Franklin Delano Roosevelt no fue un presidente más en los Estados Unidos. Tampoco fue sólo el presidente que sacó a la potencia del norte de la peor crisis económica de su historia, luego del crack bursatil de 1929. FDR fue también el único presidente norteamericano en conseguir cuatro mandatos presidenciales (y seguidos), fue quien dirigió al país durante la Segunda Guerra Mundial y quien llevó a la economía nacional por rumbos entonces inexplorados: el keynesianismo..
Nacido el 30 de enero de 1882, en el Condado de Dutchess, en Nueva York, Roosevelt se crió en el seno de una familia acomodada, gracias a la fortuna hecha por su padre, James Roosevelt, miembro de la «landed gentry», la clase tradicional de ricos propietarios de tierras. Claro que su madre, Sara Ann Delano, también pertenecía a una familia acomodada y tuvo una mayor presencia en la educación de Franklin. Gracias a su situación privilegiada, FDR tuvo la posibilidad de practicar deportes como la caza o la equitación y viajar por el mundo y aprender idiomas. En la primera década del nuevo siglo, se graduó en artes y moda en Harvard y luego llegó hasta el final de la carrera de abogado en Columbia. Entretanto, se casó con Eleanor Roosevelt, sobrina del entonces presidente Theodore Roosevelt, quien también era un pariente no muy lejano. Los Roosevelt tendrían seis hijos, de los cuales cinco llegarían a viejos.
Pero a diferencia del resto de sus familiares, de tradición republicana, como el ex presidente Theodore, los Roosevelt de Hyde Park, como se conocía al grupo de FDR, eran demócratas. En 1910, el joven Franklin logró ser electo senador estadual de Nueva York. Dirigía entonces un grupo reformista que le permitió destacarse y ser llamado a ocupar la Secretaría de Marina, en 1912, de la mano del presidente demócrata Woodrow Wilson. Desde allí, dirigió las operaciones de Marina en América Central y el Caribe y las de la Primera Guerra Mundial, en tanto no lograba acceder al Senado nacional y era duramente derrotado como vicepresidente demócrata en las elecciones nacionales de 1920.
Luego de algunos años ocupado en arreglar los desengaños amorosos en que incurría y luego paralizado por un ataque de poliomelitis, FDR logró triunfar en las elecciones estaduales y se convirtió en gobernador de Nueva York para el período 1929-1932, luego de triunfar por 25 mil votos, en las más reñidas elecciones de la historia del estado. Finalmente, una buena gestión y el hundimiento de la administración nacional republicana en la crisis de 1929, le dieron el espaldarazo necesario para alcanzar la presidencia de la nación en 1933.
Los primeros años de gobierno fueron de grandes cambios. En pleno período de entreguerras, FDR se concentró en delinear lo que se conoció como el New Deal, un ambicioso plan de intervención del Estado en la reconstrucción de la economía nacional, buscando reorganizar el capitalismo, estabilizar el sistema y contener las numerosas rebeliones que surgían al calor de la crisis. Los importantes resultados, aunque la disputa contra los monopolios no fuera del todo exitosa, le dieron a FDR una gran legitimidad y reconocimiento de la población, que lo eligió sucesivamente en 1936, 1940 y 1944.
El 12 de abril de 1945, a los 63 años y habiendo recién asumido el nuevo mandato, falleció a causa de un cáncer. Recordamos la fecha de su fallecimiento, con una pronunciación sobre las libertades humanas, en enero de 1941, meses antes de firmar el ingreso de su país a la contienda bélica.
Fuente: Liliana Viola, Discursos que cambiaron la historia, Buenos Aires, Editorial Página/12, 2007.
“En los días futuros, que tratamos de hacer seguros, anhelamos un mundo fundado en las cuatro libertades humanas esenciales: La primera es la libertad de palabra y expresión, en cualquier lugar del mundo. La segunda es la libertad de cada persona para adorar a dios a su propio modo, en cualquier lugar del mundo. La tercera es la libertad frente a la miseria, que, traducida en términos mundiales, significa acuerdos económicos que aseguren a cada nación una vida saludable y en paz para todos sus habitantes, en cualquier lugar del mundo. La cuarta es la libertad frente al miedo, que, traducida en términos mundiales, significa una reducción a escala mundial del armamento hasta tal punto y de manera tan profunda que ninguna nación esté en situación de cometer un acto de agresión física contra ningún vecino, en cualquier lugar del mundo.”
Franklin D. Roosevelt
Fuente: www.elhistoriador.com.ar