Contra la política petrolera de Frondizi se levantó una fuerte corriente de opinión. En 1958, el líder desarrollista había borrado con los hechos sus postulados de soberanía nacional, al intentar solucionar los problemas energéticos del país abriendo las puertas al capital privado extranjero. El 17 de enero de 1963, ya derrocado el líder del radicalismo intransigente, se realizó en la sede del Sindicato Unido de Petroleros del Estado (SUPE) una asamblea multipartidaria que emitió un documento condenatorio de la política petrolera de Frondizi. Estaban representados, entre muchos otros, el PJ, la UCRP, las 62 Organizaciones, el Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCS), el Partido Socialista Argentino, el Partido Demócrata Progresista y el Partido Comunista. Entre los impulsores del encuentro, se encontraban el Centro Mosconi y el Movimiento de Defensa del Petróleo Argentino. Con esta fuerza, la anulación de los contratos petroleros se convirtió en tema principal de agenda durante la campaña electoral de aquel año.
Proscripto el peronismo, una de las fórmulas que levantó aquella bandera fue la de los radicales del pueblo, compuesta por el cordobés Arturo Illia y el entrerriano Carlos Perette, que finalmente triunfó en las elecciones de julio. En su discurso de asunción, el 12 de octubre, el nuevo presidente aseguró que cumpliría con sus promesas electorales. Asumido con un poco convincente 25% de los votos, no podía demorarse en la concreción de aquellas medidas anunciadas.
Luego de una amplia amnistía política, el 15 de noviembre de 1963, Illia firmó los decretos 744 y 745, que derogaron los contratos petroleros, declarados “nulos, de nulidad absoluta, por vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación”. Al recordar aquella decisión, Illia aseguró que en una tensa conversación privada respondió al subsecretario de Estado norteamericano, Averell Arriman, enviado por el presidente Kennedy, cuando lo amenazó con la suspensión de la ayuda económica al país: “Creo que es un error del gobierno de Estados Unidos (…) La actitud del gobierno argentino es irreversible (…) No tenemos más nada que conversar, hemos terminado la entrevista”. Los contratos habían sido otorgados por decreto y por decreto fueron anulados.
Fuente: Osvaldo Álvarez Guerrero (comp.), Arturo Illia, la ortodoxia republicana, CECIES.
«En el plan de largo plazo se fijarán las prioridades de inversión en el sector público y las medidas a tomar para el aliento de la actividad privada. Nuestra acción tenderá a afirmar las posibilidades del país, dueño de su presente y con plena capacidad para trazar su destino; mejoraremos, con plena autonomía, los resortes fundamentales de nuestra política económica tal como reiteradamente lo hemos expresado. Petróleo, energía eléctrica, transportes, siderurgia y servicios públicos son actividades en las cuales el Gobierno ha de jugar un papel fundamental a través de la inversión y de su explotación, y hemos de ser persistentes en la obtención de altos niveles de eficiencia por parte de los organismos estatales. (…) En materia de política de petróleo cumpliremos lo prometido reiteradamente. Los contratos que fueron suscritos a espaldas de la ley y de los intereses económicos del país serán anulados. Yacimientos Petrolíferos Fiscales será -de acuerdo con la mejor tradición argentina- la entidad rectora de nuestro desarrollo energético.”
Arturo Illia
Fuente: www.elhistoriador.com.ar