Cuando el fiscal de la Audiencia, Manuel Villota, explicó que había que consultar al resto del virreinato del Río de la Plata antes de tomar cualquier decisión, Juan José Paso tomó la voz del grupo revolucionario y pidió la inmediata dimisión del virrey Cisneros. Era 22 de mayo de 1810 y para muchos ya no había tiempo que perder. La solución era la creación de una nueva junta de gobierno, de la cual sería uno de sus secretarios.
Nacido en Buenos Aires, el 2 de junio de 1758, e hijo de un panadero gallego, Juan José Paso cursó sus estudios secundarios en el Colegio Monserrat de Córdoba, ciudad en la que también se graduó como hombre de leyes. Paso ejerció algunos años como profesor de filosofía, como fiscal de la Real Hacienda y no dejó de intentar -con poca fortuna- algún negocio en minas.
Las invasiones inglesas lo encontraron en Lima, pero cuando los acontecimientos políticos advertían los profundos cambios que estaban por llegar, Paso regresó a Buenos Aires, donde se sumó al grupo revolucionario que pretendía conseguir mayores márgenes de autonomía respecto del reino español. Su respuesta al fiscal Villota formó parte de las opciones que votaron el 22 de mayo los grupos criollos que finalmente lograron formar un primer gobierno patrio.
Paso fue el secretario de hacienda de aquella Primera Junta y, una vez disuelta ésta, formó parte del primer y segundo Triunvirato, situación que le valió que lo acusaran de cierto oportunismo. En la Asamblea Constituyente de 1813, en el Congreso de Tucumán de 1816 y en el Congreso también constituyente de 1824 colaboró como secretario o diputado con numerosos proyectos. Con casi 70 años, sin que todavía lograra avizorarse un proyecto de país estable, Paso se retiró de la política. Fallecería el 10 de septiembre de 1833, en el barrio que hoy de Flores.
A continuación reproducimos las palabras que pronunciara Paso en el debate del histórico Cabildo del 22 de mayo de 1810.
Fuente: Felipe Pigna, 1810. La otra historia de nuestra revolución fundadora, Buenos Aires, Editorial Planeta, 2010, pág. 359.
«Dice muy bien el señor fiscal que debe ser consultada la voluntad general de los demás pueblos del virreinato; pero piénsese bien en el actual estado de peligros a que por su situación local se ve envuelta esta capital. Buenos Aires necesita con mucha urgencia ponerse a cubierto de los peligros que la amenazan, por el poder de la Francia y el triste estado de la Península. Para ello una de las primeras medidas debe ser la formación de una Junta provisoria de gobierno a nombre del señor don Fernando VII y que ella proceda a invitar a los demás pueblos del virreinato a que concurran por sus representantes a la formación del gobierno permanente«.
Juan José Paso
Fuente: www.elhistoriador.com.ar