Hacia 1930, por primera vez, se interrumpiría el orden constitucional en todo el país. Entonces, era derrocado el primer presidente elegido bajo los auspicios de la Ley Sáenz Peña, Hipólito Yrigoyen, y se instalaba la Década Infame, marcada por el fraude electoral, la corrupción extendida, los negociados y la dura represión a los sectores populares. Pero también, hasta 1933, se sucederían distintos levantamientos cívico militares, para devolver al país la normalidad constitucional.
Luego de diferentes intentos en diciembre de 1930 y en febrero y mayo de 1931, tuvo lugar el levantamiento encabezado desde Corrientes por el teniente coronel Gregorio Pomar, ex edecán de Yrigoyen. El movimiento se inició como una protesta por la anulación de las elecciones en la provincia de Buenos Aires de abril, que habían dado un amplio triunfo a los radicales. Junto a Pomar, se sublevaron las tropas del Regimiento 9 de Infantería y grupos civiles en el Chaco y Santa Fe. Reclamaban, entre otras cosas, la entrega del poder ejecutivo a la Corte Suprema y la convocatoria a nuevas elecciones.
Como respuesta, el gobierno de facto ordenó la rápida movilización de fuerzas aéreas, terrestres y fluviales, y ante tamaña superioridad, los dirigentes de la sublevación se exiliaron en el Paraguay. A continuación, el régimen aseguró que los próximos insurrectos serían pasados por las armas, mientras ordenaba la detención de dirigentes de varios partidos y el cierre de sus locales y publicaciones. Entonces se sucedieron efusivas denuncias por las torturas sufridas por los presos del levantamiento.
El golpe fracasaría, pero obligaría a Uriburu a convocar a elecciones –fraudulentas por supuesto- para el 8 de noviembre. No podría participar ninguna figura ajena al régimen o que se considerara amenazante. En enero de 1933, Pomar encabezaría un nuevo levantamiento, esta vez acompañado además por numerosos civiles pertenecientes a las filas radicales –entre ellos, Arturo Jauretche. El intento volvió a fracasar, y Pomar se iría al exilio. Sólo una década más tarde, regresaría e ingresaría al Congreso como diputado del bloque radical.
En esta ocasión, recordamos las demandas del levantamiento del 20 de julio, puestas en papel por Gregorio Pomar.
Fuente: Diario Época, de Corrientes, 20 de julio de 2007.
«El Comandante Jefe de las Fuerzas Nacionales de la Provincia de Corrientes al Pueblo de la República – El Ejercito Argentino, fiel a sus tradiciones democráticas e invocando el sentimiento de libertad y el más puro amor a la patria, asume con el pueblo mismo en estas horas, la responsabilidad de sus destinos para encauzar a la Nación en las vías de su normalidad institucional, del trabajo tranquilo y fecundo, solidarizando todos los espíritus en un mismo sentimiento de concordia fraternal y perdurable-. El programa de este movimiento trascendental bajo cuya advocación que abraza la causa y prestan solemne juramento de respeto los hombres que lo promovieron, queda establecido en los siguientes términos:
1- Retorno inmediato a la normalidad constitucional con la inmediata asunción del mando gubernamental de la República por el Excmo. Señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Doctor José Figueroa Alcorta.
2- Constitución de gobiernos provisorios civiles en toda la República, sin distinción de colores o credo políticos.
3- Convocatorias a elecciones simultáneas y generales para la constitución de todos los poderes nacionales, provinciales y municipales de la República.
4- Retorno inmediato del Ejército a las actividades propias de su cometido. Sobre estos principios y el profundo amor a la patria, el Ejército y los civiles a los adscriptos reclaman la cooperación de todo el pueblo de la República, confundido en un solo ideal y en un mismo sentimiento.»
Gregorio Pomar
Fuente: www.elhistoriador.com.ar