En la mañana del 28 de septiembre de 1951, estalló una revuelta militar encabezada por el general Benjamín Menéndez para derrocar al régimen de Juan Domingo Perón. En pocas horas el levantamiento fue derrotado. A continuación, transcribimos el texto de los volantes que fueron arrojados desde los aviones por las fuerzas revolucionarias:
Fuente: Alicia García y Ricardo Rodríguez Molas, El autoritarismo y los argentinos. La hora de la espada y del balcón 2 (1946-1964). Textos y documentos, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1989, págs. 180-181.
¡ARGENTINOS!
Una vez más -¡ojalá sea la última!- las fuerzas armadas deben hacer momentáneo abandono de sus tareas específicas, en salvaguardia de los más sagrados intereses de la Nación conculcados por un gobierno que, a través de una prédica demagógica y de permanente engaño, no ha trepidado en llevar a la Nación a una quiebra total de su crédito, interno y externo, tanto en lo moral y espiritual como en lo material. Historiar los actos de gobierno que han conducido a esta situación resultaría pueril, ya que son de público conocimiento y están en la conciencia de todo hombre de bien, sea cual fuere la esfera social en que actúa. Los que tenemos el privilegio de vestir el uniforme de la Patria y ser por ello, en primer término, fieles custodios de sus más puras glorias y tradiciones, como también del honor y del prestigio de sus instituciones armadas, no podíamos permanecer impasibles a este proceso de descomposición general, que amenaza llevar a la República al derrumbe total de aquellos valores substanciales que concitaron siempre la consideración y el respeto de todos los pueblos civilizados.
Por lo expuesto, he resuelto asumir hoy ante el pueblo de mi Patria la extraordinaria responsabilidad de encabezar un movimiento cívico-militar, que por sintetizar un sentimiento casi unánime deberá conducirnos, indefectiblemente a dar término a una situación que no puede ya ser sostenida ni defendida. Cuento para ello con el apoyo de las fuerzas de tierra, mar y aire, y el respaldo de la ciudadanía representada por figuras prominentes de los partidos comprometidos a una tregua política que asegure la más amplia obra de conciliación nacional y el retorno a una vida digna, libre y de verdadera democracia.
¡ARGENTINOS! ¡VIVA LA PATRIA!
GENERAL MENÉNDEZ
Buenos Aires, 28 de septiembre de 1951
Fuente: www.elhistoriador.com.ar