Alberto Olmedo, de Capitán Piluso a inolvidable capocómico

(1933-1988)

Autor: Felipe Pigna

El recuerdo de Alberto Olmedo nos remite inmediatamente a sus múltiples personajes.

Para los que fuimos pibes en los 60, obviamente Olmedo es sobre todo el Capitán Piluso, ese personaje surrealista que junto a Coquito (Humberto Ortiz), nos acompañaba a la hora de la leche con sus recetas de cocina, desesperantes para nuestras madres, y sus aventuras que incluyeron su película con otro de nuestros ídolos, Martín Karadagián. 

Su jerarquía de Capitán era indiscutible para nosotros y para todos los argentinos, menos para los civiles y militares de la dictadura de Jorge Rafael Videla, particularmente para el personal de ambas categorías de la Armada que ocupó el Canal 13 y entendió que era una deshonra que un civil como Piluso ostentara el grado de Capitán.

Le dieron la alternativa de suspender el programa o inventar un nuevo personaje y así surgió Pilusman, un genial antihéroe latinoamericano que tenía una emblemática sirena sobre su cabeza.

Olmedo había sido repartidor de una verdulería en su querido barrio rosarino de Pichincha e integró un conjunto de gimnasia artística en Newell’s con el que hizo algunas giras hasta que decidió venir a Buenos Aires a probar suerte y logró ingresar al equipo técnico del mítico Canal 7.

Pero la gracia y el histrionismo de Alberto, reconocido ampliamente por sus compañeros, tuvo oportunidad de exhibirse en la cena de fin de año del canal donde hizo una improvisación que maravilló a todos, lo catapultó en 1956 al otro lado de las cámaras y lo llevó a debutar en La Troupe de la TV y diversos programas de la época.

En 1960 nacerá en Canal 9 su querido Capitán, y en 1964 se incorpora al increíble elenco de Operación Ja-Ja con libreto y dirección de Gerardo y Hugo Sofovich. Allí convive con Jorge Porcel, Javier Portales, Juan Carlos Altavista, Fidel Pintos, entre otros.

En pleno golpe de Onganía deslumbra con su General González, con unos bigotes muy a lo morsa y un casco nazi.

Era el anti estratega que molestó notablemente a aquellos nefastos personajes que con sus estrechas mentes habían prohibido la revista Tía Vicenta por representar como una morsa al general-presidente y perseguían a las chicas por lo corto de sus faldas y a los chicos por lo largo de sus pelos.

Vendrán luego Un verano con Olmedo y en Operación Ja-Ja estrenará su Ru-cu-cu. En 1972 con libros de Juan Carlos Mesa y Jorge Basurto, debuta en Canal 13 con El Chupete y con Fresco y Batata, junto a Jorge Porcel, que dará lugar a la larga saga de películas del dúo que marcarán los años 70.

Fue por entonces cuando bromeó con su muerte, que fue anunciada oficialmente con una placa negra, lo que le valió una suspensión del Comfer.

El éxito de No toca botón

Entre tanto hizo revistas en el Maipo y las temporadas en Mar del Plata y llegará en 1981 uno de sus ciclos más exitosos, No toca botón.

Allí desarrollará personajes inolvidables como “El nene”, Chiquito Reyes, el operario, junto a Vicente Rubino, quien nos recordaba al Alberto Sordi de Los Inútiles de Federico Fellini, con su grito ¡Laboratori!; y el sketch de Álvarez y Borges junto a Javier Portales, hoy de culto, en el que insertaba con enorme gracia una catarata de chivos y desarrollaba extraordinarios monólogos surrealistas.

En 1985, en el mismo programa, creará “el dictador de Costa Pobre”, una genial parodia de un gobernante corrupto e inescrupuloso.

El 5 de marzo de 1988, cuando protagonizaba en Mar del Plata Éramos tan pobres, brindó su última función, entre drogas, alcohol y ganas de volar, se nos fue Alberto Olmedo, uno de los grandes capo cómicos argentinos.