Autor: Felipe Pigna
Hasta que al rey Hammurabi de Babilonia (1728 – 1686 a. C.) no se le ocurrió poner la ley por escrito, la gente estaba sometida al capricho de los jueces. Cada uno aplicaba la ley que le parecía y nadie sabía qué era legal y qué estaba fuera de la ley. Hammurabi elaboró un código, el primero de la historia, y ordenó que lo escribieran para que la gente lo conociera. El código era muy severo e imponía la pena de muerte para varios delitos y aplicaba la ley del talión: ojo por ojo, diente por diente. Hammurabi decía que el código debía servir para «disciplinar a los malos y evitar que el fuerte oprima al débil».
¿Qué fueron las Tablas de la ley?
Hacia el 1700 a. C. muchos hebreos emigraron hacia Egipto en la época que ese país estaba ocupado por un pueblo invasor: los hicsos. Cuando los egipcios lograron expulsar a los invasores hicsos, se produjo un brote de fanatismo nacionalista y los extranjeros, entre ellos los hebreos, fueron perseguidos y esclavizados. Fue entonces cuando surgió entre los hebreos de Egipto la figura de Moisés, que organizó a sus compatriotas para huir de Egipto y marchar hacia la Tierra Prometida. A este episodio se lo llamó «éxodo». Según la Biblia, al llegar al Monte Sinaí, Moisés recibió de Dios las tablas de la Ley, que contenían diez mandamientos que deberían ser respetados por los hebreos si querían seguir recibiendo el favor de Dios.
¿Cuándo surgieron las leyes escritas en Grecia?
Hacia el 621 antes de Cristo, frente a los reclamos populares por la arbitrariedad de los jueces, el legislador Dracón recopila las leyes orales y las pone por escrito. El código era muy duro y algunos decían que «parecía escrito con sangre», porque casi todos los delitos eran castigados con la muerte. Pero las leyes no tenían como objetivo el castigo sino la garantía de los derechos. Hacia 594/592 antes de Cristo, otro legislador, Solón, moderó las leyes de Dracón haciéndolas más humanas y justas. En el derecho romano, que constituye la base de nuestro sistema jurídico actual, el sujeto era el ciudadano al que se le aplicaban normas para regular la vida social: sus relaciones laborales, familiares, comerciales y privadas.
¿Cómo hacían los jueces para recordar todas las leyes?
Era muy difícil para los jueces y para los enjuiciados recordar todas las leyes que fueron siendo dictadas en el transcurso de los siglos. Entonces al emperador Adriano, en el año 121 d.C., se le ocurrió la idea de recopilar todas las leyes vigentes hasta entonces en un solo código llamado «Edicto Perpetuo». Con este documento se eliminaban las diferencias de interpretación de los jueces.
¿Más leyes?
Pero los romanos siguieron dictando leyes y más leyes. Fue así que Justiniano, emperador del Imperio Romano de Oriente (527-565 d.C.), nombró a un comité de diez juristas para redactar un nuevo código. Al código llamado Corpus Iuris Civilis se lo conoce como Código de Justiniano.
¿Cuál fue la reacción de la gente frente a las leyes?
Los derechos que establecían estas primeras leyes no eran para todos. Por ejemplo, los esclavos no gozaban de ningún derecho ni protección legal alguna. Para ellos todas eran obligaciones. Las leyes escritas fueron un gran avance de todas maneras, porque los ciudadanos libres tuvieron un elemento de defensa frente a la libre interpretación de los jueces. La gente al principio lo tomó con cierta desconfianza, pero pronto comprendió que era muy positivo para el respeto de sus derechos.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar