Autor: Felipe Pigna
Roma fue incorporando nuevos elementos culturales al ritmo de sus conquistas, sobre todo de la tradición helenística, y los romanos fueron imponiendo, a su vez, sus valores culturales a lo largo de su imperio en el proceso que se conoce como romanización. Un claro ejemplo de esto es la expansión de la lengua oficial romana, el latín, que comenzó a hablarse en todo el imperio. De esta lengua derivarán gran parte de los idiomas modernos, como el italiano, el español y el francés.
El florecimiento de la cultura romana se dio en la época de Augusto, en la que se desarrolló un notable movimiento artístico y literario al que se llamó «la edad de oro» o «el siglo de Augusto».
Literatura
El pasado, el porvenir, el hombre, su conducta y la gloria de su patria fueron los principales temas de la literatura romana. Es notable la influencia griega en las formas y en los contenidos.
Los historiadores romanos se esforzaban por recordar a sus contemporáneos su pasado glorioso e incentivar su espíritu patriótico. El propio Julio César (100-43 a. C.) escribió libros históricos como Comentarios de la guerra de las Galias y Comentarios de las guerras civiles, donde narra episodios de los que fue protagonista. Tito Livio (59 a. C.) fue junto con Tácito (55-120 a. C.) uno de los más grandes historiadores romanos. Escribió Historia de Roma, que sigue siendo hoy una imprescindible fuente de consulta.
En teatro, se destacaron Plauto (254-184 a. C.), autor de comedias populares sobre la vida cotidiana, y Terencio (185-159 a. C), que escribía para los sectores más ilustrados tomando las enseñanzas y consejos de los autores griegos.
Los grandes poetas fueron Cátulo (87-54 a. C.), que usó la ironía para hablar de los políticos romanos; Horacio (65 -8 a. C.), quien describió en su poesía el ambiente popular de Roma, y Virgilio (70-19 a. C.), que fue llamado el gran poeta nacional. Éste último fue un gran amigo de Augusto y a su pedido escribió Las Geórgicas donde exalta el sentimiento nacional y el amor a la tierra. En la Eneida relata los orígenes de Roma, tomando como ejemplo a la Ilíada.
El gran maestro de la oratoria (el arte de escribir y decir discursos) fue Cicerón (106-43 a.C.) Fueron célebres sus discursos como Las Catilinarias, en las que denuncia una conspiración contra la república. También se destacó como pensador y filósofo.
El gran filosofo romano fue Séneca (4 a. C.-65 d. C.) autor de varias obras filosóficas y de tragedias en verso. Dijo: «El dinero no cambia a los hombres, simplemente los desenmascara».
El derecho romano
El conjunto de leyes e instituciones judiciales creadas por los romanos son la base de nuestro sistema jurídico actual. El sujeto del derecho romano era el ciudadano, al que se le aplicaban normas para regular la vida social: sus relaciones laborales, familiares, comerciales y privadas. En el año 121 el emperador Adriano ordenó la recopilación de todas las leyes vigentes en un código llamado Edicto Perpetuo. Con este documento se eliminaban las diferencias de interpretación de los jueces.
La arquitectura
Los romanos realizaron monumentales construcciones que pueden apreciarse aún hoy en diversos lugares de Europa, Asia y África. A los recursos tradicionales, la piedra y el ladrillo, agregaron el hormigón (mezcla de cal, piedra volcánica y arena), que hizo más durables y resistentes a sus obras.
Los romanos impusieron el uso del arco de origen etrusco formado por piedras colocadas en una semicircunferencia llamada «medio punto». La sucesión de estos arcos daba lugar a distintas formas de techos llamados bóvedas. Las construcciones romanas incorporaron las columnas griegas en sus tres órdenes: jónico, dórico y corintio, y crearon uno nuevo, el toscano, una evolución del dórico.
Construyeron miles de kilómetros de caminos, acueductos y anfiteatros, como el famoso Coliseo, templos, palacios, circos, como el Circo Máximo de Roma, con capacidad para 300.000 espectadores, puentes, arcos de triunfo y columnas honorarias.
Escultura y pintura
Los primeros escultores y pintores romanos copiaron a los maestros griegos. Luego fue apareciendo, hacia el siglo II a. C., una escuela romana con su propio estilo que se especializó en la realización de bustos, que reproducían parte del torso y la cabeza de un modelo, y relieves que decoraban templos y monumentos. La expresión pictórica más importante fueron los mosaicos decorativos y los frescos, como los que pueden verse hoy en las ruinas de Pompeya.
Más datos
La diversión preferida de los romanos era el circo. Esta ocasión era aprovechada por el emperador para tomar contacto con el pueblo y su grado de popularidad estaba directamente en relación con la cantidad de espectáculos que ofrecía por año.
A comienzos del siglo II d. C., el poeta Juvenal escribió la famosa frase panen et circenses, pan y circo, para expresar cuáles eran las dos armas más efectivas para mantener calmo al pueblo romano: la distribución gratuita de alimentos y los espectáculos circenses.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar