(1588-1679)
Autor: Alejandro Jasinski
Se ha dicho que Thomas Hobbes es el más grande filósofo político de la época moderna antes que Hegel. En su obra más famosa, Leviatán, Hobbes señaló el paso de la doctrina del derecho natural a la teoría del derecho como contrato social. Entre sus aportes más importantes se encuentran los que hablaban de las formas de gobierno en la historia, desde los antiguos hasta sus días del siglo XVII. Con sus formulaciones, quedaban atrás Platón, Aristóteles, Polibio, Maquiavelo y Bodino, entre otros.
A diferencia de sus predecesores, Hobbes no creyó que las formas de gobierno podían dividirse entre buenas y malas y tampoco que pudiera existir un gobierno mixto, es decir, un gobierno donde la soberanía se repartiera entre diferentes sectores sociales. Hobbes creía que el poder era absoluto e indivisible, y por ello mismo ha sido considerado el gran teórico de las monarquías europeas de aquellos siglos.
Hablar del Estado como forma de organizar a una nación no era muy común por entonces. Maquiavelo había inaugurado, en cierta forma, esta tradición tan sólo unas décadas antes que Hobbes. Pero el filósofo inglés venía ahora no sólo a continuar este pensamiento moderno, sino a confirmar que el poder debía ser delegado en el Estado. Esto se llevaría adelante a través de un pacto social. Suponía esta idea que, al ser “el hombre lobo del hombre”, para evitar desgarramientos sociales, debía concertar un pacto donde cada uno entregara su cuota de soberanía a un soberano y éste, con los derechos cedidos de forma irrenunciable, tendría la capacidad de poner orden y seguridad. De esta forma, Hobbes, nacido en Inglaterra el 5 de abril de 1588, construía la más encendida justificación del absolutismo creada hasta entonces. Fallecería el 4 de diciembre de 1679.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar