a ser hijo de un oficial. Rápidamente, tendría su bautismo de fuego.
En 1791, participó de la campaña en África, en Melilla primero y más tarde en Orán. El combate de los españoles contra los moros en esta última ciudad encontraba por entonces sus últimos momentos. Ese año, el joven José de San Martín, sufrió durante 33 días el fuego y el sitio enemigo, el hambre y el insomnio. La ciudad quedaría completamente bajo ruinas. En los siguientes años, el calor de las batallas, entre otras contra el ejército francés, le permitirían ascender en jerarquía, conocimiento y reputación.
En la fecha del inicio del asedio moro que sufriría San Martín, traemos sus recuerdos sobre los años en el ejército español y el momento de ofrecer sus servicios en la lucha patriota.
Fuente: Norberto Galasso, Seamos libres y lo demás no importa nada, Buenos Aires, Editorial Colihue, 2000, pág. 41.
“Yo serví en el Ejército español en la Península desde la edad de trece a treinta y cuatro años, hasta el grado de teniente coronel de Caballería. En una reunión de americanos en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos acaecidos en Caracas, Buenos Aires, etc., resolvimos regresar cada uno al país de nuestro nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se había de empeñar.»
José de San Martín
Fuente: www.elhistoriador.com.ar