San Martín: a Buenos Aires por la Independencia


Con apenas cinco años, José Francisco de San Martín viajó a España junto a su familia, pues su padre había sido destinado a Málaga, e ingresó al poco tiempo al servicio del ejército real, en el Regimiento de Murcia. Allí hizo el futuro libertador sus primeras armas y una maratónica carrera militar en distintos destinos del mundo. Con más de treinta años, ascendido a teniente coronel, San Martín tendría una destacada labor en la feroz  batalla de Bailén, peleando contra las tropas francesas de Napoleón. En aquellos momentos, el rey Fernando VII era hecho prisionero y San Martín se pondría al servicio de la Junta Central de Sevilla. Los éxitos le valieron los ascensos de grado, llegando a teniente coronel en 1808.

La necesidad de establecer una amplia alianza anti-napoleónica hizo que San Martín se encontrara pronto luchando bajo las órdenes de algún general británico, logrando también contacto con quienes lo adentrarían al mundo de las logias secretas que buscaban la independencia de las colonias.

A fines de 1811, San Martín llegó a Londres, donde conoció a varios conspiradores independentistas, con quienes discutió planes, ideas y objetivos, para llevar a cabo la revolución en los territorios del sur. Estos contactos le facilitaron además los medios para regresar a Buenos Aires. Acompañado por Carlos de Alvear y José Matías ZapiolaSan Martín se embarcó en la fragata Jorge Canning, en febrero de 1812 y llegó a Buenos Aires, un mes más tarde, el 9 de marzo.

Apenas llegó, se puso a las órdenes del gobierno patrio, que le encargó la creación de un cuerpo de caballería, y lo nombró coronel del Regimiento de Granaderos hacia fin de aquel año. Pero al mismo tiempo que creaba cuerpos de soldados, sabía lo importante de la creación de ideas para gobernar un país. De esta necesidad surgió la logia Lautaro.

Tiempo después, antes de fallecer, el 11 de septiembre de 1848, San Martín recordaría al Mariscal Castilla, presidente del Perú, aquellas hazañas. Con un fragmento de la misma, rememoramos el trascendental regreso de San Martín a Buenos Aires.

Fuente: Norberto Galasso, Seamos libres y lo demás no importa nada, Editorial Colihue, Buenos Aires, 2000, pág. 41.

«Usted me hace una exposición de su carrera militar. A mi turno, permítame le dé un extracto de la mía. Como usted, yo serví en el Ejército español en la Península, desde la edad de trece a treinta y cuatro años, hasta el grado de Teniente Coronel de Caballería. En una reunión de americanos en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos acaecidos en Caracas, Buenos Aires, etc., resolvimos regresar cada uno al país de nuestro nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se habían de empeñar

 

José de San Martín

Fuente: www.elhistoriador.com.ar