Alem y el discurso en el Acto del Frontón


Hacia 1880, se consolidó en Argentina un régimen que fue definido a través de una paradoja, como la unión federal de las oligarquías que comenzaron a gobernar a través de un sistema unitario.

Los sectores dominantes del país supieron ser flexibles y adaptarse a los avatares políticos que emergían de las disidencias internas, pero hacia 1890 se hicieron palpables los peligros de ignorar al país y creerlo una reserva de inversionistas y terratenientes. Fue el gobierno de Miguel Juárez Celman la expresión de un régimen que sumía al país de rodillas ante el capital extranjero.

Ante tal situación surgió una dura oposición de diferentes corrientes. Mitristas, católicos, autonomistas, entre otros, encendieron la chispa de la discordia, en un país que además comenzaba a sentir los bríos de un movimiento obrero en crecimiento.

Quien expresó la forma más radical de la oposición al “régimen falaz y descreído” fue Leandro N. Alem. Hijo de un almacenero rosista fusilado, abogado y autonomista de pura cepa, desde la década de 1870 encendía las tribunas políticas y los recintos legislativos con discursos en defensa del sufragio universal, de la moral administrativa y del patriotismo. Bajo su impulso y el del viejo Bartolomé Mitre se conformó primero la Unión Cívica y luego se intentó tomar el poder a través de un movimiento revolucionario.

Éste tuvo lugar en julio de 1890 y fue conocido como La Revolución del Parque. A pesar de forzar la renuncia de Juárez Celman, dicho levantamiento cívico militar fracasó. Pronto, Mitre arreglaría con el nuevo gobierno nacional de Carlos Pellegrini y Alem impulsaría la formación de la Unión Cívica Radical, que contaría pronto con el naciente liderazgo de Hipólito Yrigoyen, su sobrino. Sin embargo, poco tiempo después, el 1º de julio de 1896, cansado, enfermo y deprimido, Alem se quitaría la vida de un tiro.

Poco antes de haber dirigido a los sectores civiles en la Revolución del Parque, Alem pronunció un encendido discurso que pasaría a la historia. Era el 13 de abril cuando habló ante una multitud, mayoritariamente joven, en lo que se conoció como el Acto del Frontón. Para recordar esta jornada, publicamos un fragmento de aquellas memorables palabras, donde Alem llamaba a defender la moral pública y clamaba por el sufragio universal.

Fuente: Discurso de Leandro N. Alem en el mitin del Frontón Buenos Aires, 13 de abril de 1890, El Nacional, 14 de abril de 1890.

«No hay, no puede haber buenas finanzas, donde no hay buena política. Buena política quiere decir respeto a los derechos; buena política quiere decir aplicación recta y correcta de las rentas públicas, buena política quiere decir protección de las industrias útiles y no especulación aventurera para que ganen los parásitos del poder. Buena política quiere decir exclusión de favoritos y de emisiones clandestinas. Pero para hacer esta buena política se necesita grandes móviles; se necesita buena fe, honradez, buenos ideales; se necesita, en una palabra, patriotismo. Pero con patriotismo se puede salir con la frente altiva, con la estimación de los conciudadanos, con la conciencia pura, limpia y tranquila, pero también con los bolsillos livianos… Y con patriotismo no se puede tener ‘troncos de rusos a pares’, palcos en todos los teatros y frontones, no se puede andar en continuos festines y banquetes, no se puede regalar diademas de brillantes a las damas en cuyos senos fementidos gastan la vida y la fuerza que debieran utilizar en bien de la patria o de la propia familia.»

 

Leandro N. Alem

Fuente: www.elhistoriador.com.ar