Mientras en Buenos Aires, el Congreso dominado por los unitarios aprobó una Constitución centralista que terminó de colmar la paciencia del interior y dejaba abierta la puerta al establecimiento de una monarquía en el país, San Martín daba a conocer en Mendoza este extraordinario documento:
Fuente: Felipe Pigna, San Martín, Escritos humanísticos y estratégicos, Buenos Aires, EMECÉ, 2010, pág. 228.
Orden general. Mendoza, 27 de julio de 1819
Compañeros del Ejército de los Andes:
Ya no queda duda de que una fuerte expedición española viene a atacarnos; sin duda alguna los gallegos creen que estamos cansados de pelear, y que nuestros sables y bayonetas ya no cortan ni ensartan: vamos a desengañarlos.
La guerra se la tenemos de hacer del modo que podamos; si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos ha de faltar; cuando se acaben los vestuarios nos vestiremos con la bayetita que nos trabajen nuestras mujeres y si no, andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios: seamos libres y lo demás no importa nada. Yo y vuestros oficiales daremos el ejemplo en las privaciones y trabajos. La muerte es mejor que ser esclavos de los maturrangos.
Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano, hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje.
José de San Martín.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar