El largo historial del crucero General Belgrano


El 2 de mayo, un mes después de que la Argentina tomara posesión de las Islas Malvinas – territorio usurpado por los ingleses en 1833- el crucero General Belgrano recibió un ataque con torpedos de un submarino británico, mientras navegaba fuera de la zona de exclusión que Gran Bretaña había fijado. No tardaría en hundirse ocasionando la muerte de 368 tripulantes. A continuación transcribimos un artículo sobre la nave.

Fuente: Diario La Nación, martes 4 de mayo de 1982, pág. 16.

El crucero General Belgrano era un veterano del mar, con un largo y glorioso historial de combate, en el que la suerte lo acompañó a través de años de permanente acción en diversas aguas del mundo. Pero su estrella se apagó a las 17 del domingo último, cuando un torpedo británico lo alcanzó al SE de la isla de los Estados y fuera de la denominada “zona de exclusión”, según lo indicó el Estado Mayor Conjunto.

El crucero General Belgrano fue construido en los Estados Unidos de Norteamérica y botado en el año 1938, con el nombre de Phoenix. Inició su largo historial cumpliendo viajes de visita y confraternidad, y en ese carácter ancló por primera vez en el puerto de Buenos Aires, enarbolando la bandera norteamericana. Fue poco antes de estallar la Segunda Guerra Mundial, cuando cumplió un papel más que destacado.

El 7 de diciembre de 1941, la flota americana del Pacífico sufrió un sorpresivo ataque por parte del Japón. El Phoenix estaba anclado en el puerto de Pearl Harbour, y fue una de las pocas unidades norteamericanas que salió indemne de esta batalla. Días después, su proa cortó las aguas del Mar de Java y cañoneó fortificaciones en Nueva Guinea y en las islas  de Los Negros.

La primera baja
El 4 de junio de 1944, frente a las costas de Nueva Guinea, una bomba estalló cerca de su banda de estribor y dio muerte a un tripulante. Fue la única baja en cuatro años de combate casi permanentes, que remató en forma brillante hundimiento –en sólo 25 minutos de batalla- a un crucero similar de bandera japonesa, el Fuso, poco antes de participar en los combates de las Filipinas, del golfo de Leyte, y los desembarcos en Borneo.

Descansó sus fatigas en el puerto de Filadelfia. El 17 de octubre de 1951 –adquirido por nuestro país- fue entregado oficialmente a una misión argentina y rebautizado con el nombre de 17 de Octubre, después de tres meses de reacondicionamiento en el Comando de Instrucción de la Bahía de Chesapeake. Su primer comandante fue el capitán de navío Adolfo B. Piva, que lo hizo entrar en la base naval de Puerto Belgrano el 7 de diciembre de 1951, a las 10 de la mañana.

Cambio de nombre
El 22 de septiembre de 1955, el entonces comandante en jefe de la Marina de Guerra en Operaciones, contralmirante Isaac Francisco Rojas, dictó una resolución designando General Belgrano al crucero ex 17 de Octubre. Días antes, los cañones de la nave habían servido para consolidar el triunfo de la Revolución Libertadora.

El 26 de agosto de 1960, una explosión accidental registrada a bordo dejó como saldo un muerto y seis heridos, uno de ellos de gravedad. La nave realizaba ejercicios de entrenamiento del plan de actividades de la Flota de Mar –a la que pertenecía- en la zona denominada El Rincón, cerca de Bahía Blanca. Esa fue la segunda de las dos únicas muertes registradas desde su botadura y hasta el momento de su hundimiento.

Características de la nave
El crucero General Belgrano tenía un desplazamiento máximo de 13.470 toneladas, y poseía una eslora de 186 metros, una manga de 18 y un puntal de 12,8 metros. Estaba propulsado por 4 hélices movidas por turbinas a vapor Westinghouse y calderas Babcock Wilcox tipo Express, que desarrollaban 10.000 HP. Su velocidad máxima era de 32,5 nudos, y poseía una autonomía de 14.500 millas marinas a 15 nudos.

El buque tenía cobertizo para seis aviones, con dos catapultas. Su armamento convencional era de 15 cañones montados en torres triples giratorias; 8 cañones de doble propósito; 28 cañones antiaéreos en montajes cuádruples; 26 cañones antiaéreos en montajes dobles y varias ametralladoras. A fines de 1968, luego de sucesivos reacondicionamientos, se le colocaron rampas para el disparo de misiles. Su tripulación era de 1000 hombres en tiempos de paz, que podría ser sensiblemente reforzada.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar