Miguel de Cervantes Saavedra


(1547-1616)

Autor: Alejandro Jasinski

Nacido probablemente en la ciudad madrileña de Alcalá, en septiembre de 1547, Miguel de Cervantes Saavedra ha dejado para la historia universal una de las más grandes obras de la literatura romántica. Nieto de un hombre de leyes, hijo de un cirujano, y con cinco hermanos, no se sabe a ciencia cierta qué tipo de estudios tuvo Cervantes, pero sí que antes de cumplir los 20 años se radicó en Madrid y que pronto logró que sus primeros poemas fueran publicados en una historia de la enfermedad y muerte de la reina Isabel de Valois.

Al poco tiempo, Cervantes se encontraba en Italia, probablemente fugado por cuestiones penales, que lo siguieron toda su vida. En Roma, siguió penetrando en el mundo del arte y la literatura, sobre todo en temas de romance, y pronto viajaría por Palermo, Milán, Florencia, Venecia y Ferrara, al servicio de un futuro cardenal.

Más tarde, se encontraría peleando para la Armada española, a las órdenes de Juan de Austria, hermano bastardo del rey Felipe II. Su participación en el triunfo sobre la flota turca en Lepanto no fue especialmente destacado. Recibió disparos de arcabuz en el pecho y mano izquierda, la cual le quedó inútil. Aun así, volvería a combatir en el norte africano, quedando junto a su hermano Rodrigo presos en Argel. Allí tendría una larga estadía en soledad, siendo recién liberado por rescate luego de cinco años.

De regreso a España, al cabo de unos años, ya con una hija, esposa y 40 años, consigue trabajo como recaudador de impuestos para la corona. La requisa de cereales y aceite le hace ganarse rencores, dos excomulgaciones y un nuevo período en la cárcel en 1597, denunciado por irregularidades.

Probablemente comenzara entonces a imaginar la historia del Quijote. En el verano europeo de 1604, la primera parte de la gran obra de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, ya estaba terminada y un año más tarde se publicaría por primera vez. Al cabo de una década, aparecía la segunda parte y ya en 1617 se publicaban juntas en Barcelona. De inmediato, comenzarían las traducciones en varios idiomas. Entre tanto, habían aparecido las novelas ejemplares, también reconocidas y algún otro escrito.

La historia del Quijote fue una auténtica reliquia de los ideales de la caballería, con todo el humor y la parodia del mundo caballeresco. Pero más allá de la ridiculización de las hazañas de armaduras, se esconde en la obra un canto al idealismo, a la libertad humana, al amor platónico y un puntilloso retrato de la sociedad española de la época. Cervantes creó una de las parejas más famosas de las letras universales: Don Quijote, el idealista, y su fiel compañero Sancho Panza, sencillo, bonachón y realista, con quien compartiría sus desventuras amorosas por su amada Dulcinea y las bravas batallas contra los molinos de viento y los ejércitos de ovejas. Cervantes escribió una historia divertida, llena de humor e ironía, que fue analizada y estudiada como ninguna otra. Enfermo incurable de hidropesía, Cervantes fallecería el 23 de abril de 1616