El 25 de mayo, reunido en la Plaza de la Victoria, actual Plaza de Mayo, el pueblo de Buenos Aires finalmente impuso su voluntad al Cabildo creando la Junta Provisoria Gubernativa del Río de la Plata, el primer gobierno patrio.
Era la culminación de un proceso largamente añorado por algunos precursores, precipitado por los acontecimientos de la Península; pero era también el comienzo de un lento y zigzagueante camino hacia la independencia, que tardaría más de seis años en comenzar a tomar forma y varias décadas en hacerse realidad.
La situación de los revolucionarios de Mayo era delicada. A la lucha contra los partidarios de subordinarse al Consejo de Regencia, se sumaban las desavenencias internas y los desencuentros con los vecinos. Los realistas fortalecidos en Perú, Uruguay y Chile constituían una amenaza que obligaba a dispersar las fuerzas casi siempre exiguas. Además, debían también hacer frente a las ambiciones de Portugal, que no tardaría en aprovechar esta etapa de turbulencia para ocupar la Banda Oriental e incorporarla a sus dominios.
Reproducimos aquí una proclama a los habitantes de la capital del Río de la Plata y de las provincias de su superior mando.
Proclama
La Junta Provisional Gubernativa de la capital del Rio de la Plata a los habitantes de ella y de las provincias de su superior mando
Tenéis ya establecida la autoridad que remueve la incertidumbre de las opiniones y calma todos los recelos. Las aclamaciones generales manifiestan vuestra decidida voluntad; y solo ella ha podido resolver nuestra timidez a encargarnos del grave empeño a que nos sujeta el honor de la elección. Fijad, pues, vuestra confianza, y aseguraos de nuestras intenciones. Un deseo eficaz, un celo activo, y una contracción viva y asidua a proveer, por todos los medios posibles, la conservación de nuestra Religión Santa, la observancia de las leyes que nos rigen, la común prosperidad y el sostén de estas posesiones en la más constante fidelidad y adhesión a nuestro muy amado Rey, el Sr. D. Fernando VII y sus legítimos sucesores en la corona de España; ¿no son estos vuestros sentimientos? Esos mismos son los objetos de nuestros conatos. Reposad en nuestro desvelo y fatigas; dejad a nuestro cuidado todo lo que en la causa pública dependa de nuestras facultades y arbitrios, y entregaos a la más estrecha unión y conformidad recíproca en la tierna efusión de estos afectos. Llevad a las Provincias todas de nuestra dependencia, y aún más allá, si puede ser, hasta los últimos términos de la tierra, la persuasión del ejemplo de vuestra cordialidad, y del verdadero interés con que todos debemos cooperar a la consolidación de esta importante obra. Ella afianzará de un modo estable la tranquilidad y bien general a que aspiramos. Real Fortaleza de Buenos Aires, á 26 de Mayo de 1810.
Cornelio de Saavedra – Dr. Juan José Castelli – Manuel Belgrano – Miguel de Azcuénaga – Dr. Manuel Alberti – Domingo Matheu – Juan Larrea – Dr. Juan José Passo, Secretario – Dr. Mariano Moreno, Secretario.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar