
Autor: Mariano Fain
Nacido el 7 de mayo de 1711 en Edimburgo, Escocia, David Hume sería uno de los filósofos más influyentes de la Ilustración. Provenía de una familia de comerciantes aunque desde pequeño reveló una gran pasión intelectual.
Quedó huérfano de padre a muy temprana edad, por lo que su educación corrió a cargo de su madre. Esto no impidió que estudiara con fervor por su cuenta desde muy niño. Ya entonces surgían en él las primeras inquietudes filosóficas.
En 1723 ingresó en la Universidad de Edimburgo para cursar Filosofía. Más tarde se matricularía también en Derecho, aunque no finalizaría ninguna de las dos carreras, dedicándose plenamente al estudio y la lectura.
En 1734 emprendió un viaje formativo a Francia que sería clave en su formación. Pasó tres años en ciudades como La Flèche, donde redactó su primera gran obra: el Tratado de la Naturaleza Humana.
De vuelta en Escocia en 1737, el tratado no recibió la acogida esperada. Para lograr difusión de sus ideas, Hume publicó ensayos como «Los ensayos morales y políticos». Poco a poco fue alcanzando reconocimiento intelectual.
A lo largo de su vida también destacó en campos como la historia, con su célebre Historia de Inglaterra. Falleció en 1776 en Edimburgo, habiendo marcado un antes y un después en la filosofía moderna con sus tesis empiristas y escépticas.
¿Sabías que Hume nunca obtuvo un puesto docente permanente en la Universidad de Edimburgo, pese a sus numerosas solicitudes? Esto se debió a la oposición de la iglesia presbiteriana por sus posturas escépticas.
¿Sabías que entre 1763 y 1765 Hume se desempeñó como secretario del embajador británico en París, donde frecuentó círculos intelectuales como los enciclopedistas Diderot y D’Alembert?
¿Sabías que su obra más ambiciosa, el Tratado de la naturaleza humana, no tuvo el éxito esperado cuando se publicó entre 1739 y 1740? Esto sumió a Hume en una profunda depresión.