El cacique Orkeke y un triste destino

(1810-1883)

Autor: Felipe Pigna 

El cacique tehuelche Orkeke nació en la Patagonia oriental hacia 1810 y murió 73 años después en Buenos Aires, adonde había llegado capturado “por error”. Patagones, Tehelches, cheguelchos o choonkes –como ellos se designaban– se desplegaban en la región delimitada por los ríos Negro, Limay y Chubut y de éste hacia el Estrecho de Magallanes.

Pero la vida patagónica de Orkeke cambiaría de manera abrupta a mediados de 1883 cuando llegó a Puerto Deseado el buque transporte Villarino al mando del capitán Federico Spurr, del que desembarcaron el gobernador de la Patagonia, coronel Lorenzo Vintter; el teniente coronel Lino Oris de Roa; el mayor Miguel Linares; dos oficiales y 31 soldados de la Caballería.

Supieron entonces que la toldería de Orkeke estaba a quince leguas y a través del tehuelche Gencho lograron “capturar la tribu y sin hacerle el menor daño”. Orkeke, Hadd, la hija Méká y 54 hijos del desierto con niños se entregaron “sumisos”. Siete toldos, 87 galgos, 98 caballos, cuatro vacas y tres terneros fueron confiscados.

El 31 de julio de 1883, el diario La Prensa publicó un artículo titulado “Los tehuelches prisioneros”, en el que refleja la preocupación entre los pobladores de la Patagonia por la noticia de la detención del cacique. Él y el resto de los prisioneros fueron hacinados en la bodega del transporte marítimo que lo llevó a Buenos Aires. 

Un error fatal

Al llegar a la capital –el 29 de julio–, el gobierno de Roca aceptó el error y dos días después alojó a los “prisioneros” en una cuadra del Regimiento Primero de Artillería ubicado en Retiro.

Roca le obsequió cigarros, habanos y 500 pesos, más la promesa de regreso a Santa Cruz y de la devolución de los caballos. Tuvieron clima favorable de los porteños y del periodismo, por la curiosidad que despertaban.

Orkeke paseó en coche por Buenos Aires acompañado por el militar Ramón Lista. Visitaron los principales edificios públicos, el parque 3 de febrero y el flamante jardín zoológico.

La Sociedad Científica Argentina, que presidía Lista, le ofreció la zarzuela Mefistófeles en el Teatro de la Alegría. Orkeke con su mujer e hija ocuparon el palco central con varios de sus pares tehuelches. El público se sorprendió del comportamiento y la vestimenta de lo que parecían sencillos hombres de campo.

Se hizo pública la orden de liberar a los tehuelches, pero sin que se cumplieran las promesas de devolverles los caballos ni forma de regresar a Santa Cruz. El aire, la humedad y otros factores de la ciudad se manifestaron en Orkeke como una bronquitis.

Internado en el hospital militar, rehusó tratamientos y medicamentos. Abandonaba la cama y buscaba otro aire en los patios. No tenía hierbas curativas ni podía usar los métodos nativos para espantar al Espíritu Malo.

El 12 de setiembre de 1883, a las 8.40, murió. Lista informó a la tribu del deceso y llevaron a la viuda y a la hija del jefe al hospital. El 20 de septiembre La Nación informó: “Los restos de Orkeke. A fines del mes corriente podrá verse el esqueleto del cacique Orkeke, preparado convenientemente. Después de haber sido descarnado en el Hospital Militar, colocáronse los diversos fragmentos del cuerpo en un gran tacho de agua y cal, para hacer desaparecer las pequeñas cantidades de carne que habían quedado adheridas a los huesos. Terminada que sea la disección del cuerpo del cacique, se procederá a armar el esqueleto. El esqueleto de Orkeke será conservado por ahora en el Hospital Militar”.

El esqueleto –rotulado “fósil representativo de una raza de gigantes”– fue llevado a lo que sería el Museo de La Plata. Las comunidades tehuelches actuales buscan recuperarlo.