José María Paz


(1791-1854)

Autor: Alejandro Jasinski

El 23 octubre 1854, parado frente a su tumba, Bartolomé Mitre pronunció una elogiosa arenga fúnebre sobre el  general José María Paz. El «veterano de Mayo», tal como lo definía Mitre, había fallecido un día antes, y fue enterrado con los más altos honores de la patria.

El general Paz había nacido en 1791 y sus primeros 20 años de vida los había dedicado por entero a su formación intelectual: filosofía, teología, matemáticas y jurisprudencia. Pero la Revolución de Mayo causó un brusco giro en la vida de todos aquellos jóvenes criollos que, como el general Paz, decidieron tomar parte de los acontecimientos.

En 1811, fue incorporado al Ejército del Norte, a las órdenes del general Juan José Viamonte y de Manuel Belgrano. En aquellas luchas recibiría la herida que le daría el apodo de «el manco Paz».

Más tarde, ya como coronel, fue protagonista de las guerras civiles, intentando deponer a las fuerzas federales de Estanislao López. Una década más tarde, sus éxitos en la guerra contra el Brasil le permiten acceder a la jefatura del Estado Mayor General, siendo el primer comandante general de carrera en el país.

De la mano del general Juan Galo de Lavalle, formó parte del gobierno unitario que intervino en varias provincias. Gobernador de Córdoba, jefe de «La Liga del Interior», avanzó sobre los caudillos federales aliados a Rosas, pero en Santa Fe fue apresado y mantenido en esa condición durante ocho años. Vuelto a las huestes unitarias, combatió al rosismo en su última década, desde Entre Ríos, Corrientes y Uruguay. La derrota de Rosas a manos de Urquiza lo encontró en el exilio en Río de Janeiro, sumergido en la pobreza. Al volver, defendió la causa porteña, encontrándose entre sus dirigidos Bartolomé Mitre, con cuyas palabras se cerró su historia.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar