El 23 de mayo de 1936, se inauguró el obelisco porteño para conmemorar los 400 años de la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza. Su construcción fue encargada al arquitecto Alberto Prebisch, autor también del Teatro Gran Rex. Lo recordamos con este artículo publicado al día siguiente de su inauguración.
Fuente: Diario La Nación, 24 de mayo de 1936.
El cielo nublado no fue óbice para que el público se congregara en gran cantidad en la Plaza de la República y a lo largo del nuevo tramo ensanchado de la calle Corrientes, con el deseo de presenciar las ceremonias inaugurales. Las frecuentes lloviznas de la mañana y la humedad ambiente dieron a la fiesta un aire otoñal, que las palomas con alas pintadas de celeste y blanco, soltadas al final del discurso, contribuyeron a acentuar. Mucho antes de las 15, hora fijada para la iniciación de la ceremonia, formaron en una doble fila semicircular los granaderos a caballo de la escolta presidencial alrededor de la acera norte del “rond point”. El obelisco destacaba su blanca silueta en medio de la plaza, que por primera vez se ofrecía a la vista del público, libre en absoluto de escombros y de las barreras protectoras.
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