Bernardino Rivadavia y la importancia de Buenos Aires


El 26 de septiembre de 1820, la recientemente conformada Junta de Representantes eligió al general Martín Rodríguez como gobernador de Buenos Aires, luego de la dura batalla que éste, junto a Juan Manuel de Rosas, mantuviera contra el ex gobernador Manuel Dorrego. Al asumir, se ponía fin, de alguna forma, a una etapa que fue conocida como la “anarquía del año 20”, cuyo rasgo más visible fue la rápida sucesión de casi diez gobernadores bonaerenses. Así, Buenos Aires conocería “la feliz experiencia”, con la creación de nuevas instituciones, el mejoramiento del comercio y de cierta calidad de vida en la población. Con el manejo de las rentas de la Aduana y los negocios del puerto, Rodríguez nombró ministros a Bernardino Rivadavia y a Manuel García y consiguió pronto “facultades extraordinarias sin límite de duración”. En este período de relativa calma, se consolidaba la desvinculación política con España, mientras se iniciaba un largo y perdurable vínculo de dependencia económica con Gran Bretaña. En su rol de ministro, Bernardino Rivadavia (quien luego sería electo presidente de las Provincias Unidas), llamaba a dejar atrás los tiempos de la revolución, sin importar que José de San Martín se mantenía, todavía, en el Alto Perú, luchando contra los últimos reductos de resistencia realista.

Fuente: Mensaje de Rivadavia a la Legislatura porteña en 1821, en Héctor Mabragaña, Los mensajes, T. II, Bahía Blanca, Editorial Continental Service, 1941, pág. 189.

«La provincia de Buenos Aires debe plegarse sobre sí misma, mejorar su administración interior en todos los ramos; con su ejemplo llamar al orden los pueblos hermanos; y con los recursos que cuenta dentro de sus límites, darse aquella importancia con que debía presentarse cuando llegue la oportunidad deseada de formar una nación…

 

Bernardino Rivadavia

Fuente: www.elhistoriador.com.ar