Illia y los monopolios


Heredero del histórico dirigente radical Amadeo Sabattini, ejerció como  vicegobernador  de Córdoba hasta el golpe de Estado de 1943 y, ya durante el peronismo,  en 1948 asumió como diputado nacional. Pero el gran desafío estaba por venir. Hacia 1962, debía triunfar en las elecciones para gobernador de Córdoba si quería aspirar a ser candidato presidencial más adelante. Y efectivamente, triunfó, pero no imaginaría que, una vez más, las fuerzas armadas darían un golpe de Estado y anularían las votaciones de diciembre de 1961 y de marzo de 1962. Illia y sus seguidores cordobeses buscaron hacer respetar el resultado de los comicios y, en todo caso, prepararse para las próximas contiendas electorales que sobrevendrían tras el interinato de José María Guido. Se oponía con ello a los sectores más antiperonistas de la UCRP, que preferían una opción menos legalista.

Como lo había imaginado, el camino electoral todavía no estaba cerrado. Las elecciones presidenciales pronto tendrían lugar, y tras bajarse de la candidatura Ricardo Balbín (derrotado en 1962 en la provincia de Buenos Aires), Illia emergió como el gran candidato de los radicales del pueblo. Temprano, en junio de 1962, desde Cruz del Eje, se lanzó la campaña “Illia Presidente”, en un acto que llevaba como lema “Illia, el pueblo te proclama”, y ya en octubre, se multiplicaban las comisiones “Illia Presidente, Por la civilidad y la democracia argentina”, hasta que, finalmente, el 10 de marzo de 1963, la dirección de la UCRP adoptó oficialmente la candidatura de Illia.

En un país convulsionado, permanentemente amenazado por golpistas, y luego de un año en que no sólo había sido derrocado una vez más un presidente de la república, sino que se habían masacrado facciones opuestas de las Fuerzas Armadas,el 7 de julio de 1963, finalmente, Illia resultó electo presidente de la Nación. El contexto de debilidad del sistema institucional lo ponía al descubierto la humorada popular, que se jactaba de contar el país con tres presidentes: Illia, electo; Guido, interino; y Frondizi (depuesto en 1962), el constitucional.

Las elecciones de 1963 marcaban también, como pocas veces antes en la historia del país, la debilidad del sistema partidario: una atomización de fuerzas que había dado nueve postulaciones presidenciales y apenas un 25% de los votos para la fórmula ganadora. Esta debilidad inicial de Illia era más que una advertencia electoral y no habría de ser superada. Tres años más tarde, también sería derrocado.

En un nuevo aniversario de su elección como presidente, recordamos sus palabras, referidas a la concentración del poder y la lucha contra los monopolios.

FuenteDiario de sesiones de la Cámara de diputados, Ediciones del Congreso de la Nación, Imprenta del Porvenir,  Buenos Aires,  1965. Pág. 41.

«Los males profundos que nuestra patria debió soportar en su lucha fueron siempre el fruto de la concentración del poder político y económico en pocas manos, más diestras para servir demandas inconciliables con el alto interés nacional que para defender nuestro patrimonio moral y material.”

 

Arturo Illia

Fuente: www.elhistoriador.com.ar