Mariano Balcarce sobre la desgracia de la guerra civil


Mariano Balcarce fue hijo del “vencedor de Suipacha”, Antonio González de Balcarce, quien comandó el Ejército del Norte en los primeros triunfos militares tras la Revolución de Mayo. Médico de profesión, cuidó en París de la salud de José de San Martín y su hija, Mercedes, afectados por una fuerte cólera. A los pocos meses, en diciembre de 1831, San Martín le escribía a la madre de Balcarce, Dominga Buchardo: «Antes del nacimiento de mi Mercedes, mis votos eran porque fuese varón; contrariado en mis deseos, mis esperanzas se dirigieron a que algún día se uniese a un americano, hombre de bien, si posible, el que fuese hijo de un militar que hubiese rendido servicios señalados a la independencia de nuestra patria”. Sus deseos prontos se harían realidad, ya que en 1832 Mercedes y Mariano Balcarce contrajeron matrimonio.

Más tarde, Balcarce comenzó su carrera política. Sus esfuerzos más importantes tuvieron lugar luego de la caída de Urquiza en 1862, cuando Bartolomé Mitre asumió la presidencia de la república unificada, y lo nombró representante argentino en Francia.

Residente por décadas en Europa, Balcarce se mostró alejado de las parcialidades que luchaban cruentamente en el país. Para recordarlo en el día de su nacimiento, reproducimos un fragmento de una carta enviada a Alberdi en 1853 donde, varios años antes de aceptar la designación de Mitre, se lamentaba por la caída de Rosas primero y los ataques contra Urquiza después, y enseñaba sus pesares por los vestigios todavía presentes de la guerra civil.

Fuente: Carta de Mariano Balcarce a Juan Bautista Alberti, 15/7/1853, en Juan Bautista Alberdi, Escritos Póstumos. Memorias y Documentos, Tomo XVI, p. 271.

…nos causa [pesar] la triste situación de mi malhadada patria, pues justos y pecadores, ausentes y presentes, todos sentimos poco mas o menos las fatales consecuencias de la guerra civil. Es una desgracia que mis compatriotas nada hayan olvidado ni aprendido en 20 años de destierro: han vuelto al país con las mismas ideas impracticables que cuando lo dejaron y en lugar de apoyar al general Urquiza, que era el único que en esa circunstancia podía salvarnos de la guerra civil, se han complacido en minar su poder e insultarlo ¡después que acaban de proclamarlo héroe y libertador! Sin embargo, creo infalible el triunfo del partido de la campaña. El de la ciudad no hace sino aumentar las desgracias y la ruina del país, prolongando una resistencia insensata. Desde la caída, a mi modo de ver, lamentable, del general Rosas, preví lo que ha sucedido y resolví prolongar mi residencia en Europa, pues habría sido el colmo de la locura regresar con mi familia a Buenos Aires para ser víctima inocente de cuatro ambiciosos sin patriotismo, ni virtudes.

 

Mariano Balcarce

Fuente: www.elhistoriador.com.ar