Juana Manuela Gorriti y el europeísmo americano


El 15 de junio de 1816 1 nacía en Salta Juana Manuela Gorriti. Hija de José Ignacio Gorriti -quien participó activamente en las guerras por la Independencia y fue varias veces gobernador de Salta-, hizo de la enseñanza y la escritura su oficio. Exiliada con su familia en Bolivia durante el período rosista, se casó con el general boliviano Manuel Isidoro Belzú Humérez, quien más tarde sería presidente del país vecino. Luego del trágico asesinato de su marido en 1865, a comienzos de la década de 1870 se estableció en Buenos Aires.

Gorriti se inscribe en el romanticismo literario, al que también pertenecen Esteban Echeverría, José Mármol y Juana Manso, entre otros. Aunque unitaria por convicción y familia, buscó en sus escritos superar las facciones y se abocó a describir el amor y horror de la guerra civil. Escribió numerosos artículos con clásicos motivos: civilización, barbarie, unitarios, federales, etc. Entre sus obras se destacan Sueños y realidades,  Panoramas de la vida, Misceláneas, El mundo de los recuerdos, y Lo íntimo y Cocina ecléctica.

En varias ocasiones, regresó al norte, particularmente a Lima, donde la encontramos en 1875, criticando el europeísmo de las elites del continente. De esos discursos extraemos un fragmento para recordarla.

Fuente: Juana Manuela Gorriti, “Club libertario de Lima”, 4 de febrero de 1875, en Misceláneas: Colección de leyendas, juicios, pensamientos, discursos, impresiones de viaje y descripciones americanas, Buenos Aires, Imprenta de Biedma, 1878, p. 127.

«Porque siendo el objeto de esta asociación acoger y aclimatar toda idea nueva que, en la ciencia, en la literatura o en el arte, tienda a elevar el tono moral del individuo y de las sociedades, debe serlo también, combatir las aberraciones y las falsas ideas que se apoderan de ellas, apoyadas por el prestigio de la costumbre, de la moda; y a veces sancionadas por la aparente necesidad de progreso. Hablo, señores, de ese funesto empeño de enviar a nuestros hijos, en su temprana edad, a educarse en Europa, principiando por sacrificar, de antemano, los sagrados vínculos que unen al hombre con la familia y con el país natal. 

Lejos está de mí la idea de que la educación en Europa sea dañosa en general para la juventud americana. (…) Allí está el gran laboratorio de los hechos y de las ideas que marcan el rumbo a la humanidad entera; y el joven americano que va allá a estudiarlos, llevando el corazón y el alma formados ya, retemplados en el amor del hogar y en la severa sencillez de las costumbres republicanas, alcanzará sin duda, de esa contemplación inmediata, provechosos frutos. No así el pobre niño a quien arrancan un día al calor de la cuna (…) Después, con la ligereza inherente a la infancia, olvídalo todo: madre, familia, hogar. Arrojase en los brazos del primero que le sonríe; entrégale su alma; apropiase las costumbres y gustos del país que habita; se empapa en ideas monárquicas, adquiere hábitos de lujo, de derroche y de sensualismo que lo hacen egoísta; y cuando un día vuelve a la patria, en vez de la santa alegría del regreso, trae el alma lacerada por el dolor de un doble ostracismo: allá, el ostracismo de la nacionalidad; aquí, el ostracismo del corazón. O bien, sediento de fausto, riquezas, de goces a todo trance, a toda costa, conviértese en instrumento de todas las tiranías que se levantan en el suelo americano, y es el resorte de las especulaciones más fraudulentas, audaces y ruinosas.»

 

Juana Manuela Gorriti

Referencias:
1 Hay, sin embargo, dudas en torno a la fecha de su nacimiento. Hay quienes indican que nació en 1818 o en 1819.