En 1894, los servicios de contraespionaje franceses interceptan un documento dirigido al agregado militar alemán en París, con valiosa información sobre las adquisiciones francesas de material bélico. Por comparación de grafías, atribuyen la responsabilidad al capitán Alfred Dreyfus, de treinta y cinco años, judío y nacido en Alsacia, aquella región fronteriza entre Alemania y Francia que fue incansablemente disputada hasta el fin de la primera guerra mundial. El 15 de octubre Dreyfus fue arrestado, juzgado por un consejo de guerra y declarado culpable de alta traición. Dos años más tarde, un nuevo documento pone en evidencia su inocencia, pero el Caso Dreyfus ya se había convertido en una causa de la extrema derecha antisemita.
Comienza entonces una campaña pública promovida, entre otros, por el importante escritor Émile Zola, tendiente a reabrir el caso y a demostrar la inocencia del acusado. Desde fines de 1897, Zolá publica numerosas cartas y el movimiento se agiganta y se expande a numerosos países de varios continentes. En la colección privada de Zolá, se encuentra una carta dirigida desde la Diputación de la provincia andaluza de Cádiz, España, fechada el 12 de junio de 1899. Dirigida por Don Leonardo Restán y del Monte, daba su apoyo a la lucha de Zolá a favor del acusado Dreyfus. Por gracia presidencial, Dreyfus fue puesto en libertad. El decreto fue firmado el 19 de septiembre de 1899 y su salida de prisión sucedió dos días más tarde. Pero por ello mismo debió admitir su culpabilidad y las injusticias sobre su persona continuaron. Su reintegro al ejército, el 13 de julio de 1906, fue parcial y en 1908 sufrió un intento de asesinato de un miembro de la extrema derecha francesa. Falleció en 1935, con setenta y seis años.
Fuente: Encarnación Medina Arjona, “Cádiz y Émile Zola: una carta inédita a propósito del caso Dreyfus”, en Tavira: Revista de ciencias de la educación, Universidad de Cádiz, 1996, n. 13 págs. 109-114.
«La revisión del proceso Dreyfus es un golpe acertado a la mentira y a la infamia: la Verdad y la justicia como no es más que una siempre tiene que prevalecer”.
Don Leonardo Restán y del Monte
Fuente: www.elhistoriador.com.ar
