Historia de la aspirina

Autor: Mariano Fain

La historia de la aspirina se remonta a la antigüedad, cuando las culturas egipcias y griegas utilizaban preparaciones a base de corteza de sauce y otras plantas ricas en salicilatos para tratar el dolor y la fiebre. En el siglo XIX, químicos como Piria y Hoffman aislaron el ácido salicílico y descubrieron el ácido acetilsalicílico. En 1897, la empresa Bayer comenzó a investigar este compuesto como alternativa menos irritante al ácido salicílico. Bautizaron el fármaco como «Aspirina» y lo lanzaron al mercado en 1899.

Su popularidad creció rápidamente. En 1905, Bayer creó la marca registrada de la «Cruz de Bayer» para vincular su nombre con la aspirina. Tras la Primera Guerra Mundial, Bayer perdió sus activos estadounidenses y otras empresas como Sterling comercializaron la aspirina. En las décadas siguientes surgieron numerosas marcas de este analgésico. No fue hasta la década de 1960 cuando investigadores como John Vane descubrieron que la aspirina actúa inhibiendo la enzima ciclooxigenasa.

Esto permitió entender sus propiedades antiinflamatorias y relanzó su uso para prevenir enfermedades cardíacas. Pese a la aparición de alternativas como el paracetamol y el ibuprofeno, la aspirina se ha mantenido como un eficaz fármaco preventivo cardiovascular y sigue siendo uno de los medicamentos más consumidos en el mundo.

¿Sabías que Hipócrates ya prescribía preparaciones a base de corteza de sauce como remedio para la fiebre alrededor del año 400 a.C.?

¿Sabías que tras la Primera Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos incautó las propiedades de Bayer en el país y la marca «aspirina» pasó a manos de la empresa Sterling Products?