Autor: Mariano Fain
El Palacio de Versalles fue inaugurado oficialmente el 7 de mayo de 1682, cuando el Rey Luis XIV trasladó su corte desde el Palacio del Louvre en París al recién construido Palacio de Versalles. La inauguración fue una gran ceremonia, con una impresionante exhibición de la riqueza y el poder del rey y su corte.
El traslado a Versalles fue un evento importante en la historia de Francia, ya que simbolizó el surgimiento del absolutismo y la consolidación del poder real. Luis XIV transformó el pequeño castillo de caza que se encontraba en Versalles en un magnífico palacio que sería su residencia oficial y el centro de su gobierno durante más de 50 años.
Durante la inauguración del palacio, se celebraron diversos actos y ceremonias, como una gran comida en la Sala de los Espejos, una procesión de la corte por los jardines, y una exhibición de fuegos artificiales. Además, se inauguraron algunas de las salas más importantes del palacio, como la Galería de los Espejos, la Capilla Real y la Ópera.
Entre las anécdotas más interesantes relacionadas con el Palacio de Versalles, se encuentra la famosa frase atribuida al Rey Luis XIV, «L’État c’est moi» (El Estado soy yo), que ilustra el poder absoluto del monarca en la época.
Otra anécdota interesante es que, durante la construcción del palacio, se utilizó una cantidad impresionante de espejos, que eran considerados objetos de lujo en la época. Se dice que la fabricación de todos los espejos utilizados en la Galería de los Espejos, por ejemplo, requirió la producción de espejos en toda Europa durante varios años.
Además, durante la Revolución Francesa, el Palacio de Versalles fue saqueado y dañado por los revolucionarios, y fue utilizado como residencia por Napoleón Bonaparte.
Hoy en día, el palacio es un importante atractivo turístico y uno de los lugares más visitados en Francia, con millones de visitantes cada año, que vienen a admirar su arquitectura y su historia.