Autor: Felipe Pigna
Esparta fue fundada por un pueblo indoeuropeo, los dorios, cerca de Amiclas, una ciudad aquea en el valle de Laconia, al sudeste del Peloponeso. En el siglo XI a.C., espartanos y aqueos se unieron y formaron una unidad política con base en Esparta. Este es el origen de la diarquía (dos reyes) espartana: un rey de origen dorio y otro de origen aqueo.
¿Cómo era su organización social?
En la cima de la sociedad estaban los espartanos o iguales, guerreros conquistadores que formaban una minoría de no más de 9.000 propietarios que ocupaban todos los cargos públicos y dirigían el ejército. El trabajo manual y de la tierra era considerado indigno para ellos. Por debajo de los iguales estaban los periecos, los habitantes de los alrededores. Podían tener propiedades y casarse pero no tenían derechos políticos. Eran comerciantes y artesanos. Debían pagar tributo y participar en el ejército. Finalmente, los ilotas -siervos dedicados al cultivo de la tierra-, que carecían de todo derecho, pero pertenecían al estado espartano, por lo que no podían ser vendidos ni regalados como los esclavos. Permanentemente los ilotas organizaban revueltas para salir de su situación de injusticia y eran violentamente reprimidos.
¿Cómo era su organización política?
La monarquía estaba integrada por dos reyes que cumplían tareas honoríficas dedicándose sobre todo a las ceremonias religiosas. En tiempo de guerra uno de ellos dirigía el ejército. El verdadero poder residía en el Eforado: un consejo de cinco funcionarios, los éforos, que controlaban la actividad de los reyes y de todos los funcionarios. Movilizaban los ejércitos, administraban justicia y organizaban las actividades económicas. La gerusía era un consejo de 28 hombres de más de 60 años. Equilibraba la relación entre los reyes y los éforos. Su función era legislativa, preparaba los proyectos de ley. La gerusía decidía la guerra y la paz y poseía atribuciones judiciales en caso de homicidio. La Asamblea del pueblo, o apella, estaba integrada por todos los espartanos de más de 30 años. Se reunía todos los meses. Trataba los asuntos políticos y podía aceptar o rechazar las propuestas de la gerusía pero no modificarlas. Además elegía a los éforos.
Un estado militar
Esparta era un estado militar. Todo se hacía en función del ejército y sus conquistas. Los espartanos no trabajaban ni hacían ninguna actividad productiva, para eso estaban los ilotas y los periecos. No les interesaban ni la filosofía ni el arte, sólo formarse desde niños para la guerra y extender las fronteras del estado. Los niños que nacían con defectos o discapacidades eran asesinados arrojándoles desde lo alto del monte Taigeto, para evitar, según los jefes espartanos, que su raza de guerreros se debilitara.
La educación
Entre los espartanos la educación era muy dura, con rígidas normas de disciplina y obediencia. Los padres no eran dueños de educar a sus hijos. Esto era tarea del estado. A partir de los siete años el niño comenzaba su instrucción militar, que continuaría hasta los 60 años. Les enseñaban técnicas de lucha y de caza, se les daba la comida estrictamente necesaria y la ropa indispensable. Se les aconsejaba hablar lo menos posible y obedecer todas las órdenes aunque no estuvieran de acuerdo con ellas. Esta educación formaba ciudadanos obedientes y fanáticos guerreros que defendían a un estado autoritario y conquistador.
Las espartanas
Las mujeres espartanas gozaban de una amplia libertad en comparación con los varones. Si bien no tenían derechos políticos, su vida no estaba tan reglamentada como la de los hombres. La vida familiar prácticamente no existía y no debían ocuparse de sus hijos ni de sus esposos. Se dedicaban al cuidado de sus cuerpos y a las competencias atléticas.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar